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«Tienen que bajarse todos porque tengo que ir a evacuar otro tren». Con estas palabras, el maquinista del tren de Cercanías que partió este lunes de Cabezón de la Sal a las 08.00 horas, pidió a los usuarios que abandonaran los vagones en ... la estación de Bezana porque tenía que ir a remolcar otra máquina parada en Adarzo. «El tren iba lleno, era hora punta y nos dejó tirados», explica Silvia Fernández, una de las afectadas, que llegó una hora y media más tarde de lo previsto a Santander.
«En Bezana muchos pidieron taxis y Uber porque no llegaban a trabajar», explica. Igual que los usuarios que se encontraban en el tren averiado en Adarzo, que «desesperados» por la tardanza, decidieron llegar a sus destinos por otras vías. «Es inexplicable lo que ocurre con los trenes de Cercanías, cada cosa que pasa es más surrealista que la anterior», concluye Fernández.
Las quejas de los usuarios fueron más allá. Y es que, cuando intentaban solicitar información a través de las máquinas que hay en la estación, «nadie responde, es completamente inútil», se quejaban en un grupo de Whatsapp varios de los afectados.
Esta nueva incidencia se produce en un contexto en el que los usuarios están «cansados». Así lo han expresado en numerosas ocasiones a lo largo de los últimos años y sobre todo desde que se conoció el retraso en la llegada de los trenes para renovar la flota cántabra, y que solucionarían parte del problema respecto a los continuos retrasos y averías.
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