«El ocio nocturno está pagando las consecuencias de los rebrotes»

-¿Ha superado el verano las expectativas del sector?

-Sí. Si nos dicen en junio que vamos a trabajar como lo hemos hecho, no nos lo creemos. El verano ha sido estupendo. Pero nunca fueron tan dispares los datos. Hay gente que ha tenido la suerte de ampliar la terraza y ha trabajado un 20 o 30% más, y negocios que se están arruinando. Cuando hablamos, lo hacemos del conjunto de la hostelería, pero se da esa discordia. En julio hemos facturado entre un 15 y un 20% menos que el año pasado así que muy contentos. Y en agosto, los primeros 20 días, han sido muy buenos. Estos últimos parece que se ralentizan un poco. Es pronto, pero quizá estemos ligeramente mejor que el año pasado. Un éxito, aunque se da el contraste de que algunos han trabajado más y otros están arruinados. Y eso nos preocupa.

-Y esas buenas cifras se alcanzan sin contar con el turismo extranjero

-No, aquí apenas ha existido. Este tipo de turismo representa en torno al 19%, no nos influye tanto. Afecta más es en zonas de España, como Benidorm. Lo que ha pasado es que ha subido mucho el turismo nacional. Sonamos a naturaleza, a aire fresco y a no masificación. Aunque notemos que hay mucha gente, para la mayoría no somos un destino masificado.

-Pero no todo es positivo. La crisis sanitaria se reflejará en el cómputo anual

-Sí, la crisis es un hecho y en noviembre dibujaremos un mapa y veremos cómo queda el sector. Ahora han cerrado algunos negocios, pero no muchos. Hay establecimientos que se han agarrado a un clavo ardiendo por tirar el verano como sea pero, aunque todavía pueden pasar cosas porque vivimos al día, el 50% de la facturación se va a quedar por el camino. Si tiramos del arrastre del año, decimos que va a ser desastroso pues ese 50% no es de beneficio, eso se quedará en torno al 30% del año pasado, hay gastos fijos que no son asumibles.

-El consejero de Sanidad dijo que bajarán los contagios cuando disminuya la movilidad. ¿Ha sido un riesgo reabrir la hostelería?

-No, no lo ha sido. En la mayoría de los establecimientos están haciendo las cosas muy bien y se han cumplido todas las medidas de aforos, distancias... De hecho, casi todos los rebrotes han estado en botellones o fiestas privadas. Además, la actividad económica había que volver a ponerla en marcha, si no habría sido la hecatombe. Lo que decimos es que si un local no cumple que lo sancionen, porque lo que unos hagan mal perjudica a todo el sector.

-¿Cuál es la previsión para septiembre? ¿Esperan una caída?

-Sí, e importante. El último domingo de agosto, el 30, la bajada ya es impresionante. Y en septiembre, ahora mismo la ocupación está en torno a un 30%. Pasan dos cosas. Las reservas normalmente son de última hora porque el cliente sabe que hay habitaciones libres. Y este año se junta la lentitud por el tema covid y apuran a ultimísima hora. Esperemos que los números cambien, pero ahora son preocupantes.

-Ahora hay una parte de la hostelería que se apaga, el ocio nocturno. ¿Cómo está el sector?

-Fatal, estamos preocupadísimos. Y hablamos de los buenos datos mientras ellos están arruinados. La gran mayoría lo está pasando fatal. Hemos estado muy pendientes desde el primer momento. A principios de junio registramos en la Delegación del Gobierno una solicitud para que bares especiales, discotecas y salas de fiesta pudiesen desarrollar parte de la actividad como los bares normales. Tras la nueva resolución de Sanidad, el 21 de agosto nos denegaron las medidas cautelares e interpusimos un recurso porque la Administración no ha justificado haber solicitado la ratificación del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo como ha hecho Madrid. Nos queda un hilo que puede ser válido y estamos a la espera.

-Esa última resolución prohíbe la apertura a los bares especiales. ¿En qué punto está la negociación sobre la doble licencia?

-Presidencia ha pasado la pelota a los Ayuntamientos, pero son 102, cada uno con sus técnicos y no todos piensan igual. Esperamos que la decisión de Castro y otros municipios ayude a poner todo el ocio nocturno en marcha. Pero nos hace falta agilidad, un día de agosto vale más que uno de enero y febrero juntos, y echamos en falta rapidez.

-¿Entienden las medidas aplicadas o tienen la sensación de, quizá, están pagando las consecuencias de los rebrotes?

-Sí, estamos pagando el pato. Que yo sepa a día de hoy en ningún local de ocio ha habido un rebrote. Parece que es la parte fea del sector y nosotros, desde la Asociación, siempre decimos que lo necesitamos porque es un eslabón más de la cadena turística. Un buen ocio nocturno es capaz de hacer elegir un destino y conseguir que la gente se decante por un sitio. Necesitamos el ocio nocturno, sin duda. Encima venía de una situación mala. Hay una cuenta muy fuerte: cuatro meses de invierno que en Cantabria son malos de por sí. Cuando llega marzo y empezamos a recaudar dinero, llegan los cuatro meses de confinamiento y cuando volvemos a trabajar, les cierran en agosto lo mejor de lo mejor. No hay empresario que lo soporte.

-¿Cuál sería una solución?

-Por ejemplo poner mesas en las pistas de baile. Si se cumple el horario y los aforos, ¿dónde está la diferencia? Nos parece injusto que uno esté abierto y otro no. Los locales de ocio nocturno no son tantos, que vaya la Policía Local de los municipios o la Guardia Civil y los controlen, que los visiten con frecuencia y, si alguien no cumple, que le sancionen o lo cierren. Ábrelos y contrólalos.