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Lo peor es la inseguridad e impotencia que sienten los responsables de muchas residencias de mayores que, a día de hoy, se sienten ... cercados por el covid: «No sabemos qué más hacer. Hemos tomado todas las medidas, pero es imposible frenarlo. El bicho encuentra cualquier resquicio para colarse», exclama Juan José Lázaro, director del centro San Francisco I, de Reinosa. Allí los positivos entre usuarios sumaban ayer 66. Es, con diferencia, el geriátrico más castigado por la pandemia, pero sólo un ejemplo más de una situación que se antoja crítica en la región.
Sobre todo después de que el martes saltasen todas las alarmas al detectarse en sólo 24 horas un total de 108 nuevos casos entre los 23 centros repartidos por Cantabria. Algunos gestores comienzan a alzar la voz contra lo que consideran que ha sido una mala gestión por parte de Sanidad. «Estamos al límite de personal y de posibilidades», necesitamos ayuda», clama Lázaro. «Necesitamos hacer PCR masivas cuanto antes», demanda Idoia Soto, directora de la residencia Villa Cicero, con 21 positivos entre sus usuarios, otra de las que más sufren la pandemia en estos momentos.
Sanidad ha mantenido un protocolo centrado en el seguimiento de los focos concretos de cada centro, tal como se gestionan los brotes en la calle, con soluciones quirúrgicas, aislando el problema, pero la realidad de las residencias es diferente y el microorganismo encuentra vías para propagarse. «Nosotros comenzamos con un brote en una de las plantas. Solicitamos hacer control a todos los residentes y trabajadores, pero Salud Pública dijo que bastaba con centrarse en la planta afectada y al final el virus se ha propagado por todas partes. En resumen, podía haberse hecho mejor», detalla Soto. La prevención, según los responsables de residencias, pasa por realizar test periódicos y masivos a todos los usuarios.
Idoia Soto - Directora de la Residencia Villa Cicero
Gema de la Concha - Directora de la Residencia San Cándido
Otro ejemplo similar se encuentra en la residencia San Cándido, en Santander. «Desde Salud Pública nos avisaron de que nos harían PCR a todo el mundo el pasado sábado, día 28, pero nos lo retrasaron hasta el lunes. Como estimábamos que había algún caso no detectado, encargamos nosotras a título privado un test de antígenos y aislamos a 8 posibles positivos», comenta Gema de la Concha, la directora. «Perder dos días en estos casos puede marcar la diferencia entre controlar o no la situación».
El problema de estos gestores tiene, además, otra dimensión, la escasez de personal por culpa de las bajas por contagio. Ayer eran 349 los contagios activos entre profesionales de estos centros. La solución pasa, según plantea Sanidad, por la Atención Hospitalaria Domiciliaria. Una medida que evitaría también la sobrecarga asistencial en los hospitales, dado que el centro covid de Suances alberga actualmente a 49 enfermos, aunque tiene capacidad para 98.
Con esta situación difícil, el futuro no avanza una mejoría. «Estamos intentando poder implantar mayores restricciones, sobre todo para limitar la salida de ciertos pacientes que pueden ser de mayor riesgo en estas fechas navideñas. Es fundamental y necesitamos el apoyo para lograrlo», enfatiza Carlos Pajares, máximo responsable en Padre Menni, donde sólo se cuantifican 2 contagios. Es Sanidad quien debe dar luz verde a ciertas medidas que los centros puedan implantar. «Hemos podido contenerlo, por ahora, pero tememos que si no podemos hacer las cosas todo lo bien que queremos, sea imposible frenarlo», afirma Pajares. Porque la presión del virus en la calle puede trasladarse con idéntico vigor a los centros.
Ocurrió en la residencia La Loma, de Castro Urdiales. «No sabemos por dónde pudo entrar, pero entró, y ahora tenemos 19 positivos», aclara su director, Juan Miguel Jiménez. «Nadie ha sabido darle explicación, sólo que si en Castro había una incidencia muy alta, con lógica ha terminado por afectarnos», zanja.
Por suerte también existe la cara inversa de la moneda. Las residencias que precisamente estos días se encuentran dando carpetazo a los brotes que desarrollaron hace semanas. En el Asilo San José, de Torrelavega, sólo quedaban ayer dos casos. «Ya hay muchos pacientes que han negativizado el virus y están recuperados», desveló su director, Antonio Morales. Es el ejemplo que esperan seguir todos los que ahora lo están pasando peor.
La pandemia en Cantarbia
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