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Cerca de veinte vecinos empadronados en Ribamontán al Mar, sobre todo vecinos de Somo «de los que viven todo el año», se concentraron ayer frente a la oficina de Unicaja en el pueblo. «Son personas que han conocido siempre al banco desde que ... era Caja Cantabria. Conocen a los empleados y es un problema para ellos, porque muchos son gente mayor que no sabe manejarse con la banca electrónica». Los argumentos de José Ramón González, presidente de la Junta Vecinal de Ribamontán al Mar, es idéntica a la defendida por otros vecinos afectados por la misma causa.
«Tenemos la esperanza de que las protestas sirvan de algo, de que la presión de la gente haga recapacitar a los responsables de Unicaja», confirma. «Yo no he podido estar con los vecinos porque estoy de baja en casa, pero este tipo de concentraciones deja claro el malestar ciudadano».
Opina que el servicio también se hace indispensable en verano, cuando la localidad pasa de los 1.800 vecinos empadronados a los más de 10.000 que puede reunir en un domingo de agosto. «Todo ese turismo necesita este servicio». «Y esperemos que nos dejen el cajero automático; porque de lo contrario ya no sé qué vamos a hacer», comenta. A la protesta de hoy le sucederán unos días de espera para ver si la entidad ofrece alternativas al cierre.
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