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Leticia Díaz (Asturias, 1969), excompañera de Consejo de Gobierno de la presidenta María José Sáenz de Buruaga en la etapa de Ignacio Diego, se ha convertido en uno de los principales azotes de la jefa del Ejecutivo cántabro. Entre otras muchas cosas, le acusa de ... pactar sin complejos con el PRC «a cambio de esconder su corrupción».
–¿Cómo definiría este año largo de Gobierno de Buruaga?
–Falta mucha ejecución. Hay muchos anuncios y planes con distintos colectivos, pero falta cumplir lo que se acuerda y pasar del papel a la realidad. El 'cambio' es tan tranquilo que el PP necesita decir constantemente que todo lo que hace es revolucionario. Están cogiendo los peores hábitos de otros partidos: prometer y luego…
–La política fiscal, uno de los puntos básicos de un gobierno, sí es claramente distinta.
–Es absolutamente insuficiente. Nosotros apostamos por medidas que impacten de verdad en la ciudadanía y en las empresas. Que una familia pague al año 50 euros menos de impuestos, en el mejor de los casos, porque si hace las cuentas no llega a esa cifra, no tiene el impacto suficiente como para dinamizar la economía. Buruaga dice mucho que ha bajado todos los impuestos y todo lo que se podía, pero no dice que prometió refractar las tablas del IRPF y que no ha cumplido. No lo ha hecho porque quiere tener la caja llena.
–¿Qué reclamará para apoyar los Presupuestos?
–Tenemos cinco ejes y tienen que estar proyectados ahí. Una apuesta decidida por el sector primario, la seguridad, el mantenimiento de los servicios públicos porque es la esencia de la democracia –la Sanidad ya sabemos cómo está y la Educación probablemente irá bien porque cada vez hay menos alumnos–, la necesidad de reindustrializar y el cumplimiento de todo lo que aprueba la Cámara.
–Vox busca captar voto rural y gran parte de sus iniciativas tienen que ver con este ámbito. ¿Es estrategia o es que es el área donde el PP tiene más que mejorar?
–Es la suma de todo. Tenemos a un consejero que no está a la altura, pero también tenemos un problema de gestión de primer orden. Todos los días recibo mensajes de ganaderos que no pueden más, que no saben dónde está el dinero prometido… El sector primario está agonizando en Cantabria. Si no hacemos algo, volveremos a perder este año otro tercio de la cabaña.
–El PP entierra la idea de cambiar las leyes de memoría en varias autonomías y aquí sigue adelante. ¿Es un tanto de Vox?
–Le acabo de decir que uno de nuestros ejes es obligar al Gobierno a que cumpla con el Parlamento. Aprobamos hace un año ese asunto, como hemos aprobado cosas que afectan a los celíacos, a la Guardia Civil, a los autónomos… Y estamos encima de todas esas iniciativas de Vox para que no sea un brindis al sol. Sobre Memoria Histórica, no tengo dudas de que el PP quisiera hacerlo, pero lo cierto es que hemos esperado un año.
«El PP achacaba al bipartito la estructura gigante que tenía. Ahora, un gobierno monocolor tiene más altos cargos»
«Que una familia o una empresa pague 50 euros menos en impuestos no tiene ningún impacto para dinamizar la economía».
–¿Hay un vínculo entre inmigrantes e inseguridad?
–Cantabria, que siempre ha sido una tierra muy segura, ahora tiene un problemón. Solo hay que ver el incremento de la criminalidad. Se nos dice que vienen jóvenes de 17 años, pero las pruebas de edad, que tienen un margen de error, ni se hacen. Van a venir mayores de 18 años, pero aparte de eso, es que a los 18 se quedan en la calle porque el Gobierno les deja de tutelar. ¿Qué va a pasar con todos esos jóvenes que llegan sin oficio ni beneficio? Nada bueno. Una parte del problema tiene que ver con eso y otra con el control de la salud mental, que ha sufrido un revés muy importante porque hay muchos problemas que no se están tratando a nivel emocional. Las tasas de suicidio son un escándalo –el 75% hombres–. No ayuda la destrucción de la familia, un apoyo fundamental cuando vienen mal dadas. Ni la indefinición sexual por cómo estamos trasladando a los menores esa realidad.
–Habla de reducir el tamaño de la Administración y las empresas públicas. ¿Dónde recortaría?
–La última aberración es crear una fundación para gestionar el derribo y la construcción del complejo sanitario en la Residencia Cantabria. Si ya existe la Fundación Marqués de Valdecilla... Es gasto público improductivo.
–¿También sobran funcionarios?
–No sobran, pero sí que hay que ordenar la Administración para optimizar los recursos. Y claro que hay que refundir empresas públicas que están desdobladas. Buruaga, en la oposición, achacaba al bipartito PRC-PSOE la estructura gigante que tenía para repartirse cargos unos y otros. Ahora, un gobierno monocolor, deja las mismas consejerías y más altos cargos.
–Ha hablado varias veces en tribuna del adoctrinamiento en las aulas. ¿Esto es un problema general en las escuelas cántabras?
–No es el principal problema, pero sí es un problema de carácter nacional que cae como lluvia fina. Hasta en matemáticas nos ponen el símbolo de la Agenda 2030. Pero si no lo contamos, en el imaginario colectivo tenemos ideas implantadas que no son veraces. Hacer eso con los más vulnerables es gravísimo.
–¿El PP ha dejado de maltratar a las familias que eligen a la concertada, como echaban en cara al bipartito?
–Sí quiero reconocer que el consejero de Educación, cuando quiere hacer algún cambio, se pone en contacto con todos los grupos políticos y da detalles. Esa actitud es positiva, aunque luego cometa aciertos y errores. El problema es que, también en este asunto, no esperamos grandes cambios.
–¿Los problemas internos están afectando a la labor de oposición?
–Tengo claro para qué nos han puesto aquí los votantes y cuáles son los principios de Vox. Me roban cero minutos aunque, lamentablemente, es lo que más sale en los medios. La realidad es que, en el día a día, yo estoy a hacer iniciativas, a visitar las localidades y a generar un diálogo con los colectivos que tienen dificultades. Esos problemas sé que existen porque están en los medios, pero serán otros los que los difundan.
–¿No son asuntos menores?
–No, pero quienes tengan esos problemas internos, que los resuelvan. La situación de Cantabria y España es muy grave como para estar a cuitas internas.
–¿Teme que el partido le aparte como portavoz de Vox?
–Estoy abierta a hablar con el partido de cualquier cuestión, pero también digo que tengo la determinación suficiente para actuar en función de lo que me planteen. Soy una persona con criterio. Me tendrían que razonar mucho. Diálogo todo, pero determinación y criterio propio, también.
Díaz considera «ciencia ficción» la posibilidad de que Vox entre en el Gobierno de Buruaga. «El PP tendría que respetar nuestros ejes estratégicos básicos. Y parece que en algunos no está por labor. Por ejemplo, el Gobierno no ve con malos ojos la recepción de menas», señala la portavoz. Eso en cuanto a la derivada regional, pero el escenario general tampoco ayuda tras la ruptura de los pactos en otras autonomías: «En esto nosotros tenemos una política claramente nacional. ¿Cómo va a entrar Vox en este Gobierno si no se han respetado los acuerdos en otras autonomías?».
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