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«Ni los médicos vienen por aquí ni la situación está controlada: el Gobierno miente», critica la Federación Empresarial de la Dependencia

«Ni los médicos vienen por aquí ni la situación está controlada: el Gobierno miente», critica la Federación Empresarial de la Dependencia

«Estamos solos mientras la gente se nos muere ahogada», lamenta Julia Gurruchaga, portavoz de la Federación regional de la Dependencia

Rafa Torre Poo

Santander

Martes, 24 de marzo 2020, 07:02

La Federación Empresarial de la Dependencia (FED) estalló ayer contra el Gobierno regional. «Ni los médicos se han personado en los centros de mayores ni la situación está en absoluto controlada en Cantabria», afirmó a este periódico Julia Gurruchaga, vicepresidenta y portavoz de la organización. El colectivo, que se encuentra «solo, abandonado, desprotegido y olvidado», afirma, también cargó contra el presidente Miguel Ángel Revilla.

«Si es verdad lo que dice de que no hay falta de camas en los hospitales, ¿por qué entonces no se llevan allí a nuestros enfermos?», se pregunta. «La situación de las residencias es límite. Se nos está muriendo la gente ahogada en la cama y no estamos pudiendo hacer nada. Nosotros no somos hospitales, no tenemos sus medios y tampoco nos los proporcionan», lamentó Gurruchaga.

La patronal de la dependencia también censuró a la Dirección General de Salud Pública. «No se están realizando los seguimientos y mucho menos de forma presencial», explica su portavoz. Una afirmación que corrobora Víctor Pandal, gerente de la Residencia Fuerte Ventura, de Luey, en Val de San Vicente: «Los médicos no están pisando ninguna residencia. Tienen órdenes de permanecer en los centros de salud y atender por teléfono. Cuando hay algún problema llamamos al 061 y allí nos dicen y deciden qué hacer».

Otra de las quejas es la relativa a la toma de muestras. Desde la FED insisten en que «no es cierto que se haya analizado a todos los pacientes sospechosos». Tampoco a los trabajadores. «Irán poco a poco cogiéndose la baja y nos quedaremos todos en cuadro», admite Pandal. Araceli Castillo, de la Residencia Santa Ana, de Santoña, se suma a la teoría: «En el momento en el que un trabajador tiene síntomas, le tengo que mandar para casa a la espera de que le hagan la analítica, que no está siendo rápida, y conocer el resultado. Lo que pido es que nos la hagan a todos, porque desconocemos quiénes están infectados, quiénes no e incluso si hay alguna persona sin síntomas que pueda estar distribuyendo el virus sin que nadie se dé cuenta», añade.

La Federación de la Dependencia de Cantabria también arremete contra la política de comunicación de las autoridades regionales encargadas de gestionar la pandemia. «A las residencias no nos trasladan los resultados, sólo a los familiares y después de advertirles de que no nos digan nada», cuenta Gurruchaga. «Es de locos. Se escudan en la Ley de Protección de Datos. Eso sí, el número de contacto nos lo piden a nosotros», subraya el gerente de la residencia Fuerte Ventura.

«A las residencias no nos trasladan los resultados, sólo a los familiares y después de advertirles de que no nos digan nada»

Escasez de material

La falta de equipos de protección individual y productos básicos es otra de las reivindicaciones que hacen al Gobierno regional. «Nos han traído esta mañana dos cajas de mascarillas sin esterilizar, de las que se están fabricando sin homologar, y un par de batas de papel. Con eso no tenemos para nada», sentencia con amargura Pandal.

La situación tampoco es mejor en los centros donde aún no ha aparecido ningún positivo. «Tenemos material suficiente, de momento, porque aquí no hay ningún infectado. Pero si surgiese alguno, dispondríamos como mucho para tres o cuatro días», admite Gemma Pérez, gerente de la Residencia Las Anjanas, de Los Corrales de Buelna. «Dicen que nos han puesto en contacto con empresas para que nos puedan proveer, pero el Gobierno central lo aglutina todo y lo confisca», lamenta Gurruchaga.

«Contamos con los medios habituales de una residencia de mayores, pero ahora tendrían que ser mejores: necesitamos los mismos que tienen los hospitales», afirma Araceli Castillo. Este desabastecimiento expande, además, el miedo entre los trabajadores. «Algunos vienen con verdadero pánico y ansiedad; otros, en cambio, se lo toman como una parte de su trabajo», añade. «Ya estamos suficientemente angustiados como para, además, soportar las mentiras del Gobierno regional», apostilla Gurruchaga.

Refuerzos

Cada día que pasa la tensión aumenta en las residencias. Los últimos positivos han puesto en jaque su capacidad de actuación, por lo que lanzan «una señal de auxilio» a las autoridades. Han hablado con el Ejecutivo regional para reforzarse, pero, de momento, no han obtenido una respuesta contundente. «Le solicitamos que movilizase a los trabajadores de los centros de día y atención a domicilio, que en estos momentos no están acudiendo a sus puestos, y que creasen una gran bolsa de trabajo. Hace falta gente preparada y cualificada que venga a ayudar», explica el gerente de la Residencia Fuerte Ventura.

El problema está en que no todos están dispuestos, ya que el miedo pulula en el ambiente y hay profesionales que anteponen su salud y la de sus familias. «El Gobierno nos ha autorizado, pero de palabra, a que contratemos a gente sin titulación o que esté a expensas de que les sea convalidada, como es el caso de personal del extranjero. Lo sabíamos desde el viernes pero fue hoy (por ayer, lunes) cuando nos lo confirmaron», explica Castillo. «Eso nos abre un poco el abanico, pero, claro, ahora hace falta gente que esté por la labor y quiera venir», añade.

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