El nuevo carné habilita a 11.200 jóvenes de 16 y 17 años a conducir coches de hasta 90 km/h

La nueva medida, que la DGT quiere implantar entre este año y el que viene, ha suscitado debate por la juventud de los futuros conductores. «Nosotros no vemos ningún problema. Con quince años ya pueden sacarse la licencia de ciclomotor y circular por vías urbanas e interurbanas con lo que todo el mundo conoce como coches sin carné», explica Alberto Santamaría, presidente de la Asociación Cántabra de Escuelas de Conducción.

20caballos o 15 kW es la potencia máxima que pueden tener estos microcoches

«Es una polémica artificial. Un chaval de 16 años puede tener el A1 que le habilita para conducir una motocicleta de 125 centímetros cúbicos a 120 kilómetros por hora en autopistas y autovías», añade. «En mi opinión, estos coches son mucho más seguros. Es más peligrosa una moto que un vehículo de este tipo en el que conduces dentro de un habitáculo totalmente protegido», concluye.

El nuevo B1 no es una experiencia pionera. Países como Francia, Portugal o Italia ya lo tienen implantado desde hace tiempo y, según el jefe provincial de Tráfico, «con muy buenos resultados».

Otro de los objetivos de Tráfico es que sirva de escalón intermedio con el permiso de conducción B, el que todo el mundo conoce como el de coche, para vehículos de hasta 3.500 kilos. En otros países como Francia y Alemania está habilitada la conducción acompañada, donde los menores de edad, desde los 16 años en Francia o los 17 en Alemania, pueden sentarse al volante siempre que lleven a su lado a un conductor veterano que hayan designado previamente y que cumpla unos requisitos mínimos (más de cinco años de carnés y no tener infracciones). «La ventaja es que cuando sacan definitivamente el permiso B de coche, lo hacen con mucha más experiencia y kilómetros encima, lo que redunda, sin duda, en mejores cifras de siniestralidad», apunta Santamaría. Porque otro de los objetivos de la DGT, con el B1, es precisamente, según explica Tolosa, «reducir el número de muertos y lesionados que dejan los accidentes de carretera».

Uno de los mayores problemas asociado al nuevo carné B1 es el elevado precio de los vehículos que habilita para conducir. Los denominados cuadriciclos eléctricos pesados -los 400 kilos son sin contar las baterías- superan en la mayoría de los casos los diez mil euros, y en algunos los doce mil. Por tanto, es un inconveniente ya que el sector al que están orientados son los menores de edad sin tanto poder adquisitivo.

Aun así, la DGT apuesta firmemente por este nuevo carné. «Además de reducir las emisiones de gases, podremos dar más facilidades de movilidad a los jóvenes que viven en los ámbitos rurales, donde todos sabemos que el transporte público no llega en las mismas condiciones que a los núcleos urbanos», afirma el jefe provincial de Tráfico.

Pero el nuevo B1 no es la única medida que incluye la nueva Estrategia de Seguridad Vial 2030 desarrollada por el Gobierno central. La DGT va a poner coto a los usuarios de patinetes eléctricos y bicicletas, los conocidos como Vehículos de Movilidad Personal (VMP), ya que deberán contratar un seguro obligatorio de responsabilidad civil, una modificación que se incluirá en la futura reforma del Reglamento General de Circulación. Los exámenes de conducir también sufrirán modificaciones, puesto que será obligatorio el airbag para las pruebas de conducción en motocicletas de gran cilindrada (permiso A) y el permiso B también se adaptará a los vehículos con marchas automáticas.

El plazo para la renovación de permisos de conducir se actualizará de acuerdo con lo previsto en la directiva comunitaria. En la práctica: se ampliará para los jóvenes y se reducirá para los mayores. Las pruebas psicofísicas para sacar o renovar el carné se «actualizarán». Aunque el Ministerio del Interior no indica en qué medida, todo apunta a que serán mucho más exigentes que las actuales, sobre todo para los conductores de mayor edad. La DGT quiere sacar de las carreteras a los conductores potencialmente más peligrosos. También el sistema de señalización -tanto horizontal como vertical- será completamente revisado y las nuevas infraestructuras tendrán un diseño «más seguro».

En definitiva, un extenso catálogo de medidas que busca reducir el número de muertes en las carreteras, que en Cantabria ascendió a trece el año pasado, de los que siete eran motoristas.