Según Marcos López Hoyos (Torrelavega, 1968), el covid lleva camino de convertirse en un virus estacional más, como la gripe... salvo que dé una mayúscula sorpresa –y su capacidad de hacerlo tampoco debe ser desdeñada–. El jefe de servicio de Inmunología del Hospital Valdecilla y ... presidente de la Sociedad Española de la especialidad, considera poco probable que aparezca una nueva variante catastrófica, pero sí recomienda mantener cierta vigilancia. Ni siquiera cree que la multiplicación de contagios que sufre actualmente China vaya a suponer una gran amenaza para España: la llegada de viajeros infectados podría traducirse en un aumento de la incidencia de la enfermedad, pero no de su gravedad.
–¿Llegó ya el momento de olvidarnos para siempre del coronavirus?
–El SARS-CoV-2 ya va a estar con nosotros para siempre; otra cosa es hablar de su incidencia en términos de salud o asistenciales. Se trata de un virus frente al cual la población cántabra, como la española y la europea, se encuentra perfectamente inmunizada, porque hemos estado expuestos a dos y tres dosis de vacuna –algunos incluso hasta cuatro y cinco–, además de pasar una o dos infecciones. Todo eso ha hecho que nuestro sistema inmunitario esté muy bien entrenado tras hacer frente al virus durante tres años.
–¿Qué evolución se prevé que tenga la pandemia a partir de ahora?
–Lo que se puede esperar es que de vez en cuando tengamos algún pico de infecciones, y que el covid se convierta en un virus más bien periódico y estacional. Si en algún momento aparece alguna variante nos puede dar algo más de guerra, pero lo que en general se prevé es que se trate de una infección respiratoria vírica, que siempre puede descompensar a la gente más frágil, por su edad o porque sufra múltiples patologías.
China
«Lo que sucede allí es que la población está muy virgen en cuanto a exposición al virus»
–Vuelve a hablarse de China. ¿Qué está pasando allí?
–Lo que sucede en China es que hay una población que, a diferencia de nosotros, se encuentra muy virgen en cuanto a la exposición al virus. La enfermedad arrancó allí hace tres años, pero con la política de 'cero covid' que han seguido las autoridades, con aislamientos severos, no han tenido tanto contacto con el coronavirus. También se ha vacunado menos allí, o al menos eso es lo que se supone a partir de los datos limitados que tenemos; no sabemos hasta qué punto se ha puesto refuerzo. Con la estrategia de 'cero covid' la población tampoco se ha expuesto a las variantes, de forma que no tienen la memoria inmunitaria que tenemos nosotros, y por eso se están infectando ahora de ómicron, con la que aquí nos infectamos en verano. Además, las dimensiones de la pandemia son mayores por las cifras de población de China, lo que produce una saturación de los servicios hospitalarios. A todo eso hay que añadir que en ese país la gente de más edad ha sido más reacia a recibir la vacuna.
–¿Puede afectarnos de alguna manera?
–No nos puede afectar porque estamos protegidos: ellos están vírgenes y nosotros estamos entrenados frente al virus. Es cierto que si no hay cierto control se puede producir una llegada masiva de personas infectadas de China, algo que puede traducirse en un aumento de la incidencia, aunque no de la gravedad, refiriéndonos siempre a la población general, no a la más frágil. Lo que sí sabemos es que siempre existe el riesgo de que aparezca una nueva variante, y de ahí que se insista tanto en la conveniencia de una vacunación global: si tienes un número tan alto de infectados como los que puede haber en China aumenta la posibilidad de que aparezca una nueva variante de preocupación, que puede serlo tanto porque escape a la respuesta inmunitaria como porque produzca una enfermedad más grave, aunque esto último no está ocurriendo desde la variante delta.
Normalidad
«La gente tiene que vivir con una cierta normalidad y fiarse de las autoridades de salud pública»
–Entonces, ¿no es probable que aparezca una variante más infecciosa y letal?
–No parece que vaya a ser.
–¿Le parece que tiene sentido poner restricciones a los viajeros procedentes de China o es pura venganza?
–Tiene sentido para no alimentar la incidencia de infecciones, pero no creo que en ningún caso se llegue a saturar el sistema sanitario, es muy improbable. Digamos que hay que actuar con precaución, pero sin alarma. Se trata de un tema de control de fronteras, pero debe de hacerse a nivel de toda la Unión Europea, y la vigilancia no se debe limitar exclusivamente a China. Es importante controlarlo para no correr el riesgo de que se nos vaya de las manos, pero, insisto, sin alarmas. Y si surgiese una nueva variante simplemente habría que ser más estrictos.
Cantabria
«Nuestro sistema inmunitario está muy bien entrenado tras hacer frente al virus tres años»
–¿Cree que estamos demasiado relajados?
– No, porque la población tiene que vivir con una cierta normalidad y fiarse de las autoridades de salud pública. Con la pandemia hemos aprendido que tenemos que estar vigilantes, y ahora, si surge cualquier tipo de infección, la gente está más vigilante, alerta. Hay que seguir trabajando, secuenciando casos de virus por si aparece una variante, y confiando en los mensajes de salud pública. A día de hoy, nos encontramos en una situación de riesgo controlado, los servicios sanitarios no se encuentran saturados, pero es conveniente mantener cierta precaución, siempre sin alarmas.
–¿Cómo es posible que se haya perdido tanto el miedo cuando el covid causó tantas muertes el año pasado como en 2020?
–Las cifras de fallecidos pueden ser similares, pero si se compara la tabla de incidencia de 2020 y las tasas de mortalidad, se advierte que el pico más alto de incidencia se registra desde diciembre de 2021 hasta julio de 2022, por el efecto de ómicron, y en cambio la curva de mortalidad es más baja.
Evolución futura
«Salvo que ocurra una catástrofe tendremos temporadas con pequeños picos»
–¿Habrá nuevas olas de virus? ¿Cómo serán?
–Quién lo sabe. Es difícil de predecir pero, con buena lógica, salvo que ocurra una catástrofe con una nueva variante, tendremos temporadas con pequeños picos. Será parecido a lo que ocurre con la gripe o con otros virus respiratorios.
–Si la vacuna ha funcionado tan bien, ¿por qué ha dejado de vacunarse la gente?
–La recomendación es que se vacune la población de más edad y más frágil. Además, la gente está viendo que han pasado la infección estando vacunados, y que no ha sido una enfermedad grave, y aparte de eso hay un cansancio pandémico y vacunal.
–Es llamativo que solo un tercio de los sexagenarios haya recibido la cuarta dosis.
–Se considera que una persona es de edad avanzada más o menos a partir de los ochenta, y más que la edad, el factor de riesgo frente al covid es padecer múltiples patologías. Una persona de 65 años que se cuide y que no tome medicación es como una de 55 a la hora de una respuesta inmunitaria eficaz. Las vacunas han demostrado que evitan la infección pero, sobre todo, la enfermedad grave, y una persona sana de 65 se puede infectar pero evoluciona como una de cuarenta si no aparecen grandes problemas.
–¿Tendremos que volver a vacunarnos todos?
–Yo pienso que no, que la vacuna se va a restringir a personas inmunosuprimidas y frágiles. Ojalá tengamos pronto una vacuna que se administre por vía nasal para inducir una fuerte respuesta inmunitaria por la vía de entrada del virus.
«Las infecciones víricas de los niños son necesarias para su sistema inmunitario»
–Este año se han registrado casos de gripe incluso durante el verano, y la temporada más intensa se ha adelantado. ¿Se irá normalizando con el paso del tiempo?
–Lo que ha sucedido es que en el momento que nos hemos quitado las mascarillas han empezado las infecciones y se han producido antes de tiempo después de haber estado dos años sin contacto con el virus. También lo han cogido los niños, después de estar tan protegidos. Con el tiempo, si no volvemos a tener aislamiento y si no surge otro problema, lo más probable es que recuperemos la epidemiología previa. Esperamos que este año, que volverá con una cepa nueva, llegue a finales de diciembre o enero. El SARS-CoV-2 se va a sumar a partir de ahora a esos ritmos epidemiológicos, pero aún tenemos que ver cuál será su patrón.
–¿Es preocupante que los niños estén ahora menos preparados contra la gripe? ¿Recuperarán esa inmunidad?
–Los niños, desde que se escolarizan con dos años o van a la guardería, se exponen a virus de otros niños, y de esa manera se empieza a entrenar su sistema inmunitario. Es algo necesario para que se produzca esa maduración de la respuesta inmunitaria. Lo que ha sucedido como consecuencia de la pandemia es que durante dos años han estado 'sin entrenar', entre los confinamientos y las medidas de precaución que se han mantenido; ahora, de golpe, vuelven a estar en contacto con los virus, y por eso se registra una mayor incidencia. Lo que va a suceder es que su sistema inmunitario empezará a entrenar a partir de ahora. No se trata de una situación preocupante: esas infecciones de los niños no se pueden evitar, las infecciones víricas que pueden considerarse banales, como los catarros, o cuando tienen mocos, Son totalmente necesarias para la correcta maduración de su sistema inmunitario.
–¿Ha servido la pandemia para sacar algo en claro?
–En este tiempo hemos aprendido lo que supone una pandemia para una sociedad, y lo importante que es disponer de los recursos sanitarios necesarios para poder hacerle frente y estar preparados. Hay que apostar por aprender, por investigar y por tener recursos para poder responder ante otras situaciones que puedan producirse en el futuro, algo que sucederá casi con total seguridad en este mundo global en que vivimos.
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