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Los municipios fían a la «anticipación policial» la lucha contra el botellón
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La suspensión del estado de alarma hace repuntar este fenómeno, que los ayuntamientos creen que volverá «con más fuerza» el próximo fin de semanaEl botellón ya era un problema antes de la pandemia, pero el fin del estado de alarma y, por extensión, del toque de queda, han impulsado un fenómeno social que multiplica el riesgo de transmisión del virus. Ya se puede deambular libremente más ... allá de las once de la noche y, por tanto, reunirse para beber -aunque esté prohibido-, como se ha constatado este pasado fin de semana. Ante estas circunstancias, las autoridades municipales confían en la «anticipación policial» como mejor antídoto para combatir estas concentraciones.
«Presencia policial con carácter preventivo y disuasorio, sobre todo para evitar que se produzca el botellón. Es lo que mejor funciona», explica Pedro Nalda, concejal de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de Santander. «El hecho de que la hostelería tenga que cerrar obligatoriamente a las diez y media incide notablemente en este fenómeno», apunta. El sábado por la noche -jornada en la que se puso fin al estado de alarma- se dio la circunstancia de queentre que los bares y pubs tuvieron que bajar la persiana y el toque de queda sólo duró una hora: entre las once y las doce de la noche. A esa hora algunos regresaron a las calles, ya sin miedo de ser multados por ello, pero con el objetivo de juntarse para beber. «Nosotros reforzamos la presencia de la Policía Local en las zonas de copas y también en otros lugares, como el aparcamiento de playas como El Camello o Bikinis, donde los jóvenes suelen quedar. El objetivo ahora es, especialmente, que no haya aglomeraciones para salvaguardar la salud de la personas», subraya.
En Torrelavega la situación fue similar. «Teníamos miedo de que los chavales se desmadrasen demasiado, pero se contuvo a tiempo», explica Pedro Pérez Noriega, concejal de Seguridad. «La única herramienta que tenemos es actuar antes de que el botellón se vuelva incontrolable», enfatiza. «También nos ha resultado efectivo intensificar el trabajo de prevención en los dos relevos de la Policía Local. El de tarde, que termina a las diez de la noche, hace una labor de disuasión y el de la noche, a partir de las diez, ya conoce los datos y actúa si hace falta», apunta.
Juan Carlos Zubieta | Sociólogo y profesor de la UC
¿Por qué resurge con tanta fuerza el botellón? «Los jóvenes quieren recuperar el tiempo perdido, tienen prisa, urgencia de correr, de abrazarse, de gritar sin miedo... Para ellos la limitación de libertad ha sido más dura porque someterse a las normas les cuesta más. Juventud es igual a rebeldía. Además, no tienen miedo, se sienten fuertes, sanos, inmunes e invencibles», considera Juan Carlos Zubieta, sociólogo, catedrático y profesor de la Universidad de Cantabria.
Los ayuntamientos creen que este próximo fin de semana, ya con toda la noche del viernes y el sábado por delante, los botellones se reproducirán con más fuerza. Aun más en la zona oriental de la comunidad autónoma, donde muchos vecinos del País Vasco regresarán a las segundas residencias que poseen en municipios como Castro Urdiales, Laredo y Noja, entre otros.
La Policía Local de Santander puso este pasado fin de semana 98 denuncias por consumir alcohol en la vía pública gracias a los 16 controles que efectuó en distintos puntos de la ciudad. La cifra triplica la registrada el anterior, cuando aún estaba vigente el toque de queda que determinaba el estado de alarma. En esas fechas, los agentes tramitaron 32.
El repunte del botellón era algo esperado también en otros puntos de la comunidad autónoma, aunque su celebración fue más puntual. En Torrelavega, por ejemplo, la Policía Local sólo tramitó cinco denuncias, aunque tuvo que intervenir para impedir la celebración de una concentración de jóvenes para beber en la zona de El Zapatón.
En Castro Urdiales la Policía Local se empleó en evitar estas aglomeraciones. «Hemos priorizado la disolución de grupos, que han sido numerosos en algunos casos, aunque lo más destacable es que no ha habido incidentes. La gente ha reaccionado bien. Alguna denuncia hemos formulado, pero muchas menos que otros fines de semana», explica Domingo García, jefe de la Policía Local. En Laredo, en cambio, apenas registraron botellones, afirma la Policía Local.
Pero también se produjeron otras denuncias por incumplimientos de las restricciones que fijaba el estado de alarma antes de que llegara a su fin. En Santander, once durante la noche del viernes por saltarse el toque de queda y 51 por no usar la mascarilla. Además, otro medio centenar por no respetar la obligatoriedad de que las reuniones no superasen la cifra de cuatro personas, en caso de no ser convivientes.
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