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Medio siglo de vida y de arraigo en Cantabria
50 aniversario de la UC

Medio siglo de vida y de arraigo en Cantabria

Cargada de historia y de razones, la Universidad de Cantabria conmemora su primer medio siglo de vida bajo el lema 'Es tan solo el principio'

Miércoles, 15 de marzo 2023

Hay tantas maneras de dividir una historia como personas a quienes se encomiende la división. Aquí vamos a elegir esta secuencia: orígenes; primeros pasos; despegue; expansión acelerada; y primeras dificultades serias, con sus soluciones hasta el presente. Estas cinco etapas se han enmarcado en cuatro procesos generales decisivos: la democracia en España; la autonomía en Cantabria; la integración en Europa; la revolución tecnológica en información y comunicación.

Por qué y cómo se creó la 4º universidad (1904-1972)

Cuando se creó la Universidad de Santander, no era la primera, sino la cuarta en la provincia, y además ex aequo con la presencia en remoto de una cuarta bis, la UNED, que también nacía en 1972. En efecto, la primera universidad fue la Pontificia de Comillas, establecida en 1904 por el Papa a partir de los cursos del Seminario de San Antonio de Padua, fundado a finales del siglo XIX con el mecenazgo de Antonio López, primer marqués de Comillas. Esa universidad empezó a otorgar diplomaturas ('baccalaureatum'), licenciaturas ('prolytatum') y doctorados ('laurea') en Filosofía, Teología y Derecho Canónico, con validez como si fuese la Gregoriana de Roma. A estos estudiantes se les asignó el Seminario Mayor. Así, los primeros titulados superiores 'en' Cantabria fueron filósofos y teólogos a partir del otoño de 1904. Naturalmente, siempre hubo con anterioridad estudiantes 'de' Cantabria que se titulaban en universidades fuera de la región, como Marcelino Menéndez Pelayo o Augusto González de Linares. La Pontificia se traslada en los años sesenta a Madrid, donde hoy es una de las principales universidades privadas de España, cántabra de nombre.

Una segunda universidad, menos convencional, había surgido en 1932 cuando el Gobierno de Manuel Azaña creó la Universidad Internacional de Verano de Santander, reciclada tras la guerra civil como Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Hay que observar que en los veranos republicanos surgió también en Cazoña, con Ángel Herrera Oria, una «universidad católica», la primera 'UC' con tal sigla, al menos mediática. Hay estudiosos que vienen a sugerir que la UIMP actual fue heredera espiritual de ambas. Por tanto, contemos solo una.

Y la tercera era una de las universidades más antiguas de Europa, Valladolid, creada en el siglo XIII poco tiempo después de Cambridge. De Valladolid dependía todo, como cabeza del distrito universitario donde se encuadraba la provincia santanderina desde mediados del XIX, pero centros superiores y titulaciones de carreras largas solamente a partir de la creación de la Escuela de Ingenieros de Caminos en 1963 (las clases comenzaron en 1966) y de la Facultad de Ciencias, Sección Físicas, en 1968. Estos centros surgieron con los planes expansivos y reformistas de los ministros tecnócratas de Educación Manuel Lora-Tamayo y José Luis Villar Palasí, que pretendían mejorar la formación de la población española para afrontar los retos de un modelo económico en profundo cambio, con intensos fenómenos de industrialización y urbanización. Estos planes suscitaron un gran movimiento santanderino de reivindicación desde el primer instante.

Otras universidades también habían mostrado una presencia esporádica en Cantabria, esencialmente en el campo de los cursos de lengua y cultura españolas. Entre ellas destaquemos la Universidad de Liverpool, cuyos cursos organizaba el hispanista Edgar Allison Peers, quien en una guía de la provincia en 1927 ya auguraba un gran futuro a la ciudad como centro turístico y educativo.

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Había, sí, las llamadas 'escuelas' que concedían titulaciones medias y a menudo se remontaban muy lejos hacia el siglo XIX: la Normal para formar maestras y maestros; las de Comercio y Náutica; la de peritos industriales; la de Enfermeras surgida en 1929 en Valdecilla. En la posguerra nació una escuela Normal de la Iglesia en Sierrapando, y sendos seminarios de estudios sociales (luego graduados sociales) en Santander (Cardenal Herrera Oria) y Torrelavega (Hermilio Alcalde del Río). Asimismo, una escuela de facultativos de Minas en Torrelavega, por afán de las empresas de la comarca. E incluso fugazmente, en 1936, el director de Valdecilla, Wenceslao López Albo, había concebido el proyecto de una universidad cántabra.

Inauguración de la Facultad de Medicina en 1975. De izquierda a derecha: Felipe Lucena Conde, director general de Universidades; el presidente de la Comisión Gestora de la Universidad,José María Trillo de Leyva; el ministro de Educación y Ciencia, Cruz Martínez Esteruelas, y Segundo López Vélez, decano-comisario de la Facultad de Medicina y director de Valdecilla.
Imagen - Inauguración de la Facultad de Medicina en 1975. De izquierda a derecha: Felipe Lucena Conde, director general de Universidades; el presidente de la Comisión Gestora de la Universidad,José María Trillo de Leyva; el ministro de Educación y Ciencia, Cruz Martínez Esteruelas, y Segundo López Vélez, decano-comisario de la Facultad de Medicina y director de Valdecilla.

Todos estos precedentes, más la construcción de la Residencia Cantabria de la Seguridad Social y la creación del nuevo Valdecilla (Centro Médico Nacional) bajo liderazgo del doctor Segundo López Vélez, generaron entre 1963 y 1972 una fortísima presión de las fuerzas vivas provinciales (Diputación, Santander y demás ayuntamientos, sindicatos y asociaciones profesionales, cámaras de comercio) para hacerse con una universidad propia. Esta movilización unánime, en la que participó incluso el gobernador civil, el catalán Claudio Colomer, era secundada por un amplio 'lobby' montañés en Madrid, en el que se incluían el rector de la UIMP y director general en el Ministerio, Florentino Pérez-Embid, y el reocinense Javier Irastorza Revuelta, brazo derecho del todopoderoso ministro secretario del Plan de Desarrollo, Laureano López Rodó. Además, personas muy bien relacionadas con el poder central del tardofranquismo y luego protagonistas de la transición democrática, como Fernando Benzo y Alfonso Osorio. También López Vélez ejercía sus altas influencias y el nuevo Valdecilla hacía ya justificable la creación de una Facultad de Medicina; con este tercer centro superior se podía formar distrito propio. Ello sucedió oficialmente en agosto de 1972, pero ya en primavera de ese año había sido previsto por las Cortes que aprobaron el III Plan de Desarrollo. Si la primera universidad la habían traído los jesuitas de la mano del segundo marqués comillano, Claudio López, la cuarta la estaban trayendo, en buena medida, los opusdeístas de la tecnocracia, colaborando con la amplia reivindicación pública y privada montañesa.

Los años de la Gestora (1972-1976)

Significativamente, la Comisión Gestora a la que se encomendaron los primeros pasos de la Universidad de Santander fue presidida por un jurista que era a un tiempo vicerrector de la UIMP y catedrático de Mercantil en Valladolid, Carlos de Miguel Alonso. En enero de 1973 se instaló en unos despachos de la planta baja de la Facultad de Ciencias, recién estrenada tres meses antes. El primer acto oficial de la nueva Universidad fue dar posesión a López Vélez como decano-comisario de Medicina, cuyo alumnado recibiría clases en el Pabellón de la UIMP en Las Llamas hasta que se construyese una facultad en Cazoña. Ese Pabellón, que había recibido también a los estudiantes de Caminos y Ciencias cuando sus respectivos edificios estaban en construcción, habría de acoger también a los de Empresariales y Derecho, por el mismo motivo. Miles de estudiantes de la US estudiaron en las aulas de la UIMP (y recuerdan la famosa 'nevera'). El otro hombre fuerte de la situación era el decano de Ciencias, Eugenio Villar García, pronto nombrado vicerrector y cuyas conexiones en el CERN de Ginebra resultarán decisivas para la internacionalización de la UC y el logro de algunos de sus señalados hitos científicos, como la puesta en marcha de Internet o la detección del bosón de Higgs. En Caminos, el director-comisario era un hombre de la Junta de Puerto de Santander, Pedro Aguilar.

De Miguel tenía demasiados frentes que atender y una dedicación solo parcial, aunque ilusión nunca le faltó y llegó a comprar en Arce las ruinas de la casona-palacio del Primer Marqués de la Conquista Real, de los siglos XVII-XVIII, con intención (luego no cumplida) de desmontarla y reconstruirla en el campus, dotando así de un noble edificio montañés a la Universidad como Pabellón de Gobierno. Finalmente, unas diferencias con López Vélez por el control de las enseñanzas clínicas llevaron a su dimisión en septiembre de 1974. Para entonces, ya se habían adscrito a la US las escuelas de titulaciones medias, entre ellas, las dos originales de Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS, nombre entonces de la Enfermería), a saber, la de la Casa de Salud Valdecilla y la de la Residencia Cantabria, femeninas ambas en aquel momento.

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El Ministerio decidió que el sustituto fuera el joven decano de Ciencias, el catedrático de Química José María Trillo de Leyva, venciendo su resistencia con presiones que un estado democrático no hubieran sido de recibo. El caso es que el Ministerio acertó, y aquel profesor e investigador sevillano, que acumulaba mucha experiencia internacional y científica, se tomó muy en serio su responsabilidad, con un talante liberal (se negó a represaliar a estudiantes comunistas) que le permitió sortear muchos campos minados en esos postreros años de dictadura. Orientado a universidades de calidad como la Mijaíl Lomonósov que había conocido en el Moscú soviético, Trillo prefería consolidar y ordenar la US existente, en vez de seguir ampliando centros y titulaciones sin garantías de profesorado ni de recursos. En 1975 se inauguró la Facultad de Medicina. Trillo logró también crear, con el CSIC y la Diputación, el primer instituto de investigación de la US, el Centro de Investigación y Desarrollo de Santander (CIDS), que perduró hasta 1983. Pero sus deseos de retorno a Andalucía y la inviabilidad de que el Gobierno autorizase una sección de Químicas en Ciencias le pusieron en situación dimisionaria ya desde principios de 1976. Aún tuvo tiempo para promover los primeros estatutos de la Universidad, que, no siendo aprobados por el Ministerio, quedaron como «normas provisionales». En un otoño caliente por la reducción del número de convocatorias de examen (que apretaba las tuercas a estudiantes de Medicina y Caminos, especialmente), Trillo obtuvo del Ministerio que se permitiera la elección de su sucesor por la comunidad universitaria y reclamó que se lo considerase ya 'rector' y no solo presidente de la Gestora.

Los primeros rectores y éxitos (1976-1986)

Así fue elegido presidente, por un apretado margen, el catedrático de Caminos Guillermo Gómez Laá, que en la primavera siguiente sería designado oficialmente rector. Esta figura, pues, no cumple su cincuentenario hasta 2027. Gómez Laá logró del flamante Gobierno democrático centrista de verano de 1977 la concesión de la anhelada Facultad de Filosofía y Letras. Sus primeros numerarios (los profesores Ramón Teja, Ignacio Barandiarán, José Ortega y José Ángel García de Cortázar) fueron seleccionados por el profesor Antonio Cendrero, de Ciencias, en un singular 'casting' de alcance nacional. Pero, como no había edificio, hubieron de alojarse en la Facultad de Medicina, donde durante diez años las historias clínicas y todas las demás historias compartieron las patologías del inmueble. Para solucionarlo, y de acuerdo con el alcalde santanderino Juan Hormaechea, se buscó la remodelación del Monasterio de las Salesas Reales (el actual complejo judicial) y se encargó el proyecto. Asimismo, se impulsó el desarrollo del campus de Los Castros-Las Llamas con la construcción de Caminos-Aulas y la nueva Escuela de Empresariales. Todo esto lo completaría ya un vicerrector de Laá convertido en rector por el Claustro en la elección de 1980: el catedrático en Medicina José Miguel Ortiz Melón. El primer y único santanderino de nacimiento que ha llegado a rector de la Universidad de Santander.

Gómez Laá logró del gobierno centrista de 1977 la concesión de la anhelada Facultad de Filosofía y Letras

Su mandato fue decisivo en muchos aspectos. Especialmente dotado para las relaciones institucionales, encajó muy bien a la US con la naciente autonomía de Cantabria. En 1982 obtuvo no solo del Ministerio la Facultad de Derecho, sino además de la Diputación regional el dinero necesario para poner en marcha la titulación de inmediato. Al torcerse pronto las obras de las Salesas (que iban a alojar Filosofía y Derecho) por defectos del noble edificio cuyo arquitecto, el laredano Joaquín de Rucoba, había sido también el del Teatro Arriaga de Bilbao, Ortiz Melón buscó solución ministerial y obtuvo, en una de las fechas importantes de la UC, septiembre de 1983, el compromiso de un amplio programa de inversión para, renunciando a un campus en Pronillo, concentrarse en el de Los Castros, con la finalización del Pabellón de Gobierno y la construcción de un Interfacultativo.

Edificio Interfacultativo en noviembre de 1988. Se Quintana,
Imagen - Edificio Interfacultativo en noviembre de 1988.

Su sucesor, el catedrático de Caminos Francisco González de Posada, se ocupó de dar continuidad a estos logros y además aportó a la UC dos importantes novedades. La primera fue que, con su apoyo a la directora de la Escuela de Empresariales, Sofía Juaristi, se aceleró la implantación de la licenciatura y, por tanto, la consecución posterior de la Facultad de Económicas. La segunda fue la creación de las Cursos de Verano en Laredo, oficialmente en 1985. González de Posada fue así, aun como rector de transición para la redacción de unos Estatutos que trasladasen a la universidad los cambios de la Ley de Reforma Universitaria (LRU, 1983), eslabón importante en el crecimiento de la pequeña y jovencísima institución. Como los Estatutos de 1985 cambiaron el nombre a 'Universidad de Cantabria', Posada es el único rector que lo ha sido de la universidad de Santander y de la de Cantabria, si bien hay que recordar que ya el primer escudo de la US en 1973 lleva la leyenda 'Cantabriae Universitas'. En 1986 comienza a funcionar un Consejo Social, sucesor del Patronato de la legislación anterior. Su primer presidente será un referente de la cultura santanderina, Manuel Arce Lago.

La larga época de acelerada expansión (1986-2012)

En 1986, Posada pasa el testigo a su antiguo doctorando, el catedrático de Caminos José María Ureña Francés, dinámico gestor que ya había intentado ser elegido en 1984 y que finalmente lo consigue ahora. Ureña inaugura el Pabellón de Gobierno y abrirá el Interfacultativo un año después, lo que permite crear la gran Biblioteca central. Se ocupa también de la edificación de Filología y del Polideportivo, y asimismo pone en marcha el proyecto arquitectónico para el 'Politécnico' (actual Escuela de Industriales y Telecomunicación). Con él se remodeló la Escuela de Enfermería y se integró plenamente en la UC. Ureña da un gran empuje a la internacionalización, al liderar la creación del Grupo Santander con varias universidades europeas, precursoras del Erasmus. Su amor a la cultura le lleva a implementar el 'Otoño Musical', música de calidad a precios populares, en cooperación con Caja Cantabria.

Construcción del edificio del Rectorado. Celedonio
Imagen - Construcción del edificio del Rectorado.

Pero Ureña se encontró con un entorno político más complicado. En 1987, Juan Hormaechea pasa a la Presidencia de la autonomía y en el Ayuntamiento lo sustituye Manuel Huerta. No fue posible la convergencia de los espíritus y, percibiendo que la UC podría resultar perjudicada, Ureña decidió dimitir en el ecuador de su segundo mandato, en 1992, lo que cogió a todos por sorpresa. El sucesor será uno de sus vicerrectores, Jaime Vinuesa, matemático de Ciencias. Otra figura bien dotada para las relaciones institucionales. (A partir de entonces, durante 30 años, todos los rectores electos han sido previamente vicerrectores del equipo de gobierno saliente).

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En sus dos rectorados, la UC completa un gran crecimiento (récord de alumnado al final del siglo) con tres edificios muy significativos: el Politécnico (en uso desde junio de 1994, aunque inaugurado un año más tarde), el Paraninfo de la calle Sevilla y el edificio de las Facultades de Derecho y Económicas, que oxigena definitivamente el campus. También se impulsa la construcción de una nueva Escuela de Minas en Torrelavega. Aparece en 1995, a partir de una experiencia anterior con el CSIC, el Instituto de Física (IFCA), llamado a ser un protagonista destacado. La Escuela de Magisterio se convierte en Facultad de Educación. Aparecen la Ingeniería superior de Industriales y la de Telecomunicación. Vinuesa es además importante por haber captado a Emilio Botín como mecenas estable y potente. Ya Emilio Botín padre había visitado con frecuencia a De Miguel, Trillo y Ortiz Melón, donando a la US una de sus primeras computadoras electrónicas. Con Vinuesa se plantean estudios estratégicos con expertos de Stanford y de la Politécnica madrileña, y se implanta la primera red informática del campus. Y es el rector que vive la transferencia de la educación universitaria a la comunidad de Cantabria, en 1996, siendo consejera Juaristi.

La comunidad universitaria muestra su rechazo a la violencia de ETA en enero del año 2000. Andrés Fernández
Imagen - La comunidad universitaria muestra su rechazo a la violencia de ETA en enero del año 2000.

Las últimas elecciones rectorales celebradas en Claustro otorgaron una ajustada victoria al catedrático de Fisiología Juan José Jordá, que inicia mandato en 2001. Suponía la continuidad, como antiguo vicerrector de Vinuesa, pero también debía afrontar una etapa nueva con la aplicación de la Ley Orgánica de Universidades (LOU). Apenas tuvo tiempo: un año después, una fulminante enfermedad le arrebató la vida. Las conversaciones iniciadas con el Gobierno del presidente Martínez Sieso sobre un 'Programa 2005' (que luego sería el concepto de contrato-programa) quedaron paradas por la interinidad de la UC y el posterior calendario político regional.

De 2002 a 2004, uno de los vicerrectores, el catedrático de Caminos Federico Gutiérrez-Solana, ejerce el cargo rectoral interinamente, hasta que, en las primeras elecciones por sufragio universal ponderado, la comunidad UC lo ratifica como rector. Con Gutiérrez-Solana se abre una década de expansión que durará hasta 2012, favorecida por la bonanza económica general, y llevará a la UC a una máxima representación, al convertirse el Rector cántabro en presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE) y lograr que la alianza con la UIMP fuera en 2009 uno de los primeros campus de excelencia internacional reconocidos por el Gobierno español. En el decenio de Gutiérrez-Solana se crea la Escuela Infantil y los campus vacacionales, se mejora al aspecto del campus en colaboración con el Ayuntamiento de Santander (aparece el Parque de Las Llamas, se urbaniza mejor la larga Avenida de Los Castros), se construyen los Laboratorios de I+D de Telecomunicación y la Plaza de la Ciencia, se estrena el edificio propio del IFCA, y en el Pctcan se inaugura el Instituto de Hidráulica Ambiental y se inician las obras del de Biomedicina y Biotecnología. Asimismo, se inaugurará el último gran edificio del campus de Las Llamas, las Tres Torres o Casa del Estudiante. Con este rector se implanta la obligación de que los graduados de la UC dominen el nivel B2 de Inglés y se ponen en marcha programas de capacitación de idiomas, tanto para estudiantes como para la plantilla.

Obras de construcción de la Escuela de Náutica. Bustamante
Imagen - Obras de construcción de la Escuela de Náutica.

Gutiérrez-Solana hubo además de gestionar un enorme cambio pedagógico, derivado de la implantación en 2010 del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) o Plan Bolonia. Con este modelo, se pasó a una estructura de Grado, Máster y Doctorado, con créditos evaluados y reconocibles en el ámbito europeo. Fue una de las mayores mudanzas en la historia de la UC e implicó importantes inversiones en adecuación de espacios y de recursos.

El campus de excelencia internacional, denominado 'Cantabria Campus Internacional' (CCI), marcó el rumbo de una universidad que ya venía apareciendo muy arriba en los rankings de educación superior en España. CCI suponía agregar socios institucionales y agentes de Cantabria al proyecto universitario, y reforzar la transferencia de conocimiento a la sociedad, según el concepto de «región de conocimiento» que este rector nunca dejó de predicar. Asimismo, bajo su mandato se inició el Programa Sénior y se creó la Fundación Uceif, con el Banco Santander, para la investigación en el sector financiero. En 2006, por primera vez se firmó un Contrato-Programa, con el Gobierno que ahora presidía el regionalista Miguel Ángel Revilla en coalición con el PSOE. Sin embargo, los contratos-programa, destinados a dar solidez financiera a la Universidad, han tenido después una trayectoria bastante irregular, esencialmente por los problemas presupuestarios de la autonomía. Con Gutiérrez-Solana se emprendieron experiencias muy exitosas: la Escuela Gimbernat en Torrelavega, y otra de resultado más incierto, de la mano de las autoridades, en el antiguo Seminario de Comillas, el Ciese y sus estudios hispánicos. No debe olvidarse, por último, el empeño del rector, con mecenazgo de Emilio Botín, para recuperar en Nueva York los frescos de Luis Quintanilla sobre la guerra, que hoy forman parte del patrimonio artístico de la UC y de Cantabria.

Tiempos difíciles, soluciones nuevas (2012-2022)

La elección de 2012 volvió a ser algo reñida, aunque el anterior vicerrector de Investigación, el físico José Carlos Gómez Sal, se impuso en primera vuelta. Por primera vez en cuarenta años, había tres mujeres en el equipo rectoral (Ángela de Meer, Elena Martín y Concepción López). Este Rector tuvo que gestionar un cuatrienio dificilísimo, en el cual su presupuesto era aproximadamente un 20% inferior a lo habitual en la época anterior. Optó por ajustes en gastos de departamentos y en profesores asociados. Algunos proyectos quedaron aparcados, como el nuevo colegio mayor Juan de la Cosa. Bruselas impuso restricciones presupuestarias a cambio de salvar el sistema bancario (esto es, los ahorros de los españoles) y la UC no se libró de esta exhibición de rigorismo boreal. No obstante, se inauguró el Ibbtec, se firmó la creación del Idival, se puso en marcha el CISE para el fomento del emprendimiento y se consolidó el sello de campus de excelencia internacional. El final de mandato fue algo más dulce para Gómez Sal, ya que desde 2014 la recuperación económica fue mejorando las expectativas de financiación y el cambio de gobierno regional en 2015 propició la comunicación en busca de otro contrato-programa algo más expansivo. Lo cierto es que, en términos reales, no se volvería durante años a la cota marcada al final de su mandato por Gutiérrez-Solana.

Al entregar el relevo a su vicerrector de Investigación Ángel Pazos en 2016, Gómez Sal podía presumir de haber mantenido la calidad esencial de la UC. Pazos ganó también sus elecciones en primera vuelta, con un renovado equipo. Su filosofía era la de una UC de calidad, internacionalizada y digitalizada, así como en una conexión total con el mundo de las empresas, algo que ya con Gómez Sal, por medio del Foro UC-Empresas, se había lanzado. Ángel Pazos era el primer estudiante de la UC que llegaba a rector. Alumno de Medicina de las primeras promociones, doctorando del primer decano oficial, Jesús Flórez, y Premio Juan Carlos I en 1988 al mejor investigador joven, Pazos había vivido a la vez el desarrollo de Cantabria y el de la UC.

Ángel Pazos ha sido el primer alumno de la Universidad de Cantabria que ha llegado a rector

En 2018 presentó el Plan Estratégico que debía llevar a la institución a 2023 debidamente potenciada. Sin embargo, cuando en los comienzos de 2020 se disponía a iniciar una campaña de reelección (en solitario, por ausencia de rivales), se cruzó en el camino el desastre del covid-19, que supuso para la UC uno de sus mayores desafíos de gestión y organización en este medio siglo de historia. Por primera vez, un cierre continuado de las aulas. No obstante, en ese mismo verano fructificó la posibilidad de crear un campus europeo común con otras universidades del continente, formando, al amparo de la convocatoria de la Unión Europea, el consorcio Eunice (nombre de una nereida griega, Buena Victoria, pero también acrónimo de European University for Customised Education). La pandemia aceleró todos los sistemas digitales y significó un impulso a las experiencias previas de educación a distancia. En este segundo rectorado de Pazos, la UC continúa en lo alto de las clasificaciones nacionales, bien posicionada en las europeas y globales, y consolidada en su vocación europea. Se ha creado finalmente el Sanfi (Santander Financial Institute) como nuevo instituto de investigación. En los próximos años, la aplicación de las nuevas leyes nacionales de Ciencia y de Universidades (LOSU), y de la recién aprobada ley cántabra de Ciencia, marcará buena parte de la cotidianidad de la UC.

Primer día de clase, en septiembre de 2020, con la crisis sanitaria del covid como telón de fondo. María Gil Lastra
Imagen - Primer día de clase, en septiembre de 2020, con la crisis sanitaria del covid como telón de fondo.

Cuando la Universidad de Valladolid cumplió 50 años, ni siquiera había terminado el siglo XIII. El crecimiento de la UC ha sido rápido y contundente de 1972 a 2022. Pero las universidades son personajes de vida matusalénica y esta historia ha sido, como defiende el rector Pazos, «tan solo el principio». Mientras, la humanidad sigue contando con una Universidad de Santander: la UDES, con cerca de 20.000 estudiantes, imparte sus titulaciones en Colombia y Panamá, y acaba de cumplir sus primeros cuarenta años.

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