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Fue exactamente el 5 de julio de 2000 cuando el entonces ministro de Fomento, Francisco Álvarez Cascos, le dijo a José Joaquín Martínez Sieso, a la sazón presidente regional, que en cosa de siete u ocho años el trayecto en tren de Santander a Madrid ... se podría completar en tres horas y media. Esta fue la primera vez que se habló de la llegada del AVE a Cantabria, la primera vez que se puso fecha –aunque fuera aproximada– al acontecimiento, y la primera vez también que se incumplió la promesa. En las dos décadas siguientes no ha habido ministro del ramo que no se haya animado a comprometerse a acercar la alta velocidad hasta la región, pero, ¡ay!, la falta de financiación, las modificaciones en los proyectos o el simple cambio de Gobierno han bastado para que la máquina no avanzase.
Durante todo este tiempo la cuestión del AVE ha dado mucho juego, al convertirse en la gran reivindicación autonómica con el Estado y también en caballo de batalla en cada una de las citas electorales en la región. Mientras, buena parte de la ciudadanía ha empezado a identificar ese tren veloz con la zanahoria que animaba a correr al burro.
Palencia-Palencia Norte. Son 1,3 kilómetros que están en licitación y cuentan con un presupuesto de 30,9 millones de euros financiados con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR).
Palencia Norte-Amusco. Discurre a lo largo de 20,8 kilómetros. La obra se inició en octubre de 2021 y tiene una inversión de 77,3 millones.
Amusco-Osorno. Cubre una distancia de 21,9 kilómetros y la obra está iniciada desde noviembre de 2021 con una inversión de 80 millones.
Osorno-Calahorra de Boedo. Son 20,7 kilómetros en un tramo al que el Consejo de Ministros ha dado luz verde hace unos días, con una inversión de 88 millones de euros.
Calahorra de Boedo-Alar del Rey. Discurre a lo largo de 13,6 kilómetros y es un proyecto que está actualmente en fase de redacción con un presupuesto de 67 millones.
Alar del Rey-Reinosa. Cubrirá los 44,4 kilómetros que separan ambas localidades y ya superó el informe medioambiental.
El paso de los años también ha ido rebajando las expectativas: ya nadie espera al AVE en la estación de Santander, pues se nos ha explicado que la compleja orografía –¡hablamos de La Montaña!– lo hacen imposible, y solo podría llegar a Reinosa. Quizás sí, pero a finales del pasado año se inauguró el tramo de alta velocidad entre Pedralba de la Pradería (Zamora) y Taboadela (Orense), de 103,4 kilómetros, que atraviesa el macizo central orensano gracias a la construcción de 32 viaductos y 31 túneles, con una inversión cercana a los 3.000 millones de euros, lo que prueba que la voluntad, aliada con el dinero, mueve montañas, literalmente.
Una vez asumido que el 'dicho y hecho' no funciona para el proyecto de alta velocidad cántabro, hay que congratularse con sus lentos progresos. Por un lado, se trabaja en la mejora de la línea entre Santander y Reinosa, que permitirá agilizar ese trayecto hasta el punto de conexión; por otro, los raíles del AVE avanzan hacia la capital campurriana desde Palencia. Cuando las obras concluyan, el viaje a la capital desde Santander durará tres horas.
La construcción de los 122 kilómetros de la línea ferroviaria de alta velocidad que unirá Palencia con Reinosa se ha dividido en seis tramos. En dos de ellos ya se está trabajando, mientras en el resto se van cumpliendo los preceptivos trámites administrativos.
Los 94 millones de euros que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana reserva al trazado palentino del AVE en los Presupuestos para 2023, permitirán que los cinco tramos de la alta velocidad entre Palencia y Alar del Rey se encuentren en obras durante el próximo año, siempre y cuando las cuentas se ejecuten tal y como promete este documento. A los dos tramos en los que ya se está trabajando, los de Palencia Norte-Amusco y Amusco-Osorno, se destinan 39 y 30 millones de euros, respectivamente, con lo que dispondrán ya de dinero suficiente para cubrir aproximadamente el 50% de su coste total. Si el Ministerio de Transportes cumple el calendario de inversiones que maneja, ambos podrían inaugurarse a lo largo de 2025.
Recorriéndolos por orden, el primero de ellos es el de Palencia-Palencia Norte (1,3 km). El pasado mes de julio se licitó ya su construcción, con un presupuesto de 31 millones de euros y un plazo de ejecución estimado de treinta meses. En el segundo, Palencia Norte-Amusco (20,8 km), las obras dieron comienzo en 2021, con una inversión prevista de 77,3 millones y una duración de tres años.
También hay máquinas trabajando ya en el siguiente tramo del trayecto, el que va de Amusco a Osorno (21,9 km): adjudicado con un presupuesto de 79,3 millones de euros, las obras arrancaron en noviembre de 2021.
El cuarto tramo, Osorno-Calahorra de Bohedo (20,7 km), se ha licitado hace tan solo unos días, con una inversión de 88 millones. Si se cumplen las previsiones de Adif, el quinto tramo, entre Calahorra de Bohedo y Alar del Rey (13,6 km), saldrá a concurso durante el próximo mes de diciembre, y requerirá un gasto estimado de 67 millones.
La última parte del trayecto, entre Alar del Rey y Reinosa (44,4 km), es la que lleva más retraso, aunque el informe ambiental favorable emitido la pasada semana permite concebir esperanzas de que su tramitación se acelere a partir de ahora. En todo caso, la obra no empezará antes de dos años.
En lo que respecta a la conexión entre Santander y Reinosa, ya se ha completado la renovación de la línea aérea de contacto –la famosa catenaria, que tantas averías acumulaba–, así como de toda la vía –y de sus elementos de seguridad, puentes, enclavamientos, etc.–, y actualmente se está ejecutando la duplicación de la vía, construyendo otra en paralelo, que avanza en el trayecto entre Santander y Torrelavega.
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