El obispo auxiliar de Valencia Arturo Ros será el nuevo obispo de Santander

El nombramiento ha sido dado a conocer este martes. El obispo recién llegado no es el primer dirigente de la Iglesia cántabra que procede de la citada comunidad autónoma en los últimos tiempos: en los años 90, el también valenciano (de Alicante) José Vilaplana ocupó esta plaza hasta 2006. Y la relación de la Diócesis con la Comunidad Valenciana tampoco se agota aquí: el cardenal cántabro Carlos Osoro, quien fuera vicario general en Santander, fue arzobispo de Valencia durante cinco años antes de ser nombrado arzobispo de Madrid, donde terminó recientemente su carrera eclesiástica.

Dos condiciones resaltan de la biografía de Arturo Ros: su vida laboral comenzó como bancario y fue en esa primera juventud, trabajando en un banco, cuando sintió la llamada de la vocación religiosa. Esta ya había marcado de forma fundamental a su familia: su abuelo fue el beato mártir Arturo Ros Montalt, quien fuera cofundador de Acción Católica y del Sindicato Católico en Vinalesa. Padre de seis hijos, fue ejecutado en el Camí de Moncada en agosto de 1936 (justo al inicio de la Guerra Civil Española) y arrojado a un horno de cal.

Este pasado familiar fue subrayado por el propio Arturo Ros cuando fue nombrado obispo auxiliar de Valencia hace siete años. En el comunicado que remitió a los medios se autodefinió como «un cura feliz» y destacó el hecho de ser nieto de Ros Montalt. «Mi existencia cristiana y sacerdotal hubiese sido imposible sin el testimonio de mis abuelos» -explicó en 2016- «ya que una de las cosas para mí más hermosas de mi currículum es que soy nieto de un beato mártir y esto es un privilegio y una exigencia».

Hasta el momento, su carrera eclesial se ha desarrollado íntegra en su tierra natal, si bien también es obispo titular de la plaza de Ursona, en Sevilla, que es un cargo meramente nominal, ya que solo existe el título. Arturo Ros tomó los hábitos hace 30 años en Valencia, tras haberse licenciado en Teología en la Facultad de Teología San Vicente Ferrer. En la diócesis de Valencia ha sido vicario parroquial en Torrente y en Requena, -por citar dos de sus destinos-, además de en varias iglesias de la capital. Y ha sido miembro del Consejo Presbiteral; formador y director del Seminario Mayor de Valencia y vicario episcopal de la Vicaría V (que comprende Llíria, Requena y Ademuz).

Actualmente es presidente de la subcomisión de Infancia y Juventud de la Conferencial Episcopal Española.

Manuel Sánchez Monge ha sido obispo de Santander en los últimos ocho años, aunque hace ya más de un año que estaba de salida: en mayo de 2022 hizo pública su petición a Roma para que le relevase del cargo tras alcanzar la edad reglamentaria para su jubilación (así lo recoge el Derecho Canónico). Sánchez Monge está en la recta final de una larga carrera eclesiástica de 53 años (fue ordenado con 23 y tiene 76) que cerrará dejando en Cantabria una estela de pastor con grandes inquietudes sociales, resolutivo y cercano en el trato personal y preocupado por el futuro de las vocaciones en la Iglesia.

El obispo que deja la primera línea de la Diócesis nació en un pueblo palentino y tras haber estudiado en los seminarios menor y mayor de Palencia, su provincia de origen, se licenció y doctoró en Teología por la Pontificia Gregoriana de Roma. Durante más de dos décadas ejerció su ministerio en Palencia y su provincia en varios cargos, hasta llegar a vicario general de la Diócesis y canónigo de la catedral. En 2005 fue nombrado obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol y, su siguiente destino, en 2015 ya fue Santander, en donde tomó posesión en mayo.

En la Conferencia Episcopal Española (CEE), Manuel Sánchez Monge es miembro de la Comisión Episcopal para la Liturgia (desde 2017) y de la Comisión para la Vida Consagrada. Sánchez Monge ha publicado en las últimas décadas varias obras de temática religiosa, entre las que destacan 'Antropología y Teología del Matrimonio', 'Desafíos del sacerdote en el mundo actual' o 'Comunidad de creyentes'.

En Santander ha destacado por ser un obispo muy pegado a la realidad de la calle. Como articulista en El Diario Montañés, por ejemplo, ha opinado con total transparencia sobre numerosas cuestiones de actualidad que afectaban a las familias, a la infancia o a las personas socialmente más vulnerables, como los inmigrantes. Se va, además, con un gran proyecto impulsado y terminado durante su mandato: las nuevas Dependencias Capitulares de la Catedral, que llevan su nombre. Un espacio que acoge un museo, el Archivo Diocesano y una sala de consultas.