![Labores en una de las nuevas escolleras que permitirán ampliar la calzada. La obra requiere crear 2,7 kilómetros de muros y estructuras laterales y 9,2 de voladizos.](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2024/04/05/93219205-kl2B--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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María José Sáenz de Buruaga presentó el pasado diciembre la «agenda reivindicativa» del Gobierno de Cantabria al Estado en materia de infraestructuras. La presidenta regional lamentó el aislamiento que sufre la comunidad autónoma por parte del Ministerio de Transportes y enumeró los asuntos pendientes y ... aquellas actuaciones que, aún estando en marcha, avanzan de manera más lenta de lo esperado. Habló de los retrasos en el nudo de continuidad de Torrelavega, del calendario incierto para la llegada del AVE, de la falta de noticias sobre el tren rápido a Bilbao o el tercer carril de la A-8 entre Solares y Vizcaya... En todos los casos en tono de reproche. Solo hubo una excepción:la reforma integral del desfiladero de La Hermida que está ejecutando el Gobierno central con un presupuesto de 78,3 millones de euros desde junio de 2022 y que, si todo sale bien, estará acabada para verano de 2026. Los trabajos van «a buen ritmo», señaló la dirigente popular.
El pasado miércoles, cuatro meses después, durante su viaje a Liébana para celebrar en Potes un Consejo de Gobierno extraordinario con motivo del inminente final del Año Jubilar, pudo comprobar en persona las molestias que están ocasionando las obras, pero también que hay largos tramos casi listos para su inauguración. Pudo verificar que se está cumpliendo el cronograma previsto y que la obra que tanto tiempo llevan esperando los lebaniegos va por buen camino.
Hasta el punto de que la Demarcación de Carreteras en Cantabria tiene previsto abrir al tráfico antes de verano los tramos en los que se trabaja actualmente en el entorno de Cicera, La Hermida y Urdón (en Cantabria), y de Estragüeña y Puentelles, en la parte asturiana de la N-621. En pocas semanas estarán listos para ser transitados por los conductores estos 5 kilómetros totalmente renovados, que se sumarán a los 4,5 kilómetros ya habilitados en los últimos meses. La cuenta es fácil:si la reforma integral de la carretera contempla intervenir sobre 20 kilómetros, eso quiere decir que para verano ya estará acabada y en funcionamiento casi la mitad de la actuación. El 50% de los trabajos una vez consumido el 50% de los 46 meses de plazo de ejecución comprometido por la UTE Puentes y Calzadas Infraestructuras.
Tramos en los que, gracias a la creación de voladizos sobre el río o la construcción de nuevas escolleras y muros entre la carretera y el Deva –allí donde había espacio suficiente para ello– ya se ha logrado el objetivo de que cada uno de los dos carriles crezca hasta los tres metros, a los que hay que sumar un metro adicional de arcén por cada carril. Un salto de calidad para la carretera muy relevante. Más espacio para aumentar la seguridad de los cerca de 2.500 vehículos que pasan el desfiladero de media cada día que también servirá para poner fin a los embotellamientos que se producen en los tramos más estrechos. Porque hasta ahora, con puntos en los que la calzada apenas llegaba a 3,5 metros de anchura, era habitual que los conductores tuvieran que parar, maniobrar o retroceder cuando se topaban de frente con un vehículo de grandes dimensiones.
«Las obras causan algunas molestias, pero los vecinos las aguantan bien y están contentos porque ven avances cada día. Yo creo que va hasta adelantado»
«Al principio iba lento, pero de una temporada para acá el ritmo es muy bueno. Se ven muchas máquinas y operarios»
Esas incómodas costumbres pasarán a la historia y también las frecuentes noticias sobre desprendimiento, accidentes y cortes de tráfico por la caída de rocas porque la intervención incluye la instalación de sistemas de protección, ya en funcionamiento para garantizar la seguridad de los usuarios. También se están mejorando los sistemas de contención contra la caída de vehículos al río Deva y se están creando nuevas zonas de estacionamiento de vehículos y áreas de descanso.
«Es verdad que ya se han abierto algunos tramos, pero eran pequeños y dispersos. Esto va a ser un salto de calidad muy importante porque son tramos largos y continuos», explica Secundino Caso, alcalde de Peñarrubia, que celebra la noticia, pero al que no le sorprende. No le sorprende porque «se observa a simple vista. Ahora mismo el ritmo de trabajo es impresionante por el número de máquinas y personas que están trabajando. Es una locura. Yo creo que hasta van por delante del calendario previsto», señala el regidor.
La parte negativa, las molestias que causan las obras. Los cinco puntos donde se están realizando actualmente las obras coinciden con los lugares donde hay carriles cortados y, por tanto, donde se producen cortes de circulación alternativos a través de semáforos. Esperas que, en su conjunto, pueden llegar a los 30 minutos, de tal forma que un viaje entre Santander y Potes que en condiciones normales lleva alrededor de hora y media puede requerir ahora unas dos horas. «Ahora es una yincana, pero aun así la gente está contenta porque ve con sus propios ojos que la cosa va en serio», concluye Caso. Compra ese argumento su colega de Cillorigo de Liébana, Jesús María Cuevas:«En los primeros meses de trabajos la cosa iba muy lenta, pero es verdad que de un tiempo para acá el ritmo es muy bueno. Se ven máquinas y operarios». Por poner alguna pega, señala que en los tramos en los que solo hay un carril en ocasiones los camiones y autobuses tienen dificultades para pasar cuando al mismo tiempo hay maquinaria de las empresas adjudicatarias trabajando. «Más de una vez han tenido que dar la vuelta y eso es un problema añadido», concluye.
Por petición de los ayuntamientos –el de Cillorigo, entre otros–, para que las esperas sean más breves y los cortes más eficaces, los fines de semana y festivos estos semáforos se sustituyen por personas. Señalistas que regulan la circulación de tal manera que se da preferencia a los vehículos que van hacia Liébana por la mañana y a los que van hacia Unquera por la tarde.
La parte negativa, las molestias que causan las obras. Los cinco puntos donde se están realizando actualmente las obras coinciden con los lugares donde hay carriles cortados y, por tanto, donde se producen cortes de circulación alternativos a través de semáforos. Esperas que, en su conjunto, pueden llegar a los 30 minutos, de tal forma que un viaje entre Santander y Potes que en condiciones normales lleva alrededor de hora y media puede requerir ahora unas dos horas. «Ahora es una yincana, pero aun así la gente está contenta porque ve con sus propios ojos que la cosa va en serio», concluye Caso. Compra ese argumento su colega de Cillorigo de Liébana, Jesús María Cuevas: «En los primeros meses de trabajos la cosa iba muy lenta, pero es verdad que de un tiempo para acá el ritmo es muy bueno. Se ven máquinas y operarios». Por poner alguna pega, señala que en los tramos en los que solo hay un carril en ocasiones los camiones y autobuses tienen dificultades para pasar cuando al mismo tiempo hay maquinaria de las empresas adjudicatarias trabajando. «Más de una vez han tenido que dar la vuelta y eso es un problema añadido», concluye.
Por petición de los ayuntamientos -el de Cillorigo, entre otros-, para que las esperas sean más breves y los cortes más eficaces, los fines de semana y festivos estos semáforos se sustituyen por personas. Señalistas que regulan la circulación de tal manera que se da preferencia a los vehículos que van hacia Liébana por la mañana y a los que van hacia Unquera por la tarde.
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Ana del Castillo
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