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Entrar a quirófano para operarse de un cáncer y salir también con el tratamiento de radioterapia aplicado, de forma selectiva y directa al foco del mal. Esta será la última novedad que incorporará el servicio de Oncología Radioterápica de Valdecilla, la «guinda» de un ... armamento tecnológico en pleno proceso de renovación. Si hace dos años la especialidad daba «un salto de gigante» con la instalación de un acelerador lineal de última generación –el denominado TrueBeam, de la marca Varian Medical–, que permitía reducir el número de sesiones de radioterapia y, a la vez, aumentar su efectividad (al poder elevar la dosis sobre el tumor con mayor precisión y sin dañar tejidos sanos), ahora está a punto de adentrarse por primera vez en la radioterapia intraoperatoria (RIO). «Se trata de la irradiación que se administra durante la intervención, directamente sobre el propio tumor o sobre el lecho quirúrgico, si éste ha sido extirpado. Para ello, se utiliza la misma incisión que la cirugía», explica Pedro Prada, jefe de servicio de Oncología Radioterápica.
Un avance del que podrá presumir el hospital cántabro gracias a la donación millonaria que la Fundación Amancio Ortega realizó el año pasado a la sanidad pública con un destino concreto: la compra de tecnología puntera para combatir el cáncer. De aquella lluvia de millones (320 en total), Cantabria recibió un pellizco de 3,1.
Este acelerador portátil –que permite llevar a quirófano la radioterapia, para «conseguir el control local de la enfermedad y mejorar de forma secundaria la supervivencia»– es una de las adquisiciones que lleva la firma de la generosidad del empresario gallego, dueño del imperio Inditex. El aparato, en el que se han invertido 1,5 millones, ya está físicamente en el hospital, aunque aún tardará unos meses en ponerse en funcionamiento. Antes, tiene que recibir la autorización pertinente del Consejo de Seguridad Nuclear y acabar de calibrarse.
«Nuestra idea es que podamos estar utilizando el equipo de manera regular antes del verano», avanza Prada. «Empezaremos con los tumores más complicados, como páncreas y colon avanzado, que son muy difíciles de alcanzar con las armas que tenemos ahora, así que solo se podían tratar de forma paliativa. El campo que se nos abrirá con esta tecnología es tremendo (cáncer de mama, gástrico, retroperitoneales, pélvicos, tanto ginecológicos como urológicos...)».
El jefe de servicio destaca que, «de todas las posibles tecnologías que se pueden incorporar para realizar radioterapia intraoperatoria, la sanidad cántabra ha optado por el aparataje más avanzado, preciso y con mayor versatilidad, al ser posible abarcar todas las patologías tumorales». Es más, asegura que «en la actualidad no existe instalado ningún acelerador portátil de estas características en el mundo, aunque han sido adquiridos varios equipos en diferentes países».
Ventajas
Con su llegada a Valdecilla, «el servicio de Oncología Radioterápica se convierte de nuevo en un referente para otras comunidades autónomas», ya que será capaz de «dar dosis altas de irradiación en una sola sesión durante el propio acto quirúrgico». Además, para aprovechar el potencial del Hospital Virtual y la experiencia de sus facultativos, se ha negociado con el fabricante la donación de un segundo equipo portátil destinado a impartir formación a profesionales de otros centros.
La transformación tecnológica de Oncología Radioterápica, que recientemente ha sido noticia también por estrenar la radiocirugía para tumores cerebrales que antes había que derivar fuera de Cantabria –una posibilidad que brinda el acelerador lineal de electrones (ALE) incorporado en 2016–, aún tiene otra novedad por delante. La sustitución de un segundo equipo de radioterapia externa que se había quedado obsoleto y daba continuas averías. En su lugar, se instalará un gemelo del TrueBeam, con las mismas prestaciones, aunque sin la opción de la radiocirugía, una técnica que se realiza de forma ambulatoria (sin ingreso ni anestesia) y que Prada califica de «trascendental en la lucha contra los tumores», porque «si bien no hay ni un solo tumor que resista una dosis adecuada de irradiación, a veces, el problema radicaba en su ubicación anatómica, de difícil acceso e imposible de tratar sin irradiar también el tejido sano de alrededor».
El nuevo equipo no contará con radiocirugía ya que se entiende que para cubrir la demanda de Cantabria y de los pacientes derivados desde otras comunidades, «basta con que lo tenga uno». El coste del equipamiento, que el Servicio Cántabro de Salud sacó a licitación en agosto y ha sido adjudicado a Varian Medical, asciende a 4,7 millones de euros. Como ocurrió con el primero, este cambio requiere acondicionar el búnker en el que será instalado.Por ello, hace dos semanas fue desactivada la máquina ‘jubilada’, que se espera que se empiece a desmontar en los próximos días, «una vez acabe de enfriar». A continuación, se iniciará la obra, con el objetivo de que el acelerador esté operativo en junio. Todo este proceso implica que el servicio de Oncología Radioterápica funcionará hasta entonces solo con dos equipos de radioterapia externa, mientras se habilita el tercero.
Para que este periodo de transición, entre la retirada de uno y la llegada del sustituto, repercuta «lo menos posible en la lista de espera», hace seis meses se amplió la jornada laboral hasta las doce de la noche, «con el objetivo de ponernos al día y minimizar el impacto de parar una de las unidades», explica Prada. Más aún, añade, teniendo en cuenta que la actividad del servicio se está disparando aunque cada vez los tratamientos son más precisos y requieren menos sesiones. Así, por ejemplo, de las 1.200 primeras visitas que se registraban hace cinco años se ha pasado a las 1.900 de 2017.
Referente
«Ahora mismo, la jornada empieza a las siete de la mañana y la unidad de radioterapia no se detiene hasta la medianoche», apunta. La puesta en marcha de este segundo acelerador de última generación «aportará más flexibilidad al servicio y nos permitirá aligerar la espera», que en múltiples ocasiones han acusado los inconvenientes de las averías en las dos unidades más antiguas. Este acelerador se enmarca dentro del proyecto de renovación de la alta tecnología de la red hospitalaria cántabra comprometido por la Consejería de Sanidad, que abarca fundamentalmente a la dotación de Valdecilla, pero también de Sierrallana y del Hospital de Laredo.
El programa de detección precoz del cáncer de mama de Cantabria también resultó agraciado por el ‘regalo’ de Amancio Ortega. Gracias a su donación, se convertirá en el primero de España que funcionará por completo con la innovadora tecnología en 3D conocida como tomosíntesis. Junto a la renovación del vehículo con el que se realizan las mamografías del cribado por toda la región a las pacientes de 50 a 69 años, se han comprado tres mamógrafos con tomosíntesis para la unidad móvil, el Hospital de Laredo y un tercero que sustituirá al equipo de Sierrallana, que ya están de camino. Además, se ha adquirido la licencia permanente de tomosíntesis para el mamógrafo de Valdecilla y una mesa de biopsia prona con sistema de localización guiado por esterotaxia.
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