La muerte de la bailarina cántabra en Ávila se instruirá como accidente laboral

Joana Sainz, de 30 años, dejó su vida sobre el escenario mientras actuaba junto al resto de compañeros de la orquesta Super Hollywood animando la verbena con la que el pueblo de Las Berlanas celebra sus fiestas en recuerdo de unas riadas ocurridas hace ahora sesenta años. Una bengala, denominada 'cartucho de fuego frío' (forma parte del espectáculo musical del grupo cántabro) en vez de lanzar chispas al aire explotó e impactó contra Joana mientras ejecutaba una coreografía.

De hecho, la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León ha abierto una investigación en torno a las circunstancias que le competen en materia laboral. De forma paralela la Policía Judicial de la Guardia Civil continúa su investigación analizando los restos del artefacto con el fin de determinar si el contenido pirotécnico era el que correspondía a ese tipo de cartucho, así como para determinar las circunstancias de la explosión.

Porque el abanico que se abre ahora abarca desde una mala colocación del referido cartucho, a una defectuosa manipulación, hasta un fallo en su fabricación o, simplemente, encontrarse dañado desde el origen. Los cartuchos que emplea la orquesta cántabra, perteneciente a la promotora Prones, con sede en Cabezón de la Sal, fueron adquiridos a Pirotecnia Devita, con tiendas en Oviedo y Guardo, un negocio que, a su vez, hace de intermediario del fabricante, Pirotécnica Estalella, radicado en Castelldefels.

Isidoro López, gerente de Prones, se refería a defecto o fallo de fabricación como posible causa del accidente pues «el envoltorio que se empleó era el mismo de siempre», dice tras señalar que han empleado esa pirotecnia miles de veces en sus espectáculos. «Han debido de emplear otro material diferente a la hora de cargar el cartucho pues lo que explotó hizo pedazos la carcasa de hierro que cubre el artefacto».

El fabricante, contactado por este periódico al día siguiente del fatal accidente, señalaba a través de un portavoz que «estas bengalas son muy seguras. No sabemos qué ha podido pasar», al tiempo que descartaba que pudiera haber otras bengalas similares en el mercado: «Por la forma en la que se elabora no puede haber otros cartuchos dañados. La prueba es que están usándose continuamente y no ha habido más incidentes». En su opinión, se trata de un lamentable «caso aislado» pues «nunca» antes ha sucedido algo similar.