![La menor madrileña fallecida en el Cares estaba de campamento con un hermano en San Vicente](https://s3.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202007/05/media/cortadas/cares-kaFG-U1107066512143CD-1248x770@Diario%20Montanes.jpg)
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Lucía ramos
Peñalmera Alta
Domingo, 5 de julio 2020, 08:23
Llevaba apenas dos días en Cantabria y tenía aún por delante otros diez para disfrutar de la playa y la naturaleza, pero la peor de las suertes truncó todos sus planes. Ana, una niña madrileña de catorce años fallecía ahogada en la tarde del viernes, después de que el kayak hinchable con el que descendía por el río Cares volcase al colisionar con unas rocas en una zona de fuertes corrientes. Según informaron desde la Guardia Civil, el suceso tuvo lugar en torno a las seis, en el coto de pesca Pared del Agua, en las inmediaciones de Mildón (Peñamellera Alta). Fueron necesarias seis horas para poder sacar su cuerpo de la oquedad en la que había quedado enganchada debido a la fuerza del agua.
La menor disfrutaba de un campamento de surf en San Vicente de la Barquera (Cantabria) junto a uno de sus hermanos y otros diecisiete chavales de entre trece y dieciséis años. Este viernes les tocaba jornada de deportes de aventura, para lo que habían contratado a una empresa especializada radicada en Panes (Peñamellera Baja). Tras haber estado practicando barranquismo por la mañana, a las cuatro de la tarde llegó el momento de hacer rafting por el Cares.
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Todo iba bien y los chavales disfrutaban del descenso acompañados por cuatro monitores -tres de la empresa de aventura y uno del campamento- cuando, al llegar a una zona de rápidos, varias embarcaciones chocaron contra las rocas y entre sí, cayéndose algunos de sus ocupantes al agua. Entre ellos se encontraban la joven y su compañera de canoa. Esta última logró emerger unos segundos después de la caída, junto a los remos de ambas, y al comprobar que su amiga no salía, dio la voz de alarma.
Los responsables de la actividad comenzaron entonces a buscar a la menor, pero aunque realizaron varias pasadas por la zona no lograron verla ni tocarla para poder auxiliarla. Había quedado atrapada boca abajo por la fuerte corriente contra una hendidura que el agua fue horadando durante años en una gran roca que divide el cauce en dos 'venas'. Quienes conocen bien el río y ese punto en concreto lamentaban ayer que «la niña no tuvo ninguna posibilidad», pese a que iba equipada con casco y chaleco salvavidas.
Angustiados al no poder dar con la menor, los monitores decidieron continuar descendiendo río abajo para apartar al resto de adolescentes y, sobre todo, para llegar a una zona con cobertura de telefonía móvil, mientras uno de ellos se quedaba en el lugar. No fue hasta pasados unos cincuenta minutos cuando por fin pudieron ponerse en contacto con el 112 Asturias. Eran las 19.15 horas y, de forma inmediata, se movilizaron el jefe de la Zona Oriente de Bomberos del SEPA, seis efectivos del parque de Cangas de Onís y el Grupo de Rescate, a bordo del helicóptero medicalizado, además de dar aviso a la Guardia Civil y al Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU).
Casi una hora después, uno de los monitores lograba localizar el cuerpo de la joven y, debido a la imposibilidad de extraerlo, se solicitó la presencia de dos efectivos del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, quienes llegaron al lugar desde Gijón en torno a las once de la noche. Previamente habían solicitado la ayuda de sus compañeros de la Sección de Rescate e Intervención en Montaña, con base en Cangas de Onís, quienes llegaron a las nueve y media al lugar y se encargaron de preparar el descenso desde las AS-114 hasta el río desbrozando la escarpada ladera y habilitando una línea de vida. También instalaron una tirolina de orilla a orilla para que los buzos pudieran agarrarse a ella y acercarse al cuerpo con seguridad.
Finalmente lograron asegurar el cuerpo de la niña y sacarlo del agua minutos antes de la medianoche. Apenas un cuarto de hora después, el cadáver fue izado, con ayuda de rescatadores y voluntarios, hasta la carretera, donde esperaban el forense y un efectivo de la Policía Judicial de Llanes. La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer lo detalles del suceso y será el juzgado de Llanes el que se haga cargo de las diligencias.
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