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«Ahora, viendo la nota, he hecho la prematrícula en el doble grado». Marina Gutiérrez se ha preinscrito en la titulación de Economía y ADE de la Universidad de Cantabria. Solo había diez plazas disponibles para el próximo curso, pero su calificación final en la ... EBAU le ha permitido optar una de ellas. Con un 9,981, esta alumna del IES Jesús de Monasterio, en Potes, ha logrado la nota más alta en las pruebas de acceso a la universidad de 2020.
Estas calificaciones son algo parecido a una llave maestra: los alumnos pueden abrir más puertas, optar a más universidades o escuelas donde continuar con su formación superior. Este año, con una crisis sanitaria que lo ha trastocado todo, que les llevó a cursar el último trimestre desde casa, confinados como el resto de la ciudadanía, este año quizá la nota cobra un valor añadido. «Si algo nos ha enseñado este curso en confinamiento es que, aunque no lo parezca en un principio, somos capaces de superar las dificultades y adecuarnos a nuevas situaciones», valora.
Gutiérrez es una de las diez mejores calificaciones cántabras de la EBAU2020 que no bajan del 9,8. Tras los números hay esfuerzo, hay capacidad de adaptación, hay voluntad, deseos y expectativas, y la ayuda de familias y profesorado.
Las pruebas fueron distintas, estuvieron condicionada por las medidas 'anticovid'. Sin embargo, estos alumnos coinciden en que los nervios, sobre todo, se los provocó el hecho de enfrentarse a una prueba nueva. «A mí ayudó que las clases fueran de unas diez personas», revela Laura Pajares, futura alumna de Estudios Internacionales y Administración de Empresas. Le tocó realizar sus exámenes en el IES Manuel G. Aragón de Viérnoles porque este año, para evitar desplazamientos y ganar espacio, la EBAU se celebró también en centros educativos repartidos por toda la comunidad. «Fue más cercano, nos ayudó».
¿Se esperaban estas calificaciones? La respuesta es casi unánime: «Nunca». Sin embargo, al término de las pruebas, estaban satisfechos:les dio tiempo, pudieron concentrarse y lograron volcar en los cuadernillos el conocimiento acumulado este curso.
Los bachilleres han llegado a la EBAU tras un curso partido en dos. A partir de marzo su educación transcurrió en casa. «A partir de ahí, nos sumergimos en un periodo de total incógnita, nadie sabía cuánto iba a durar la cuarentena, cómo nos iban a evaluar, si se iba a hacer la EBAU... Así que simplemente fuimos tirando», resume Helva Herrero, alumna del IES Montesclaros, decidida a formarse en Comunicación y Creación Audiovisual. Fueron tirando, se fueron adaptando. «Con el paso de los días fui creando una rutina y, aunque sí que había días en los que me sentía saturada por la situación, creo que me adapté a la situación bastante bien», añade. «El último trimestre no fue más complicado, solo muy diferente, porque tu enseñanza dependía de tu propia responsabilidad. Tuve que esforzarme día a día para no quedarme atrás», explica Alejandro González, decidido a cursar el doble grado de Matemáticas y Física, posiblemente en la UC.
«Nadie dice que el camino haya sido fácil, pero solo triunfa el que se adapta y asume las circunstancias con más fuerza que nunca para dar su mejor versión». Son palabras de Carmen de la Iglesia Martín, que estudiará Medicina. Sus 'circunstancias EBAU' han sido un poco más peculiares si cabe: se ha presentado a las pruebas con su hermana melliza Elena y ambas han logrado dos de las mejores calificaciones. Elena, con toda probabilidad, acabará estudiando el doble grado en Economía, Matemáticas y Estadística. «En mi caso, la ilusión por comenzar la etapa universitaria supera con creces la 'tristeza' de abandonar la rutina escolar, que ha durado 15 años y ha sido maravillosa», concede esta alumna del Colegio Calasanz de Santander. Carmen coincide: «Este examen es la culminación de una etapa».
9,981. Marina Gutiérrez Martínez. IES jesús de Monasterio, Potes
9,961. María del Castillo marina. colegio kostka, Santander
9,955. elena de la iglesia martín. colegio calasanz, santander
9,950. Alejandro gonzález ríos. Colegio esclavas, santander
9,928. laura martí holgado. IES ricardo bernardo, Solares
9,913. Lucía Herreros fuentevilla. Ntra señora de la paz, torrelavega
Se queden en Cantabria o estudien fuera, otra fase comienza en septiembre. Y con el añadido de la pandemia y sus consecuencias. «Está todavía la incertidumbre de cómo van a ser las clases», entiende Lucía Herreros, futura estudiante del Grado de Matemáticas. «Ahora mismo no sabemos si las clases van a ser presenciales o a distancia pero, de ser a distancia, todos estamos mucho más preparados que en el mes de marzo», valora María del Castillo. Estudiará Medicina y estos meses, revela, ha aprendido mucho, sobre todo, sobre sí misma, sobre sus límites. ¿Qué pasará en septiembre? Ana Laborda, que este año ha cursado el Bachillerato Internacional, cree que el impacto se irá diseminando: «Estaremos mejor preparados para eventos parecidos, y puede que ciertas medidas sean permanentes. Pero valoro que podremos seguir estudiando como hasta ahora».
9,900. Carmen de la iglesia martín. IES Santa Clara, santander
9,872. Helva Herrero bernardo. ies montesclaros, reinosa
9,870. laura pajares gonzález. IES Garcilaso de la vega, torrelavega
9,864. Ana laborda pérez. IES santa clara, santander
Laura Martí espera esa presencialidad. «La idea de estudiar mi primer curso de universidad online me aterra», confiesa. Estudiará Traducción, quiere aprender idiomas. «A pesar de todo, prefiero que seamos prudentes y seré la primera en adaptarme si no se puede empezar a impartir clases presenciales durante los primeros meses. Lo primordial es que superemos esta crisis de la manera más responsable y también más humana», reflexiona.
Esas son dos de las claves para estos jóvenes: adaptación y capacidad de ponerse en el lugar del otro. «Encuentro que como sociedad nos falta empatía, somos individualistas», tercia Helva Herrero. «Como sociedad creo que llevamos mal la incertidumbre. Y ahora que va a haber mucha más, hay que saber manejarla», comenta Marina. Elena aporta algo así como petición: «A pesar de nuestras diferencias, en los temas importantes tenemos que unirnos para luchar por el bien común».
Aitana García comenzó a leer y escribir muy pronto. Desde bien pequeña le han interesado la lengua, la literatura, la idea de ensanchar su vocabulario y perfeccionar la ortografía. Ha estudiado un Bachillerato de Ciencias Sociales y Humanidades en el IES Torres Quevedo, con latín y griego como optativas, porque buscaba materias que le ayudasen a conocer mejor el castellano. No es extraño, por tanto, que tenga en mente estudiar el Grado de Filología Hispánica, aunque le tiente también el de Psicología. Le da calma saber que puede elegir: Aitana García ha logrado una nota final de 9,66 en la EBAU.
Se lo ha 'currado' mucho. Con problemas de movilidad desde pequeña –un tipo de diplejia–, ha ido superando retos, cumpliendo etapas, desafiándose en alguna ocasión. Las pruebas de la EBAU han sido la última ocasión donde se ha puesto a prueba. Con una adaptación curricular que le permite realizar los exámenes con tiempo extra, este, a causa del covid que todo lo trastoca, no pudo solicitar la hora extra que precisaba para completar los exámenes de forma justa. Solo tuvo 30 minutos, y aún así, ha rozado el diez. «No me lo esperaba. Había estudiado mucho y tenía esperanza de sacar buena nota, pero tuve miedo a que no me diese tiempo a terminar los exámenes, y que se quedase sin ver lo que podía dar de mí», comenta ahora, satisfecha con el resultado. «He luchado por esto y estoy contenta».
Ha sido curso extraño, los alumnos han vivido el último trimestre desde casa. «Ha sido duro para todos, pero también creo que nos hemos fortalecido, los profesores, el grupo de clase... Eso nos ha hecho ver que hemos estado todos ahí». García agradece en cualquier caso el trabajo de los profesores de su instituto: «Hemos tenido su apoyo».
Aitana García se define como una persona positiva. «Al final todo esto va a pasar, lo estamos consiguiendo, vayamos siempre hacia delante», lanza a modo de mensaje. En el blog que acaba de estrenar, 'Vida de una adolescente' –en la plataforma 'Descubre Santander'– también cuenta otros aspectos personales: «Me considero una persona bastante soñadora. Siempre me ha gustado pensar que puedo conseguir algo si me implico lo suficiente para ello. En ese sentido la verdad es que siempre he tenido la gran suerte de contar con un entorno», escribe en una de las entradas.
¿Y de qué forma le gustaría enfocar su tarea profesional? Quiere que su trabajo tenga calado social. «Esa es la idea».
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