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Todas las previsiones quedaron desbordadas. Y la fiesta regionalista se convirtió este sábado en una macrofiesta. A los autobuses organizados desde el PRC se sumaron ... numerosos coches particulares. El objetivo, no solo celebrar, sino respaldar a su líder, Miguel Ángel Revilla, en el arranque de las obras del tramo Amusco-Osorno de la línea ferroviaria de alta velocidad entre Palencia y Cantabria. «Este tren me ha quitado al menos once años de vida, pero, a partir de hoy, felizmente ya no hay marcha atrás», arengó a los asistentes un Revilla emocionado que recordaba en sus palabras «las pesadillas, las visitas a Madrid, cuántos presidentes de Gobierno prometiendo siempre lo mismo: yo haré el AVE a Cantabria. Todos, y luego te encontrabas con la cruda realidad, hasta que el PRC ha cogido fuerza».
Tras el acto protocolario de la mañana, con la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, y las autoridades de Castilla-León y de Cantabria -un paseo por el escenario en el que arrancarán en Amusco los trabajos del deseado AVE- llegó el turno de la fiesta. Una fiesta que arrancó con el discurso de un Revilla triunfal y muy emocionado por momentos y un almuerzo en el que se asaron dos bueyes que se repartieron en una comida de hermandad en el polideportivo de Monzón, donde faltaron puestos entre las mesas habilitadas. Así que los simpatizantes del PRC terminaron ocupando buena parte de las gradas.
Buena parte del regionalismo regresó este sábado a Monzón de Campos, «donde se cometió el crimen» hace diez años. Así recordaba Revilla lo ocurrido un 15 de mayo del año 2010, cuando el entonces ministro de Fomento, José Blanco, suspendió el inicio de las obras del AVE, tan solo una jornada antes de la cita oficial para la colocación de la primera piedra. Aun así, Revilla y decenas de militantes del PRC acudieron al pueblo palentino y transformaron el fallido acto protocolario en un acto reivindicativo. «Juro solemnemente bajo el castillo de Monzón que los días que me queden de vida no voy a parar hasta que las obras del ave lleguen de Palencia a Santander». Es la frase que hoy recordaba Revilla del acto de aquel día y con la voz quebrada apostillaba : «Aquí sigo y esta reivindicación hoy al fin puedo celebrarla». Once años de su vida asegura que le ha costado este día. Una pelea en la que, como recordaba el propio líder del PRC, se han quedado por el camino algunos compañeros de partido como Rafael de la Sierra, para quien tuvo unas palabras de recuerdo.
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Todo el gobierno regionalista estuvo presente en Monzón: José Luis Gochicoa, Paula Fernández, Javier López Marcano, Marina Lombó y Guillermo Blanco. Y con ellos José María Mazón, diputado nacional del PRC. No en vano, Revilla destacó el hecho de que reivindicaciones como esta «se logran porque hemos cogido fuerza en Madrid, porque tenemos un diputado y un senador que hablan en todos los plenos y que no se callan ninguna reivindicación».
La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, no estuvo durante las palabras de Revilla, pero sí llegó a la comida y fue recibida entre aplausos y vítores por los asistentes. El presidente cántabro le agradeció la «buena disposición» mostrada por ella desde que mantuvieron la primera reunión. El presidente aseguró que esta obra es una de las grandes batallas que Cantabria está librando en Castilla, como ya lo fuera la Autovía de la Meseta, que ahora «beneficia y vertebra» a dos territorios hermanos o la futura Autovía Aguilar-Burgos, el «cordón umbilical» que comunica Cantabria con Madrid. En su opinión, «los hechos» y el cumplimiento riguroso de lo prometido confirman esa buena impresión que le causó Sánchez en su día.
La propia ministra, en el acto de la mañana ya resaltó que frente a lo ocurrido hace más de una década, la presentación de estas obras es «la realidad que desmonta cualquier atisbo de incredulidad» y la muestra del cumplimiento compromisos, proponer soluciones y ejecución sin más dilación que la que exige la tramitación administrativa.
«Volveremos cuando comiencen las obras del tramo desde el norte de Palencia a Monzón», prometió Revilla entre vivas a Castilla, a Cantabria y a España.
El presidente de Cantabria también aludió a otros proyectos del ministerio en marcha y apuntó «la grandísima noticia» de la licitación del tramo Renedo-Guarnizo, que corresponden a la línea Santander-Torrelavega, y supondrán una reducción en el tiempo de viaje entre la capital cántabra y la capital del Besaya y una mejora para las Cercanías.
También aludió a las obras del enlace de Valderredible por Quintanilla y a las obras del Desfiladero de La Hermida, que suponen una inversión de más de 100 millones de euros y que mejorarán los accesos a Liébana. Destacó la puesta en marcha ayer del tramo entre Pedrosa de Valdelucio y Báscones de Valdivia, de la autovía Aguilar-Burgos. Una obra que, según apuntó, va «camino de superar a la de El Escorial». Y aquí es donde echó en falta «a la solidaridad» de Castilla y León para «luchar» y recordó su apoyo al Partido Popular a cambio de ejecutar la Autovía de la Meseta. «Vendimos el voto, dando el apoyo al PP», lamentó.
De hecho, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco no asistió al acto de visita de las obras como tampoco lo hizo el día anterior en la inauguración del tramo de la A-73 Aguilar-Burgos.
Una imagen muy distntinta tiene el PP de Cantabria, cuya presidenta María José Sáenz de Buruaga, cree que Miguel Ángel Revilla y el Partido Regionalista han montado otro show en Monzón de Campos para tratar de tapar su propio fracaso y los incumplimientos del PSOE con el AVE, porque la realidad es que no hay nada que celebrar.
La dirigente popular ha afirmado que el triunfalismo de los regionalistas en el mismo lugar donde hace once años su socio de Gobierno, el PSOE, paralizó la colocación de la primera piedra está totalmente fuera de lugar.
Once años después, ha argumentado Buruaga, esta infraestructura ya tendría que estar terminada, pero solo ha comenzado la obra de uno de los dos únicos tramos adjudicados que, además, tiene un plazo de ejecución de más de tres años, y de lo demás, ha añadido, nada de nada.
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