«Siempre hubo una socorrista dentro de mí»
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Aprendió a nadar a la par que a andar y ahora, tras ocho años vigilando las playas de Cantabria, tiene claro que quiere dedicar su vida al marALBERTO LEJÁRRAGA
Santander
Viernes, 9 de julio 2021, 12:33
«La gente es inconsciente por regla general», asevera sin pelos en la lengua Andrea Martos (Santander, 1995), quien a pesar de tener tan solo 25 primaveras lleva ya ocho años trabajando en Cruz Roja, convirtiéndose en una de las socorristas más veteranas de ... la organización. Su dilatada experiencia al borde del mar (trabajó tres años en El Sardinero y el Camello y lleva otros cinco en Somo) le ha llevado a ser nombrada este verano responsable de playas, cargo que supone una «gran responsabilidad», que no «dificultad», a una valiente y decidida joven que dice querer dedicar su vida al mar. La santanderina, mujer en una profesión históricamente más asociada a los hombres, dice no haberse sentido discriminada o tratada de manera diferente a sus compañeros en todos estos años. Durante toda la entrevista, tanto su mirada como sus palabras destilan determinación, una entereza que se forja con la responsabilidad de velar por la seguridad de la gente y la virtud de estar en el lugar oportuno en el momento crucial.
-¿Por qué es socorrista?
-Desde que era una niña, siempre estaba nadando. Me gusta el mar y estar en la playa. Se podría decir que siempre ha habido una socorrista dentro de mí.
-Describa su día a día.
-A las 11.00 horas llegamos para sacar el material y señalizar zonas de corriente y advertir de los mayores peligros. En Somo suele haber mucha gente, así que durante el resto del día tengo que ser proactiva y vigilar constantemente.
-¿Es un trabajo solitario?
-Sí, porque no estamos los dos compañeros juntos; normalmente uno está en la torre y el otro caminando por la orilla, pero no es aburrido. Siempre estás viendo cosas diferentes y al ser una playa tan concurrida, siempre hay que estar atenta. En Somo, si no estás al loro, puedes tener un problema.
-¿Cuándo salvó a alguien por primera vez?
-En todo este tiempo he tenido que rescatar a varios bañistas y surfistas. En el año 2017, cuando empecé a trabajar en Somo, tuve que llevar hasta la orilla a unos niños que habían sido arrastrados por la corriente y no podían salir. Me puse rápidamente las aletas, salté al agua y finalmente pude rescatarlos.
-Cuente su mejor historia.
-Una vez había un grupo grande de niños que, aunque estaban jugando en la orilla, fueron empujados por una corriente hasta una zona donde ya no hacían pie. Al final, los sacamos del agua con la ayuda del padre de uno de ellos. Los padres, como muestra de agradecimiento, pusieron incluso una nota en el periódico. En otras ocasiones, el rescate es muy lejos de la playa y tenemos que ir con la moto de agua. A veces, cuando llegas a la orilla, la gente te aplaude. El salir del agua ovacionada te da vergüenza, pero también te hace ilusión, porque te das cuenta de que estás realizando bien tu trabajo y encima te lo están reconociendo.
IMPRUDENCIA
-¿Cómo de responsables son los padres de hoy en día?
-Hay muchos que no vigilan a sus hijos y otros que sí, pero que no se meten al agua. Los padres deberían estar mucho más pendientes de sus hijos.
-Porque en un accidente, ¿influye más la suerte o la imprudencia?
-La imprudencia.
-¿Es la mayoría de la gente inconsciente en este sentido?
-Por regla general, sí. La gente no suele hacer caso a carteles o indicaciones. Nosotros ponemos letreros en las zonas de peligro y la gente no los lee. ¡Donde hayan puesto la toalla, ahí se bañan!
-¿Qué le ha supuesto ser mujer en un trabajo más asociado a los hombres?
-La verdad es que cada vez hay más chicas, sobre todo en la zona de Santander. En mi caso, he trabajado casi siempre con hombres exclusivamente, los cuales siempre han sido muy buenos compañeros. Yo no he tenido ningún problema con ellos y nunca se me ha tratado diferente en la profesión por ser mujer.
ANHELO
-Socorrista suele ser un trabajo que dura pocos años, pero usted ya lleva ocho.
-Es un trabajo de estudiante y yo he hecho primero la carrera de Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad de Cantabria, y luego un módulo de grado superior en Transporte Marítimo y Pesca de Altura. Cuando encuentre un trabajo de lo mío, lo dejaré.
-¿Y cuál es su trabajo soñado?
-Estudié para ser patrona y quiero embarcar y navegar. Deseo marchar y que el mar sea mi casa; quiero dedicar mi vida al mar.
-Cuando le dan días libres en verano, ¿es más de playa o de montaña?
-De ninguna de las dos. Sinceramente, cuando tienes días libres, deseas que llueva para quedarte en casa. Al final, echamos muchas horas en la playa para que cuando libras quieras pasar el día en ella.
-¿Nunca pensó en ser socorrista en una comunidad autónoma con mejor clima?
-No. Porque para gozar de mejor tiempo tendría que irme al Mediterráneo, que es menos mar, ya que es muy tranquilo, y a mí me gusta el movimiento, las corrientes y las olas como las del Cantábrico.
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