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La congregación de los Legionarios de Cristo ha publicado el 'Informe anual 2020. Verdad, justicia y sanación' en el que reconoce que seis ... sacerdotes de esta asociación religiosa, entre ellos el fundador, Marcial Maciel, cometieron abusos sexuales contra una veintena de menores en España, entre 1941 y la actualidad, y señala al seminario menor de Ontaneda (Corvera de Toranzo), cerrado desde hace años, como uno de los lugares donde tuvieron lugar dichos abusos.
El informe, que reporta los casos a nivel mundial, detalla que de los seis sacerdotes que cometieron abusos (hay 1.380 legionarios de Cristo ordenados sacerdotes a lo largo de toda la historia de la congregación), dos han fallecido ya, y sobre tres están aún activos procesos canónicos. Ninguno de ellos está en España, no tienen ministerio público y siguen sus respectivos planes de seguridad en los lugares donde residen, según informa la congregación.
«Somos conscientes del daño causado y, a la vez, nos es difícil imaginar el dolor inmenso que sufre cada una de las personas afectadas. Por ello, renovamos nuestro compromiso y disponibilidad plena para cada uno de ellos. Nos disponemos a la escucha atenta de sus necesidades y de todo cuanto podamos hacer para reparar el daño causado», indica en una carta el director territorial de los Legionarios de Cristo en España, Javier Cereceda. En particular, piensa «en quienes han sufrido abuso en el noviciado de Salamanca o en alguno de los dos seminarios menores en España, especialmente en el de Ontaneda (Cantabria)». «Sufrimos con su dolor y deseamos su sanación», añade.
Este periódico se puso ayer en contacto con un antiguo alumno del seminario menor de Ontaneda, pero prefirió no hacer declaraciones al respecto, entre otras razones, porque dice que él no sabe nada en relación a esos abusos acaecidos en el pasado y que durante los años en los que formó parte de la congregación «no he vivido nada raro ni me tocó nada; no tengo ninguna información sobre esos hechos».
Aunque es ahora cuando la congregación reconoce los abusos (en 2019 publicó un informe histórico estadístico sobre todos los casos desde su fundación), hace ya unos años que algunos de los que sufrieron esos hechos rompieron su silencio. Es el caso de José de Jesús Barba Martín, exalumno del seminario de Ontaneda, que en el año 2006 señaló en un reportaje de El País que «nuestro error de juventud fue callar la verdad», después de que el Vaticano sancionara al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, por abusos sexuales.
Alejandro Espinosa, que también decidió relatar su traumática experiencia, fue otro alumno de Ontaneda. De hecho fue donde conoció al fundador legionario y fue uno de sus preferidos. «Llamaba a la intimidad sólo a un grupo selecto, los que consideraba hermosos; se había fijado en mí para compartir 'su cruz', ese martirio continuado que puso Cristo en sus hombros. Cuando me llamó a dirección espiritual aquel 23 de marzo en Ontaneda, tan lejos de mi familia, dejó los preámbulos y comenzó la sesión de caricias, besuqueos y tocamientos que lo llevaron a la falsa conclusión de que estaba enlistado en su mismo bando homosexual. Luego entendí, cuando llegó el verano del mismo 1955, la razón de ponerme a liderar un grupo de 25 niños, y su insistencia en inquirir cómo me desempeñaba con ellos, buscando indicios de una atracción pederasta que en mí no palpitaba».
Este exlegionario contó que fue aquel verano en Ontaneda cuando le llamó por medio de Félix Alarcón (otro denunciante, sacerdote español) a su servicio. «Debí de pasar tres noches consecutivas como valet (sirviente) para darme cuenta, porque los ataques eran graduados, casi imperceptibles. Primero venía el 'cólico', su cruz, entre aspavientos y retorcidas, y luego la súplica de masaje, cuando ya no podía más». «Me introdujo la mano en su vientre para darme cuenta de su desnudez bajo la sábana; dirigió el movimiento rotatorio hasta hacer que la circunferencia cayera en el ardiente riel con rigidez de tabla, para desentenderse del resto y centrarlo en franco masaje de pistón, la masturbación sin ambages».
Del informe publicado ahora por la congregación se desprende que alrededor de 170 menores han sido víctimas de abusos sexuales en todo el mundo, cometidos por 27 sacerdotes.
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