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Mientras hay familias que las pasan canutas para hacer frente a los gastos del inicio de curso, en casa de Nora Cosío, una chiquilla matriculada en el aula de 4 años del colegio Fernando de los Ríos, en Torrelavega, apenas se resienten: a la espera ... de la reunión en el centro, sus padres, Paula Gómez y Fernando Cosío, calculan que no les costará más de 60 euros.
¿Cómo es esto posible? «Tenemos cosas del año pasado, como la mochila, fiambreras y todo eso. Imagino que haya que pagar una parte del material que utilizan en clase, que el curso anterior fueron 50 o 60 euros: es para pagar pinturas, papeles y demás, para dejarlo en el centro. El babi ya lo tiene: si no le sirviera –cada curso tiene un color determinado– serían veinte o veintitantos euros en caso de que bordes el nombre. La mayoría de padres utiliza los de Amica», indica la madre.
Las peculiares características del centro, público, también influyen en que el desembolso sea mínimo. «Sigue el método Montessori: no utiliza libros estructurados ni fichas, las que necesitan las ponen en el colegio. No tenemos que llevar nada; como mucho algún material: rollos de papel, hojas del parque, botes... y trabajan con ello en el colegio. Pueden experimentar con arena, con tierra, con pintura en murales grandes... Todo el trabajo de clase se basa en la experimentación del niño».
«Nosotros –la familia la componen los padres y sus hijas Nora y Vera, un bebé de tres meses– vivimos en Torrelavega. A la hora de elegir colegio buscábamos sobre todo cercanía y comodidad, para poder llevarla y traerla. Este centro era el que más nos encajaba entre los que teníamos cerca de casa, por todo lo que habíamos oído acerca de él. Al principio barajamos otras posibilidades, como El Salvador, en Barreda, un centro concertado, pero el desplazamiento hasta allá nos suponía un problema».
Paula Gómez reconoce que está contenta con el funcionamiento del colegio de su hija, que este año empieza su tercer curso allí. «Como es una niña pequeña no me interesaba que estuviese sentada en un pupitre desde los 2 años: me gusta que vaya al cole a jugar, a divertirse y a hacer cosas que en casa no podemos hacer. Me habían comentado que en este colegio se involucraba bastante a los papás, y que hacían mucho hincapié en el juego y la experimentación, y eso nos gustó. Además, ha tenido la suerte de que las clases no son grandes –el año pasado eran 17 niños–, y cuentan con una profesora titular y otra de apoyo, porque hay algún niño que lo necesita, así que me parece que la ratio está bastante bien conseguida. Se supone, además, que es un centro bilingüe, y hablan bastante inglés, otro de los puntos que nos interesaba. Por último, el horario, de nueve a dos, que nos viene muy bien».
Es probable que Nora, aficionada a la pintura y al baile, se apunte este año a alguna de las actividades extraescolares que ofrece el centro. «Las extraescolares son dos horas a la semana y cuestan 28 euros para los papás que pagan la cuota del AMPA».
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