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Hace justo dos años, «como caídos del cielo», llegaron a la sanidad cántabra 3,1 millones de euros destinados a mejorar el equipamiento tecnológico para combatir el cáncer. Un regalo de la Fundación Amancio Ortega, dueño del imperio Inditex, del que se benefician ... ya miles de cántabros al año. Cantabria supo aprovechar el reparto de esa lluvia de millones (320 en toda España) para hacer una renovación integral del equipamiento del programa de detección precoz del cáncer de mama, con la tecnología más avanzada (tomosíntesis); poner la 'guinda' al servicio de Oncología Radioterápica de Valdecilla con la compra de un acelerador portátil que permite aplicar el tratamiento durante la intervención quirúrgica del tumor (es lo que se conoce como radioterapia intraoperatoria); y adentrarse en la medicina personalizada con el equipo incorporado al laboratorio de Genómica de Valdecilla que facilitará el acceso a terapias a la carta contra el cáncer.
Acelerador portátil La adquisición de un sistema móvil de radioterapia intraoperatoria para Valdecilla, valorado en 1,5 millones, fue la inversión más importante de la cuantía donada por la Fundación.
Mamógrafos digitales La Consejería invirtió otra parte de la aportación en la compra de tres mamógrafos digitales con tomosíntesis destinados al cribado de cáncer de mama: para la unidad móvil, Sierrallana y Laredo.
Mesa de biopsia En la lista de adquisiciones se incluyó también una mesa de biopsia con sistema de localización por estereotaxia y con opción de la tecnología de tomosíntesis para el Hospital Valdecilla.
Licencia y ecógrafos Se obtuvo también la licencia de tomosíntesis para el mamógrafo de Valdecilla, se renovó la unidad móvil del programa de cribado (semirremolque expansible) y se compraron dos ecógrafos.
Equipo de genómica Equipamiento destinado al laboratorio de genómica de Valdecilla para desarrollar tratamientos oncológicos personalizados y mejorar el diagnóstico de enfermedades hereditarias.
Una «revolución» en tres direcciones, bajo la firma de la generosidad del empresario gallego, que se recibió con los brazos abiertos en todo el país y que durante la pasada campaña electoral volvió a ser cuestionada por miembros de Podemos. La postura de Cantabria ante esas críticas se resume con las palabras del presidente en funciones,Miguel Ángel Revilla: «Gracias... y mande más». La región es, junto a Asturias, La Rioja y Navarra, de las pocas que pueden presumir de estar utilizando ya todo el equipamiento con el sello de Amancio Ortega.
«Lo realmente importante es que gracias a ese dinero podemos asumir y tratar patología con posibilidades de curación que antes no podíamos abordar», sostiene Pedro Prada, jefe de servicio de Oncología Radioterápica de Valdecilla, que cifra en medio centenar de casos «muy concretos y difíciles» –una intervención semanal de media– la aplicación del acelerador portátil, en el que se invirtieron 1,5 millones de euros. La principal ventaja que aporta este equipo es que disminuye la recaída local del cáncer, lo que aumenta la supervivencia del paciente y su calidad de vida, puesto que se evitan los efectos secundarios de un tratamiento postoperatorio. De hecho, en la mayoría de los casos, el paciente no necesita continuar con las sesiones de radioterapia una vez aplicada la dosis en el quirófano (elevada y directa al foco del tumor).
Un pellizco de esta donación sirvió también para equipar el nuevo laboratorio de Secuenciación Masiva que comparten Anatomía Patológica y Genética en Valdecilla, en el que se realiza ya el estudio genómico de tumores para predecir la respuesta a fármacos. Una reciente incorporación que «abre la puerta a las terapias a la carta», como apunta el patólogo Javier Gómez. La Unidad de Genética Molecular, por su parte, utiliza esta infraestructura para el diagnóstico de patologías hereditarias. Su responsable, José Luis Fernández-Luna, recuerda que en las enfermedades raras «se tarda una media de cinco años en establecer un diagnóstico. Con la tecnología adquirida en Valdecilla, se facilita llegar a ese diagnóstico, y un diagnóstico precoz en estas enfermedades, que muchas aparecen en edad pediátrica, posibilita una intervención temprana, mejorando la evolución del paciente».
Esta alternativa terapéutica se ha empezado a utilizar para atajar tres tipos de cáncer de abordaje complejo, como son el sarcoma abdominal –diagnóstico con el que se estrenó la intraoperatoria a principios de febrero–, el de recto y el de páncreas, aunque en un futuro puede tener aplicación en otros, como los ginecológicos. «La radioterapia intraoperatoria se puede utilizar en cualquier tipo de intervención en la que se sospecha que quirúrgicamente no se puede extraer del todo el tumor, de forma que nos abre unas tremendas expectativas, especialmente en pacientes de difícil solución», explica el médico. En definitiva, la inversión se traducirá en «mayor porcentaje de curaciones y con menos toxicidad».
Pero además, con la aportación de Amancio Ortega llegaron a Cantabria tres mamógrafos de última generación, uno para la unidad móvil (también renovada) que recorre la región para explorar a las mujeres de 50 a 69 años invitadas al programa de detección precoz coordinado desde Salud Pública; otro para Sierrallana y un tercero para el Hospital de Laredo. Incorporaciones que permitirá afinar el diagnóstico al localizar los tumores más escondidos.
«Esto significa un beneficio de mejora de la mamografía para al menos unas 27.000 mujeres al año, al incorporar la tomosíntesis (innovadora tecnología en 3D) en todos estos equipos», recuerda el radiólogo Alfonso Vega. Aquella donación incluyó también «una licencia de tomosíntesis para el mamógrafo de Valdecilla y una mesa de estereotaxia de última generación».
Con todo, «mejorará la mamografía diagnóstica a miles de mujeres al año y evitará biopsias quirúrgicas a centenares de ellas», añade. Y es que la tomosíntesis, que aporta una imagen tridimensional de la mama, «mejora la detección del cáncer hasta un 30% más que la mamografía sola», gracias a que reduce las superposiciones del tejido glandular y facilita el análisis más específico de las lesiones. Además, se estima que reducirá un 30% las derivaciones de las mujeres al hospital para realizarse pruebas complementarias en caso de diagnóstico sospechoso, con la ansiedad que eso les genera hasta que se sale de dudas. En la actualidad, seis de cada diez mujeres que participan en el cribado –en la última vuelta fueron más de 48.600– son remitidas al hospital para aclarar el diagnóstico. Al año se detectan en Cantabria 240 tumores de mama.
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