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«Respeto para la profesión». Con esta reivindicación por delante de todas las demás, los médicos del Servicio Cántabro de Salud (SCS) han secundado ... este lunes los paros parciales convocados por el Sindicato Médico, que tanto en Valdecilla como en los centros de salud tuvieron un seguimiento «multitudinario», como se vio reflejado en la protesta celebrada a las puertas de la Gerencia del hospital, donde se concentraron facultativos de especialidades médicas, quirúrgicas y de servicios centrales (anestesistas, radiólogos, facultativos de urgencias y de intensivos). Una movilización que se repitió después en los centros de salud de toda la región. La última huelga médica fue la de 2007, aunque los más veteranos comentaban que no recordaban una jornada de paro tan participativa. «Y eso que esto no ha hecho más que empezar», advertían.
Fuentes hospitalarias han reconocido a este periódico el «alto impacto» que la movilización ha tenido sobre todo en el área quirúrgico, donde la actividad se limitó a las urgencias durante las dos horas de huelga, permaneciendo parados la mayoría de los quirófanos. En consecuencia, teniendo en cuenta la programación media de todo el bloque quirúrgico (Valdecilla y Liencres), cuentan que se han suspendido una veintena de intervenciones. De hecho, hay servicios quirúrgicos donde se confirma un seguimiento de los paros del 80%, al tiempo que hay especialidades médicas en las que ha sido minoritario.
A pie de protesta se calculaba un seguimiento «mayoritario» en servicios como Anestesiología, Cirugía General, Traumatología o Pediatría. «Veremos al final de la jornada el impacto que tiene en intervenciones quirúrgicas y consultas canceladas», apuntaban. Las primeras estimaciones del Sindicato Médico hablan de más del 80% tanto en los centros de salud como en Valdecilla. Las cifras oficiales del SCS rebajan la participación al 28% en Valdecilla y al 38% en los centros de salud. Los paros apenas han tenido repercusión en Sierrallana y Laredo. El Sindicato Médico justifica esa respuesta «porque allí no había dado tiempo aún a celebrar asambleas informativas. Lo haremos próximamente». Según Sanidad, han hecho huelga el 25% de los facultativos (371 de 1.482).
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«Ya es hora de que por una vez nos unamos todos (Primaria y Especializada)», opinaba el cirujano Roberto Fernández, que destacaba la «falta de respeto a todo el colectivo» por parte de la Administración, que ha incumplido «una serie de acuerdos aprobados sobre precios de prolongación de jornada y guardias. Nuestro colectivo es el último que quiere llegar a este tipo de medidas. Pero nos vamos cansando y al final no nos queda otra». Esos incumplimientos de los compromisos «acumulados hace mucho tiempo» por Sanidad ha provocado «la indignación de los médicos». «Tenemos que tratar de recuperar el respeto y negociar en un clima de normalidad, no de convocatorias de huelga, que al final lo que hacen es perjudicar a los pacientes y perjudicarnos a todos», defendía el anestesista Roberto de la Fuente. Otros compañeros insistían en que «no es una cuestión meramente económico, sino de orgullo profesional. Es una reivindicación por el respeto a la profesión, porque sentimos que no pintamos nada, cuando a nosotros lo que nos preocupa es atender bien y sanar a nuestros pacientes».
En Valdecilla la actividad quirúrgica se limitó durante esas dos horas de paro «prácticamente a las urgencias» entre las ocho y las diez de la mañana. Y durante ese espacio, las salas de espera de consultas se llenaron de pacientes que no hacían más que mirar el reloj. Unos extrañados del retraso acumulado. Otros informados ya (se habían colocado carteles en los mostradores) de que estaban en medio de una huelga médica. Aunque la indignación estalló cuando llegaron las diez de la mañana. En ese momento, hubo servicios, como el de Anestesiología, que informaron de que empezaban a atenderse las consultas citadas a partir de esa hora. «Y los que llevamos aquí dos horas esperando que hacemos?», preguntaba Manuel Herrera, que acudía para hacer un preoperatorio. «O pedir cita para otro día o esperar hasta que acaben las consultas por si da tiempo a atenderles después», respondía la enfermera encargada de dar el 'disgusto'. «Es totalmente ilógico. ¿No será más normal que atiendan a los primeros que hemos llegado? O si no, que nos hubieran dicho esto cuando hemos llegado y nos hubiésemos ahorrado la espera», se quejaba. Y como él, el resto de afectados.
No todos los servicios optaron por la misma medida. En otras especialidades se decidió seguir el orden de cita desde primera hora. Ahí el perjuicio iba en cadena. «Está claro que hoy va todo con retraso», reconocían los administrativos de los mostradores, a quienes les tocó aguantar las críticas y malos humos. «Lo sentimos. Les entendemos, pero no podemos hacer más», se disculpaba apurada una auxiliar con un paciente que se veía venir que a él no le iba a dar tiempo: «Igual me tiro aquí toda la mañana y al final me dicen que venga otro día». El Sindicato Médico ya había advertido del «caos» que podía generarse por no descitar las consultas previstas durante el tiempo de paro. En los carteles pegados en las salas de espera se informaba de la huelga y se advertía de que en el transcurso de la misma «su cita puede ser suspendida. Lamentamos que no haya avisado desde la Dirección del hospital, conocedora de este hecho desde hace dos semanas».
Y mientras en el hospital se afrontaban las consecuencias del atasco, en los centros de salud el paro se iniciaba a mediodía. Si hace justo dos semanas eran las enfermeras las que se concentraban a las puertas de los centros de salud de Cantabria para hacerse oír y que la Consejería tuviera en cuenta sus reivindicaiones, este lunes la escena se repetía en prácticamente toda la red de Atención Primaria, con los médicos como protagonistas, que expresaban con esta protesta su «cansancio» y «hartazgo» por «el deterioro» del sistema y de sus condiciones laborales.
El detonante ha sido el incumplimiento del acuerdo de reorganización firmado por el SCS con el Sindicato Médico, que contemplaba medidas para reducir la sobrecarga de consultas (como la limitación de las agendas a 28 pacientes al día o el filtro de la demanda que llega al centro de salud sin cita), aunque el problema de fondo es el «abandono de la Atención Primaria por parte de la Administración, que se viene acusando desde el inicio de la legislatura, con ausencia absoluta de planificación estratégica, falta de propuestas económicas y organizativas dirigidas a paliar la falta de profesionales».
Con el polémico plan, que crispó a la enfermería a cuenta del triaje, «sólo pedíamos un poco de ayuda para organizarnos, para aprovechar nuestro tiempo y ver adecuadamente a los pacientes, y mejorar las condiciones laborales, que es la manera de evitar que la gente se acabe marchando a trabajar fuera, lo que agravará aún más la falta de profesionales», apunta el médico de familia Guzmán Alonso.
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