«Los niños en Cantabria no traen un pan bajo el brazo, vienen con una deuda de seis millones»

-Vox dice en su programa electoral que hay que desmontar el sistema autonómico. ¿No le puede restar votos en Cantabria esta política?

-Hay que explicarlo bien. El sistema autonómico solo beneficia a las comunidades que han luchado por su independencia e identidad nacional. Las separatistas. Ha beneficiado a todos los que han sido traidores a la unidad de la nación, y a las que hemos sido fieles a España se nos ha ninguneado. Hay que recordar que nos mandaron unos trenes que desviaron a Cataluña y los últimos no cabían en los túneles. El sistema actual ha provocado unos desequilibrios tremendos. Hay autonomías de primera, segunda y tercera (Cantabria, La Rioja y Murcia). A las comunidades que no tienen sangre en las manos no les hacen ni caso. Quiero mucho a José María Mazón, pero se reían de él en el Congreso la pasada legislatura. Daba pena. Vendían aquí la moto de conseguir cosas y lo único que hacían era aprobar el 96% de las propuestas del PSOE.

-¿A Vox le beneficia que no se haya presentado el PRC?

-Eso está por ver. Se repartirá. Conozco a mucha gente del PRC que coinciden en muchos planteamientos con Vox. Otros están muy cómodos en el PRC con ideología de izquierda y votan al PSOE. O más de derecha y votan al PP. Otros regionalistas puros se abstendrán.

-Vox se pasó la legislatura pidiendo un cambio de gobierno en Cantabria, pero cuando llegó el momento votó con el PSOE en contra de la investidura de Buruaga.

-Lo que dijimos fue 'no' al pacto de la vergüenza entre PP y PRC, un pacto que no han querido los votantes cántabros. La noche electoral recibí llamadas de altos cargos del PP, amigos míos, que estaban contentísimos porque entre ellos y nosotros sumábamos para gobernar. Se han plegado a un pacto con Revilla, al que han dado oxígeno. Y eso que Buruaga decía que Revilla y Sánchez eran lo mismo.

-Vox propone devolver al Estado las competencias de Sanidad, de Educación, de Justicia... ¿Qué le quedaría a Cantabria para el autogobierno?

-Muchas cosas. Cuando se aprobó el Estatuto solo tenía algunas competencias en servicios sociales, carreteras y parte de las de ganadería, agricultura y pesca. Y era como funcionaba una Administración descentralizada. Sin apenas gasto, porque se prohibía que los diputados cobraran sueldo; apenas había coches oficiales; para ser director general era obligatorio ser funcionario... Tenía identidad regional, pero con gasto y competencias razonables. Los ingresos reales de Cantabria se van, en su mayor parte, a Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Cantabria es económicamente inviable aunque no lo quieran ver, mientras tengamos las competencias de Sanidad, Educación y Justicia. El endeudamiento va creciendo todos los años. Ya debemos 3.500 millones. En Cantabria, cuando nace un niño no trae un pan bajo el brazo, trae una deuda de seis millones de euros.

-¿A Cantabria le hubiera ido mejor los últimos 40 años sin autonomía?

-Estos 40 años le han ido muy mal a Cantabria. Se ha desindustrializado, el campo está muy mal, cada vez quedan menos ganaderos y pescadores... A Cantabria le ha ido fatal. No hay jóvenes porque no hay trabajo. Mis tres hijos residen fuera porque aquí no hay nada, pero es que a todos sus amigos les pasa lo mismo. Aquí trabajas en hostelería y poco más. Es triste, pero la ilusión de los jóvenes es ser funcionario público. La única manera de quedarse aquí es ser camarero o funcionario.

-¿Qué se juega Cantabria en estas elecciones entonces?

-Cantabria y España se juegan acabar con la políticas de la ruina, del enfrentamiento, de la desunión... Las políticas que ha implantado Sánchez con sus socios comunistas, filoetarras, separatistas y golpistas.

-¿Y el futuro de las infraestructuras y financiación de la comunidad también está en el aire?

-Por supuesto. Si gobernamos nosotros impulsaríamos para Cantabria todo lo relativo a infraestructuras ferroviarias, porque es una vergüenza cómo tenemos tanto la antigua línea de FEVE como Cercanías, con parones constantes, retrasos... La gente no puede usar la línea Santander-Bilbao para ir a estudiar porque se arriesga a días que no sale el tren, otros se para, otros se da la vuelta... Es una vía totalmente abandonada, con los pasos a nivel levantados con el peligro que eso conlleva, no hay operarios... Y la llegada del famoso AVE que Revilla lleva 20 años hablando de él, pues habrá que acelerar los tramos para que llegue a Cantabria, porque no hay ni un solo metro de vía hecho en la comunidad. Todos sabemos que es una inversión importante.

-El PP ha denunciado que Pedro Sánchez quiere poner de pago todas las autovías. ¿Cuál es la política de Vox?

-Estamos totalmente en contra. Si ese es el compromiso real que tiene Sánchez con la Unión Europea, vamos a cambiarlo si llegamos al Gobierno.

-Ha sido muy criticada la política cultural de Vox, sobre todo tras el reciente caso de Bezana, donde cambiaron una película de un ciclo de cine infantil por un beso entre dos mujeres.

-Se dice que Vox censura. No es verdad. Nosotros no somos ni antigais ni antinada. No nos metemos en la cama de nadie. En Vox hay muchos gais afiliados que van en listas electorales. Pero sí estamos en contra de que se les colectivice o etiquete. El colectivo LGTBI es marxista y manejado por la izquierda. La mayoría de los gais quiere llevar una vida normal, con su pareja, y no utilizar su condición sexual para obtener beneficios. Respecto a lo de Bezana, hemos llegado a un Gobierno de coalición en un Ayuntamiento en el que había una programación para niños que había hecho el equipo anterior. Y no estamos obligados a mantener las programaciones culturales de la izquierda. No estamos de acuerdo en que se adoctrine a los niños. Están diciendo cosas a los niños que todavía no tienen edad para comprender ni asimilar. Se acaba con su inocencia con cosas que irán aprendiendo con la edad.

-También han sido muy criticados por su postura respecto a la violencia de género. ¿Por qué se apartan del resto de políticos en las concentraciones contra la violencia de genero?

-Estamos en contra de toda la violencia. La violencia contra la mujer existe, claro, es un hecho, y la condenamos. Con lo que no estamos es en usar políticamente el término 'género'. Se criminaliza al hombre por ser hombre y se elimina su presunción de inocencia.