«Quienes no legalizan los pisos turísticos en Cantabria lo hacen por pereza»

Hace unos siete años importó una idea que ya funcionaba en Madrid o Barcelona. «Me di cuenta de que había mucha demanda». Le fue bien. «Algo increíble», esas cien viviendas. Ahora ha reducido su cartera a poco más de una decena, pero exclusivas. 'Gourmet': unifamiliares, con terreno, muchas con piscina, barbacoa... Su oficio, señala, no es fácil. «Parece sencillo. Tienes una casa, la preparas, recibes huéspedes y ya. Pero los propietarios se dan cuenta de que es mucho más». Habla de «tener buenas fotografías, posicionar la vivienda, manejarse por las webs, la limpieza, atender necesidades...». De hecho, mientras lo cuenta va camino de recoger una cuna. «Es así, un trabajo '24-7'. Ahora voy a por la cuna, tengo a un trabajador instalando un estor opaco para un huésped al que le molesta la claridad y otras cuatro viviendas en limpieza esperando a sus ocupantes».

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Todo legal. «No creo que alguien pueda ser un buen gestor si no recomienda legalizar». Por principios, porque «evitas una multa si te denuncian» y porque «incrementas el valor». Y es beligerante con esto. En Cantabria, dice, «la norma no puede ser más laxa». «No existen barreras de entrada, ya que no hay que invertir nada». Por resumir, rellenar un formulario y entregarlo, poner una placa y un extintor. «No puede ser más fácil», aunque reconoce que conseguir la cédula de habitabilidad puede demorarse. En este sentido, critica a los que operan al margen de la ley. «Como siempre, son los que dan mala fama» y sobre los que se apoyan otros gremios, «como el hotelero». También se defiende de quienes dicen que son la causa de que haya poca vivienda en alquiler y más cara. Lo achaca a «los fondos buitre». «Nuestro sector se siente muy atacado por cosas de las que no somos culpables». Y ellos también generan economía, defiende. Emplea a «más de veinte personas» (limpieza, mantenimiento, jardinería, piscinas…). Tiene a más de «cuatrocientos huéspedes gastando en Cantabria en restaurantes, bares, supermercados y comercios locales». Y él también gasta: desde limpieza hasta cerraduras inteligentes. «Alrededor de esto hay muchísimo negocio».