Ocho motoristas muertos en lo que va de año: «Tenemos que frenar esto»

El perfil de los fallecidos es el de un varón de entre 35 y 64 años que conduce una moto de alta cilindrada, con más de diez años de antigüedad, por una vía convencional en fin de semana. Pero los fallecidos están sucediendo también en vías urbanas y en autovía.

De hecho tres de los ocho muertos de este 2023 sufrieron el accidente en el casco urbano de Santander. Uno de ellos fue Bret Elorza, de 19 años, que falleció el pasado 3 de febrero después de que un vehículo que circulaba a toda velocidad le arrollara en la calle Castelar. En la zona de Campogiro, otro hombre de 74 años falleció el 6 de junio tras impactar la moto que conducía contra un camión en la calle Eduardo García del Río. Y el último caso fue el del vecino de Santander, de 61 años, que el 22 de agosto subió a la glorieta de la S-20 en la avenida de la Constitución y perdió la vida tras chocar contra una señal de tráfico.

«En todo caso la mayor parte de las muertes se dan en carreteras convencionales», señala Tolosa. «Son trayectos en principio cortos que no tienen por qué revestir mayor peligro, pero que se hacen muchas veces de manera automática, a diario, camino del trabajo, por poner un ejemplo, y se puede bajar la guardia».

Son esas vías secundarias, algunas de las cuales se encuentran más en desuso, las que resultan más atractivas para los moteros. «También para muchos turistas». Muestra de ello son los fallecidos extranjeros que hay cada año. En este 2023 uno de esos casos sería el británico de 57 años que murió el pasado 22 de septiembre tras una salida de vía en el Alto de La Matanela, puerto que discurre por el límite sur de las montañas pasiegas. «Son carreteras sinuosas, que resultan muy atractivas para estos viajeros que vienen a pasar unos días por la región», cuenta Tolosa. El clima también tiene mucho que ver con esto. «Cada vez hay mejor tiempo y eso anima a la gente a acercarse a la región en moto para disfrutar de unos días. Notamos mucho esta afluencia y se nota también en el incremento de los siniestros, algunos de los cuales pueden resultar fatales, como fue el caso de este hombre inglés».

El pasado día 1 hubo que lamentar la muerte de otro vecino de Liérganes, de 30 años, que sufrió un accidente en la CA-274, en Valderredible. Y el 19 de febrero un hombre de 43 años y vecino de Las Presillas falleció también como consecuencia de otro accidente ocurrido en la N-634, en el municipio de Puente Viesgo. El cuarto fallecido en carreteras convencionales fue el vecino de Torrelavega, de 54 años, que perdió la vida el 22 de abril a última hora de la tarde tras sufrir un siniestro en la CA-730 a su paso por Villafría, en el municipio de Campoo de Enmedio.

«En autovía es más complicado que suceda esto, pero en ocasiones sucede», cuenta Tolosa. Este año también hay un caso de estos. Fue el pasado 28 de septiembre cuando hubo que lamentar la muerte de otro motero de 52 años en la A-67, a la altura de Boo de Piélagos.

Desde la DGT se insiste frecuentemente sobre la necesidad de incrementar la precaución en las carreteras cuando se va sobre dos ruedas. «Tenemos que frenar esta siniestralidad. Estamos trabajando intensamente en llevar a cada salón del automóvil, a cada simposio, a cada encuentro de moteros, toda esta necesidad que vemos de mejorar la concienciación y aumentar la prudencia», informa Tolosa. Pero para las asociaciones de motociclistas es preciso mejorar también la formación.

La Unión Internacional para la Defensa de los motociclistas ve un problema de desconocimiento. «Muchos usuarios no saben lo que llevan entre manos. Esto pasa con los que llevan motos de gran cilindrada pero también mucho con los que tienen una scooter que pueden conducir con un carné de coche sin hacer ningún curso de nada. Esto no tiene sentido», matiza Antonio José Santiago, representante de este colectivo. Lo mismo piensa sobre los ciclomotores.

«Hay que aprender a gestionar la mirada, a saber por qué vía conduces, a conocer los peligros que entraña cada lugar...». Y lo más importante de todo. Hay que estudiar los accidentes para buscar soluciones. «No se trata de buscar los culpables de los siniestros, que es lo que se hace siempre para encontrar al responsable judicial, sino de mirar las causas para evitar que el accidente vuelta a repetirse», concreta Santiago, quien asegura que queda mucho por hacer para mejorar la seguridad de las motos en carretera.