![El líder de los regionalistas, Miguel Ángel Revilla, durante su discurso en la fiesta del PRC, celebrada en Rasines.](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/07/07/FIESTA%20PRC01-U220641966781GlF-U220647412536ODH-1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Miguel Ángel Revilla sigue sin tener prisa por echarse a un lado y dejar paso a su sucesor –o sucesora– al frente del PRC, y este domingo volvió a insistir en que será él quien indique cuándo es el momento: «Lo vamos a hacer cuando ... yo decida hacerlo, porque soy el secretario general y porque me ha nombrado un congreso para seguir hasta dentro de dos años, aunque no voy a esperar tanto». Así de claro lo dejó durante su discurso en la Fiesta Regionalista, celebrada en Rasines, en el que también reivindicó su labor y la del partido en la modernización de Cantabria.
No hubo grandes anuncios en su intervención, el plato fuerte de la jornada de convivencia de afiliados y simpatizantes de la formación, que contó, como siempre, con la presencia de toda su plana mayor. De hecho, todo lo que dijo Revilla durante los 45 minutos que pasó sobre la tribuna sonó familiar: los humildes orígenes del partido y su enorme crecimiento, la recuperación del nombre de Cantabria para la posteridad, la conquista de la autonomía y el desarrollo de la región con su trabajo en el Gobierno, etc., reservándose él mismo un papel protagonista en esta serie de logros.
Y eso a pesar de que en el arranque de su arenga dio la impresión de que quizás esta vez cogería el toro por los cuernos. «Hay un poco de preocupación, de incertidumbre, porque hemos perdido unas elecciones y porque quien está hablándoos ahora, después de 41 años, por primera vez ya no será el candidato de este partido a la Presidencia del Gobierno de Cantabria. Eso me consta que crea un ambiente de incertidumbre, de preocupación que espero que a lo largo de la intervención quede disipado».
La fiesta regionalista, en imágenesVer 10 fotos
El espejismo se desvaneció en un minuto, en cuanto volvió a remontarse al nacimiento del partido, allá por el 78, para hilar un discurso con el que logró enardecer a su auditorio, describiendo un PRC dolorido por su derrota en las urnas pero con arraigo regional y fuerza suficientes como para rehacerse y volver a gobernar.
En realidad, Revilla no asumió ninguna responsabilidad en el desastre electoral, debido, como aseguró, al escándalo de corrupción en la Consejería de Obras Públicas que, según él, estalló oportunamente cuatro meses antes de la votación (ya avanzó que todo eso lo contará con detalle en su próximo libro). Al contrario, presumió de que el PRC es «el único partido que ha estado gobernando 24 años y no tiene un cargo condenado por prevaricación o corrupción».
«Debemos sentirnos orgullosos de estos 46 años de presencia política en Cantabria. Somos los padres de la Autonomía de Cantabria, de que toda España sepa cómo se llama esta tierra». A eso precisamente, a la ardua lucha para conseguir recuperar el nombre de Cantabria dedicó los siguientes minutos, remontándose hasta Catón el Viejo, pasando por la Casa de Juntas de Puente San Miguel y llegando hasta Vox, «que quiere quitarnos la autonomía».
«Voy a estar vigilando: no voy a consentir queel trabajo de media vida mía se vaya al garete»
«¿Pensáis que el PP o el PSOE se van a acordar de los territorios que tienen pocos votantes?»
«Debemos sentirnos orgullosos de la transformación de esta tierra», comenzó al abrir el capítulo de logros. Explicó cómo, partiendo de la idea de que cada pueblo debía tener una buena carretera, un médico y un maestro, consiguió redistribuir unos recursos de los que antes sólo se beneficiaban Santander y los grandes núcleos. El repaso siguió con el aeropuerto que antes «tenía por la mañana un vuelo con avión de hélice que volvía por la tarde; no había ni cafetería». Ahora, suma 1,3 millones de pasajeros anuales. Contó cómo logró que Ryanair abriese una base organizando un partido de golf entre el mandamás de la aerolínea, Michael O'Leary, y Seve Ballesteros.
¿Qué decir del puerto? Antes de pasar por sus manos había «tres barcucos que iban, que venían», y hoy es el de mayor tráfico de ferris semanales del norte de España. Otro tanto sucedía, según él, con la Universidad o Valdecilla, por no hablar del dinero que a fuerza de pedir han conseguido para Cantabria: el pago de la deuda del hospital (140 millones), los 54 del IVA que no devolvió Montoro, los 20 para La Pasiega, otros 20 para el Mupac... Y el AVE, por supuesto. «Ya está en marcha gracias a tres viajes a Monzón de Campos de este partido». En definitiva, que ellos se encargaron de «llenar la caja» al actual Gobierno, que «no está haciendo nada» aparte de los proyectos que ya les dejaron encauzados en la anterior legislatura.
Alabó también la altura de miras regionalista, como cuando, tras las elecciones, permitió la formación de un Gobierno popular en minoría para evitar que Vox llegase al poder. Todo un ejemplo: «Qué bueno sería que en España los grandes partidos se pusieran de acuerdo por el interés general».
Claro que, ¿qué se puede esperar de PP y PSOE? Pues que obedezcan a lo que les digan desde Madrid, dice Revilla. Por eso es tan importante volver a contar con un diputado y un senador regionalistas –como cuando Mazón y Fernández Viadero andaban por la capital–, que defiendan una financiación autonómica en función del coste de los servicios, y no que atienda al número de habitantes. «¿Pensáis que el PP o el PSOE se van a acordar de los territorios que tienen pocos votantes? No, van a aplicar el criterio de la población, porque allí están los votos».
Y, por fin, llegó el turno del asunto de la sucesión. Partiendo de que, sin él al frente, ya nada va a ser igual –lo dijo él–, afirmó que en el PRC «hay gente» para coger el testigo. Eso sí, la persona elegida, «con consenso general», «ha de comprometerse a abandonar muchas cosas de su vida, como las he abandonado yo». En cualquier caso, Revilla advirtió de que seguirá tutelando el partido –«Voy a estar vigilando: no voy a consentir que el trabajo de media vida mía se vaya al garete».
«Vamos a poner en marcha la maquinaria para que este partido tenga nuevo liderazgo y volvamos a estar en el Gobierno en las próximas elecciones, que va a volver a pasar lo de 2011 –cuando, tras la mayoría absoluta del PP con Ignacio Diego, Revilla volvió a ser presidente–, porque la gente va a recordar lo que hicimos». Y así, entre vítores, concluyó el discurso.
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