Secciones
Servicios
Destacamos
Álvaro G. Polavieja, Gonzalo Sellers y José María Gutiérrez
Santander
Martes, 12 de diciembre 2017, 11:18
La odisea del vuelo entre Santander y Varsovia ha llegado a su fin. Cerca de las 19.00 horas el pasaje ha embarcado y a las 19.48 el vuelo ha despegado, tras 25 horas de retraso y todas las vicisitudes del mundo. Operado por ... la compañía Wizz Air, el aparato que debía llegar ayer a la capital cántabra fue desviado, en un primer momento, a Madrid debido a las incidencias climáticas en Cantabria. Una vez allí, los pasajeros fueron embarcados en autobuses con destino a Santander. El avión, por su parte, regresó sin pasajeros a Cantabria, pero no pudo realizar la conexión con Varsovia debido a un exceso de horas de vuelo de la tripulación y porque, además, le cayó un rayo, lo que obligó a los pasajeros a hacer noche en el Hotel Santemar.
Estaba previsto que el avión despegara a las 10.10, pero no ha sido así. Desde el aeropuerto informaron, al principio, que la nueva hora de salida serían las 12.00, pero tampoco se ha podido cumplir esa previsión. A lo largo del día, la compañía les ha comunicado que podrían salir a las seis de la tarde., aunque finalmente ha sido casi dos horas más tarde. Según fuentes del aeropuerto, un experto ha viajado desde Marsella a Santander para revisar el aparato.
En medio del caos desinformativo y tras casi un día de retraso, cerca de 60 pasajeros, de los 80 del vuelo, han estado esperando en el hotel. «Es una vergüenza», ha denunciado uno de ellos, mientras aguardan el autobús que les iba a llevar de vuelta al aeropuerto.
Los pasajeros, entre los que había parejas, niños, bebés, jubilados y grupos de jóvenes, vivieron sucesivos episodios de frustración, impotencia, desatención y desesperación, sensaciones que se unían a la pérdida de excursiones contratadas, noches de hotel y conexiones en tren a otros puntos de Polonia, entre otros perjuicios que trastocaron los planes de viaje. «Nos han dejado tirados como a perros. Hemos recibido un trato que no se merece nadie», señala expresiva María Gómez, de Santoña.
La compañía de bajo coste húngara carece de personal de tierra en el Seve Ballesteros que asumiera cualquier tipo de responsabilidad. Finalmente, fue el personal de Iberia, encargado de gestionar los trayectos de Wizz Air en territorio nacional, quien tuvo que intermediar, aunque la información sobre el futuro del vuelo y sus problemas llegó con cuentagotas.
«La imagen que está dando el aeropuerto y el Gobierno de Cantabria es lamentable. Si Wizz Air no da explicaciones, que las dé por lo menos Miguel Ángel Revilla, que les subvenciona para que operen aquí. Si viene a hacerse la foto cuando aterriza el primer avión, que venga también ahora, cuando el aeropuerto demuestra que no tiene condiciones para atender a la gente. Vale que el vuelo es barato –100 euros–, pero el resto ya lo pago a través de los impuestos. No pueden dejar a tanta gente tirada», se lamentaba Gómez.
Se trata de una incidencia más de las muchas que estos días ha provocado la borrasca 'Ana' en la mayoría de aeropuertos españoles, con especial relevancia en la zona norte, donde numerosos vuelos han tenido que ser cancelados o han sufrido retrasos y alteraciones debido a las condiciones meteorológicas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.