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Lo primero que hay que reiterar –ya lo explicaron desde Enaire y lo recogió El Diario Montañés– es que no se puso en juego la ... seguridad. Que no hubo riesgo. Pero la situación que se produjo el lunes por la tarde en el Seve Ballesteros, cuando el avión que venía de Dublín recibió el aviso de la torre para frustrar la operación de aterrizaje porque había otro aparato en la pista (el que iba a despegar con destino a Málaga) «no es habitual», según confirma a este periódico un experimentado piloto. «No es peligroso y es una maniobra normal, pero no es habitual», reitera. «Incluso aunque se hubiera despistado el controlador –que no fue el caso, porque desde la torre se dio el aviso–, el piloto hubiera visto el otro avión. En condiciones de visibilidad normal como las del momento en que se produjo, no es peligroso», explica.
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Conviene recordar lo sucedido a través del relato de Enaire, el gestor de navegación aérea de España. «Un avión de Ryanair –el de Málaga– que iba a despegar aborta la maniobra de despegue y lo comunica. Desde la torre le indican entonces ir para atrás (retirarse), pero esa maniobra se demora algo más de lo esperado. Atendiendo a eso, a otro avión de Ryanair (el que venía de Dublín) que iba a aterrizar en ese momento se le ordena desde la torre que frustre la maniobra porque la pista está comprometida». Sin que saltara, añaden, ninguna alarma ni se pusiera en riesgo la seguridad.
Eso sí, con una maniobra «brusca» para los pasajeros que iban a bordo. «La gente estaba asustada. Estábamos a punto de aterrizar, ya muy cerca de suelo, en esos segundos en los que esperas ya que toque. Pero subió de repente. Nunca había visto algo así», relataron a El Diario.
¿Es frecuente? «Depende de los sitios. Gatwick, por ejemplo, es un aeropuerto con una pista, como Santander, y es Londres, con mucho tráfico. Los controladores están acostumbrados a ajustar y asumen un alto porcentaje de frustradas para optimizar el tráfico sin comprometer la seguridad en ningún momento. Se frustran muchos aterrizajes porque apuran. Pero en España, ni siquiera en Madrid, no es habitual. Y tampoco en Santander, claro», analiza el piloto consultado por este periódico.
Lo que llamó la atención de los testigos –la maniobra fue visible para muchas personas desde el aparcamiento de los centros comerciales cercanos al Seve Ballesteros– y, sobre todo, de los que iban a bordo es que la «frustrada por pista comprometida» (el nombre técnico) se produjera, en principio, tan cerca ya de la pista. El experto –obviamente sin conocer los detalles concretos de lo sucedido– entiende que «tal vez apuraron porque el otro avión estaría a punto de abandonar la pista», pero reitera, en todo caso, que «una aproximación frustrada no es una maniobra peligrosa». Más aún, en el catálogo de maniobras que manejan las hay «normales, anormales y de mergencia». «La frustrada está entre los normales», aunque por un motivo como el del lunes «no se haga todos los días?
¿Por qué suele hacerse? Lo más habitual es por la meteorología. En el Seve Ballesteros, sin ir más lejos, es muy frecuente por el viento sur. Y también por la niebla (lo de este martes es un buen ejemplo). «Puede pasar también por algún fallo. En los flaps, por ejemplo (los dispositivos que se activan en las alas en la amniobra de aproximación), lo que te obliga a recalcular la longitud de pista requerida». O, añade el experto, «cuando hay pilotos de nuevo ingreso». «Puede ser que en sus primeros vuelos, si no cumplen con los criterios de aproximación para estar perfectamente estabilizados, se frustre la maniobra para corregir».
Total tranquilidad
El piloto lanza un mensaje de absoluta tranquilidad al referirse a la posibilidad de una colisión en la pista (como sucedió en las tragedias de Los Rodeos o con el avión de Aviaco, en los dos casos en jornadas marcadas por una intensa niebla). «Lo que había en los años setenta u ochenta no tiene nada que ver con lo que hay ahora –precisamente esos accidentes motivaron importantes cambios de seguridad en los protocolos–». Han cambiado los sistemas, ha avanzado la tecnología... «Hasta las luces led que hay ahora se ven mucho mejor que las que había entonces».
Todo, antes de insistir en la idea central de su análisis: «lo ocurrido no es habitual, pero no es peligroso».
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