Secciones
Servicios
Destacamos
Hay un problema en el sector inmobiliario de Cantabria. Y es un problema grave. Cualquiera que por necesidad o curiosidad haya realizado en los últimos meses una prospección por los portales de internet especializados lo ha podido comprobar. Y las causas son tan evidentes como ... difíciles de corregir a corto y a medio plazo:unos precios disparados que alcanzan niveles de récord y, a la vez, una oferta en mínimos que genera un círculo vicioso y que provoca que cada vez que sale un anuncio lo haga más caro que el anterior. Pasa con la compra de primera vivienda y también con el alquiler de aquellos que eligen esta opción. Jóvenes que se quieren independizar y no tan jóvenes que consideran un sueño casi imposible de cumplir eso de tener un inmueble en propiedad.
Ese es el dibujo de situación con trazo grueso. Bajando al detalle se observa también la suma de pequeños y grandes factores que se han unido para provocar la tormenta perfecta que está descargando en la actualidad. Algunos comunes a toda España –incluso a toda Europa– como las mayores dificultades para hacer frente a una hipoteca por la subida de los tipos de interés y otros más específicos de la comunidad autónoma. Solo en Santander el volumen de pisos en alquiler ha caído entre un 60%y un 75% por la proliferación de los apartamentos vacacionales, especialmente durante el verano. A eso hay que añadir que la obra nueva es la excepción y prácticamente toda la oferta es de segunda mano, lo que implica que no entran inmuebles en el mercado más allá de las rehabilitaciones y también que mucho de lo que se vende requiere de una reforma más o menos profunda antes de entrar a vivir.
«El piso que está para entrar a vivir no baja de 180.000 euros y sin garaje» Fernando Valero, que en año y medio de búsqueda activa de vivienda para comprar ha visitado alrededor de 20 inmuebles en Torrelavega, afirma que la situación llega a ser «desesperante». «El piso que está para entrar a vivir no baja de 180.000 euros sin garaje. El que baja de 100.000 es mejor tirarle entero y hacerle de nuevo», señala. Él lo sigue intentando. El viernes por la tarde realizó con Jesús Coterón, de la inmobiliaria Activa Norte, un nuevo intento y vio un inmueble en la ciudad. Esta vez no salió del todo descontento...
Todo lo anterior son palabras, pero se apoyan en las estadísticas. Hay muchas y resultan apabullantes para los que tienen intención de crear un hogar –solos o en pareja– y no se resignan a tirar la toalla por agotamiento. Los alquileres han subido en solo el último año en Cantabria un 14,95% en lo que es el tercer mayo incremento de España después de Valencia y Baleares, el precio del metro cuadrado en compraventa entre agosto de 2022 y agosto de 2023 escaló un 5% (el doble que los dos años previos), la hipoteca media se ha encarecido en 186 euros al mes y en 2.235 euros al año para un préstamo medio de 120.000 euros a 25 años...
Esa estadística tiene consecuencias en la vida de muchos cántabros para los que el día es lo que pasa desde que abren el correo electrónico para ver las alertas de nuevos pisos hasta que repiten la misma operación 24 horas después. No son pocos los que llevan meses en esa dinámica. No porque el desembolso de lo que supone adquirir una vivienda requiera un proceso de maduración de la decisión, sino porque es materialmente imposible:hay poco y lo que hay es inasumible desde el punto de vista económico, incluso para familias en las que entran dos sueldos que hace no tanto daban para pagar una hipoteca y seguir viviendo con alguna comodidad.
Un ejemplo práctico, el de Carlos González. Como muchos jóvenes de su generación –tiene 29 años–, después de acabar el Bachillerato y hacer la selectividad salió de Los Corrales de Buelna para estudiar una carrera con la idea de volver a Cantabria. Ahora trabaja como docente en la Universidad Complutense y desde la llegada del covid tiene en la pestaña de 'favoritos' de su navegador todas las páginas web de compraventa. Tres años en búsqueda activa de vivienda en Cantabria y no lo consigue. «Me estoy dando cuenta de que no voy a poder volver. Ahora mismo solo veo dos opciones como posibles:o renunciar o regresar a casa de mi madre», explica antes de coger un avión rumbo a Argentina. Estará allí hasta diciembre cursando un máster y seguirá buscando un lugar dónde vivir desde la distancia. Si no lo consigue en este tiempo, tirará la toalla.
5% subió
la vivienda en Cantabria en el último año. En la capital el metro cuadrado es más caro, pero creció menos (3,2%).
80% de las compras
se hace con fondos propios y sin recurrir al préstamo hipotecario. Históricamente había un equilibrio.
584 euros
es la cuota medio de la hipoteca en Cantabria. Las familias dedican el 28,8%de sus ingresos a pagarla
En parte ya la ha tirado porque su primera opción era comprar. Comprar en Santander –por motivos laborales era la primera alternativa– o en Los Corrales. Todo su plan vital iba en esa dirección:«Llevo dos años compartiendo piso. Aunque quería vivir solo, lo hice con la idea de ahorrar. Y he logrado tener un dinero ahorrado, pero ahora me encuentro que ningún banco me concede una hipoteca», comenta.
Agustín Martínez, responsable de la inmobiliaria Activa Norte, confirma que lo que le ocurre a Carlos no es una excepción. «El problema ya no es solo el precio o que haya subido la mensualidad de la hipoteca, el problema es conseguirla», apunta. En el sector detectan que los requisitos que ponen las entidades financieras son cada vez más difíciles de cumplir. «La política que siguen los bancos en este momento es la de precaución máxima. Se ve que les preocupa mucho la morosidad y eso pasa en todas las entidades, porque el sector está bastante alineado», insiste el experto. La prueba es que tradicionalmente la mitad de las ventas de viviendas se pagaban con fondos propios y la otra mitad gracias a los préstamos. Ahora, el primer grupo ronda el 80%. «Las hipotecas han bajado muchísimo y, sin embargo, las ventas han caído algo, pero no en la misma proporción».
¿Qué ocurre entonces? Pues que los contratos de compraventa que se firman son cada vez menos para vivienda habitual. Bajan esos casos –el de los que quieren algo tan básico como un lugar para vivir– y en cambio suben todos los demás supuestos. Si el ladrillo siempre ha sido una de las primeras opciones para invertir –donde unos ven una inversión, otros como Carlos hablan directamente de especulación–, ahora que los bancos no dan intereses por los ahorros mucho más. Tienen el inmueble vacío o lo destinan al alquiler.
Noticia Relacionada
Luego está lo que ocurre con el mercado de la segunda vivienda, que durante este verano ha sido uno de los pocos salvavidas a los que agarrarse para los comerciales de las inmobiliarias. «Esa parte sí que ha ido muy bien. Una vez acabado el verano, ya en las fechas en las que estamos, se puede decir que sí. Cantabria, a nivel nacional, está de moda. Eso ha quedado patente en la llegada de turistas, pero también en la compra de segundas viviendas. Somos uno de los destinos preferidos de los españoles que viven fuera y quieren comprar», confirman desde Activa Norte.
Y los que sí consiguen hipoteca para primera vivienda tienen que hacer el mayor esfuerzo. Según el último informe del Banco de España, la cuota media de los cántabros se sitúa en 564,6 euros al mes. Esto implica que los hogares tienen que dedicar un 28,8% de sus ingresos a pagar su inmueble. Y eso que la comunidad autónoma está por debajo de la media (32,3%) y de los máximos de Islas Baleares (58,2%) y Comunidad de Madrid (39,9%). A nadie le sorprenderá saber que la subida de las cuotas hipotecarias no se ha movido en Cantabria al mismo ritmo que los salarios. Desde 2015, la primera variable ha crecido un 23,8%, mientras que la segunda solo un 9,2%. No llega al triple, pero casi.
Así que son muchos los que, como Carlos González, no pueden asumirlo o no están dispuestos a renunciar a un estilo de vida –tener margen para disfrutar de un mínimo de ocio– y ya solo optan por el alquiler: «Miro mucho en Los Corrales de Buelna y de media no hay más de dos o tres pisos disponibles que no bajan de 500 euros. Son 500 euros en Los Corrales, no en Santander, que allí está mucho más disparado. Es increíble».
Con siete palabras, Agustín Martínez hace una foto fija muy nítida de cómo es la situación en el subsector de los alquileres:«Hay poco producto y mucho demandante desesperado». La versión larga es que cada vez que alguien pone un anuncio en alquiler se produce casi una subasta al alza entre los muchos demandantes de vivienda. Problema para el cántabro que busca crear un nuevo hogar y que tiene más o menos prisa por hacer la mudanza y problemón para el que viene de fuera por motivos labores y no encuentra nada.
Que se lo pregunten a los sanitarios que vienen en verano para cubrir vacaciones. En destinos turísticos como Santander les piden por el alquiler más de lo que ganan porque la mayoría de la oferta disponible está reservada para estancias cortas. Para el que viene de fuera y está dispuesto a pagar 200 euros la noche para disfrutar de la playa. Estos profesionales no pueden renunciar porque si lo hacen pierden su puesto en la bolsa de empleo durante un año, así que no es raro que opten por una pensión y tirar de ahorros. En Activa Norte están cansados de ver casos de este tipo. También ocurre con los profesores de fuera de Cantabria a los que les asignan un colegio de la región. «Los docentes tienen también problemas, pero algo menos porque el curso escolar es de septiembre a junio. Muchos propietarios en ese periodo sí ponen en alquiler su vivienda para estancias largas y después en los meses verano lo reservan ya como pisos turísticos», cuenta Martínez. En el sector inmobiliario calculan que si la oferta de alquiler en Santander ha caído en los últimos meses hasta un 75% es en gran parte por este nuevo fenómeno.
Ya lo reconoce también el Ayuntamiento de Santander. Hasta hace bien poco no ponía pegas a la proliferación de pisos turísticos y veía en esta forma de viajar más ventajas que inconvenientes. Ahora, la alcaldesa, Gema Igual, lo califica de «problema»y junto con la Consejería de Turismo, que anuncia un nuevo decreto en la materia antes del verano que viene, está dispuesta a tomar medidas aún sin concretar para atajarlo.
Esto hace que, según el portal pisos.com, el precio medio de alquiler en la capital sea de 10,58 euros el metro cuadrado (+7,8% interanual) frente a los 8,61 euros (+14,9% de julio de 2022 a julio de 2023) del conjunto de Cantabria. Los expertos inmobiliarias afirman que las tendencias son muy similares en el conjunto de la región. En Santander y en los principales municipios cántabros. La norma nacional que limita la subida de los alquileres al 2% anual no sirve de nada. Puede que al contrario porque lo que hacen algunos propietarios para saltarse esa restricción es expulsar al inquilino que ya ha cumplido el contrato y, en vez de renovarlo, buscan a otro para cobrar lo que consideren. Y casi siempre les sale bien.
En Torrelavega está buscando vivienda Fernando Valero (33 años). Empezó hace un año y medio y lo hizo pensando que tendría tiempo suficiente para mudarse este mes de septiembre, coincidiendo con su boda –la celebra el sábado que viene–. Ingenuo de él porque ya ha hecho no menos de 20 visitas a pisos en venta y nada de nada. «Es imposible. Los que están nuevos o reformados no bajan de 180.000 euros. Y después hay que gastar otros 20.000 para comprar garaje, porque no está incluido y en el centro, donde queremos, es imposible aparcar en la calle. Los que bajan de 100.000 euros es mejor tirarlos enteros y hacerlos de cero y al final te sale prácticamente por lo mismo», cuenta.
Junto a su novia, descartó al inicio comprar una casa, que era su primera opción, porque «desde el covid los precios son prohibitivos, aunque solo tengan 10 metros cuadrados de terreno». Y después de toparse con algún que otro fraude y «chanchullos raros con pisos de protección oficial» ya empieza también a descartar vivir en el centro de la ciudad.
Quien piense que no queda otra que esperar a que amaine esta tormenta inmobiliaria debe saber que los expertos avisan de que las perspectivas no son especialmente buenas a medio plazo. «La solución la dejamos pasar. Se perdió la ocasión de oro porque ya quedó atrás la época en la que había una gran cantidad de viviendas a precios muy económicos, muchas procedentes de los bancos. Lo lógico habría sido que se las hubiera quedado la administración para ponerlas en manos de los demandantes sociales», en
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.