En Santander, la mayor parte de los vecinos ya la utilizan en su día a día, aunque algunos cuestionan su precio. Ya no existe problema de abastecimiento, pero no todo el mundo está dispuesto a comprar una quirúrgica a diario. La mayoría opta por desinfectarlas con alcohol para alargar su vida útil. «No son caras -0,96 euros la unidad-, pero si tuviera que cambiar de mascarilla cada cuatro o cinco horas no podría asumirlo», apunta la santanderina Teresa Martínez, que pulveriza la suya con una mezcla de alcohol y agua después de cada uso para que le dure más. El Gobierno regional y los ayuntamientos cántabros dejan la pelota en el tejado del Ejecutivo central, quien concretará las condiciones del uso de la mascarilla en la orden que se emitirá «muy probablemente» hoy, apunta Illa.
Cada vez son más los establecimientos cántabros que venden mascarillas o pantallas faciales a sus clientes. Las primeras semanas tras la declaración del estado de alarma era prácticamente imposible encontrarlas en las farmacias. Ahora, negocios como librerías, quioscos y tiendas de ropa han incorporado este producto a su catálogo. Las quirúrgicas se ajustan al precio marcado por el Gobierno central, por debajo del euro, y el resto va en aumento en función del modelo. Todos coinciden en que hay una alta demanda. Aunque son más caras, las reutilizables salen más rentables a largo plazo. «Me costó 15 euros, pero sé que no voy a gastar más en mascarillas porque la utilizaré hasta que pase todo esto», cuenta Marina Gutiérrez, que adquirió una estampada y relavable a través de internet. «No me merecía la pena comprar las quirúrgicas», apunta.
Precios
Farmacia Valdés Gallo
Mascarilla quirúrgica: 0,96
Mascarilla FFP2: 4,95
Mascarilla reusable: 7,20 (2)
El Informal
Mascarilla quirúrgica: 0,96
Mascarilla reusable: 14,99
Librería Gil
Pantalla protectora: 4,78
Quiosco Virgen Grande
Mascarilla reusables: Diez unidades por 15 euros.
Amica (a domicilio)
Mascarilla reusables: Diez unidades por 15 euros, más 5 euros de gastos de envío.
Carrefour
Mascarilla higiénica: Diez unidades de un uso por 6 euros.
Mercadona
Mascarilla higiénica: Diez unidades de un uso por 6 euros.
Supermercados Día
Mascarilla higiénica: Diez unidades de un uso por 6 euros.
A mediados de marzo, cuando comenzó la crisis sanitaria, era muy poco habitual ver a gente que utilizase la mascarilla por la calle. Dos meses después, lo difícil es encontrar a alguien que no la lleve. «Yo no la utilizo porque me resulta incómoda. Si me obligasen lo haría, qué remedio. Aunque espero que haya algún tipo de ayuda para sufragar el gasto», cuenta Juan Carlos San Emeterio, que durante estos meses sólo ha salido de casa para hacer compras esenciales.
«La demanda sigue siendo muy alta, aunque por suerte ya no hay problemas de desabastecimiento», afirma José María Valdés Gallo, de la farmacia Valdés Gallo frente al Ayuntamiento de Santander. Vende las quirúrgicas a 0,96 euros, las FFP2 a 4,95 y las reutilizables a 7,20 por dos unidades. «Las reusables tienen certificación española y se pueden lavar hasta 15 veces, salen muy bien». Respecto al precio, Valdés Gallo considera que debería revisarse el IVA de este tipo de productos, que actualmente está en el 21%. «No es un artículo de lujo, por lo que el impuesto debería ser más bajo».
Higiénicas en supermercados
Los supermercados son una buena opción para adquirir mascarillas a un precio económico. Eso sí, aunque parezcan quirúrgicas, son higiénicas y su nivel de protección es más bajo, aunque son aptas para el uso cotidiano. En puntos de venta como Carrefour, Día o Mercadona, su precio es de seis euros por un paquete de diez unidades, que deben ser desechadas tras un uso. «Son las que utilizo, pero estoy pensando en adquirir una reutilizable», apunta una mujer que las compra habitualmente en el Carrefour Exprés de Jesús del Monasterio, en el centro de Santander.
A la espera de que el Gobierno central publique la orden donde se concreten todas las novedades respecto al uso de mascarillas en espacios públicos, las administraciones cántabras prefieren esperar sus indicaciones antes de decidir cómo actuar. El Ejecutivo regional explica que, en su caso particular, entregarán mascarillas a todos los empleados públicos, que volverán al trabajo presencial en los próximos días. Quienes ya están trabajando de cara al público, ya las utilizan. Además, tendrán un pequeño retén para aquellas personas que se desplacen a un edificio gubernamental a realizar alguna gestión y no tengan una propia. «De momento, la mayoría de la gente viene con la suya, pero tenemos algunas extra por si acaso», afirman.
En el Ayuntamiento de Santander prefieren esperar a analizar la orden antes de tomar decisiones al respecto y en el de Torrelavega ya han realizado un reparto masivo de mascarillas. «Hemos entregado 95.000, que se han repartido a través de las farmacias, quienes han hecho un gran esfuerzo para que estos productos llegasen a toda la población en muy pocos días», explica el alcalde, Javier López Estrada. «Esta medida surgió en un momento de desabastecimiento y se actuó cuanto antes para que la población pudiera disponer de ellas, especialmente en el transporte público, donde ya era obligatoria». Tras este reparto y a la espera de las indicaciones del Gobierno central, considera que ya hay disponibilidad suficiente en diferentes negocios como para que los vecinos las adquieran. «Seguiremos dándoselas a personas en riesgo de exclusión».
Las mascarillas han traspasado la frontera de las farmacias y ya están disponibles en tiendas de todo tipo. En El Informal, un comercio especializado en regalos y disfraces de Santander, disponen de quirúrgicas -al precio oficial- y reutilizables. Estas últimas, a un precio de 14,99 euros, se pueden estampar con la imagen que el cliente prefiera. «Puede venir con un diseño propio o podemos buscar alguna imagen que le guste, de algún superhéroe o lo que quiera», cuenta Emilio Hermosa. Esta opción combina la necesidad con la estética. «Gusta mucho a los niños». Tiene dos tamaños y se pueden lavar después de cada uso. En la librería Gil venden pantallas faciales a 4,78 euros. Las crean los fabricantes de papelería y por eso cuentan con ellas entre sus productos. «No todo el mundo espera encontrarlas aquí, pero muchos se animan a comprarla», apunta la encargada de la tienda de San Fernando. Allí también tienen disponibilidad de gel hidroalcohólico.
En el quiosco de la Virgen Grande, en Torrelavega, venden las mascarillas higiénicas de Amica. El paquete de diez cuesta 15 euros y, aunque son de un sólo uso, se permite su lavado hasta en cinco ocasiones. Este producto también puede adquirirse a través de la página web de la asociación, donde cuenta con un recargo de 5 euros para los gastos de envío. También hay negocios que se han adaptado a las circunstancias, como la tienda de serigrafía Artipubli, de Cartes. «Vendemos mamparas a medida para los negocios y además hemos incorporado mascarillas y pantallas faciales a nuestra venta», cuenta el propietario, Francisco Gutiérrez. Vende al por mayor, directamente a empresas, en paquetes de 40 o 50 unidades. «Tengo quirúrgicas, FFP2, reutilizables con certificado UNE0065 y pantallas. Todas pensadas para los trabajadores».
La mejor manera de parar el avance del coronavirus es frenarlo en seco. Colocar una barrera que impida que salga del cuerpo donde reside. El jefe de servicio de Nefrología de Valdecilla, Juan Carlos Ruiz San Millán, y el jefe de servicio de Otorrinolaringología, Carmelo Morales, defienden el uso generalizado de la mascarilla en los espacios públicos. «No es importante, es imprescindible. Este producto es el único capaz de frenar en seco su avance, mucho más que lavarse las manos», asegura Morales. Este virus, explica, replica mil veces más en la parte baja de la garganta que el primer Sars-CoV, lo que significa que si no existe una barrera entre una persona infectada y otra sana, las probabilidades de contagiarse son muy altas. «La cantidad de asintomáticos es elevada, por lo que se puede contagiar muy rápido sin ser consciente. No vale sólo con lavarse las manos, que también es muy importante, es fundamental encarcelar al virus».
«No es importante, es imprescindible. Este producto es el único capaz de frenar en seco su avance, mucho más que lavarse las manos»
Carmelo Morales | jefe de servicio de Otorrinolaringología
La réplica puede ser «brutal» porque es imposible identificar a aquellas personas infectadas que no manifiestan síntomas. Carmelo y Ruiz San Millán defienden que el uso de mascarilla debe ser obligatorio en cualquier espacio cerrado, aunque no son tan contundentes respecto a los lugares abiertos. «Para pasear no hace falta, a no ser que sea un lugar masificado. Lo idóneo es llevar la mascarilla guardada y utilizarla en el caso de que nos encontremos con algún conocido y nos paremos a hablar, porque no es fácil mantener las distancias», dice Morales. Su uso puede extinguir su avance. El otorrino explica que, si dos personas se paran a hablar y las dos llevan mascarilla, el riesgo de contagio es prácticamente inexistente. Sin embargo, si una persona sana la usa y una persona infectada no, podría contagiarla. Pero no porque el virus atraviese el tejido, si no porque pequeñas gotas de su saliva pueden quedar impregnadas sobre la superficie de la mascarilla y, al retirarla, la persona sana podría tocarla con sus manos e infectar su cara y otros objetos. Por su parte, Ruiz San Millán indica que lo más recomendable es llevarla siempre puesta, también durante los paseos al aire libre, para evitar todo tipo de contacto. «Al quitarla y ponerla se puede infectar. Lo mejor es integrarla en nuestra vida como un complemento más. Igual que no sales de casa sin zapatos, no salgas tampoco sin ella». Comprende que al principio puede resultar incómoda, pero «todo es cuestión de acostumbrarse». «Lo complicado será llevarla todo el rato en bares y restaurantes, ya que tenemos que apartarla para poder comer y beber».
«Lo complicado será llevarla todo el rato en bares y restaurantes, ya que tenemos que apartarla para poder comer y beber»
Juan Carlos Ruiz San Millán | jefe de servicio de Nefrología de Valdecilla
El calor es enemigo del coronavirus, por lo que durante los próximos meses bajará su incidencia. Su supervivencia sobre superficies inertes, además, bajará gracias a ese aumento de temperatura, asegura Morales. Pero eso no debe ser una excusa para dejar de utilizar las mascarillas y descuidar la higiene, ya que la probabilidad de contagio del Sars-CoV-2 es «más del doble» que la de la gripe común. «Es de alta replicación, si alguien infectado habla en un espacio cerrado, las pequeñas gotas que salen de su boca pueden llenar todo de virus», asegura Morales. De cara a septiembre y octubre, será importante reforzar las medidas de seguridad ante un posible repunte.
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