Once cántabros entre los 400 miembros de la Junta Directiva Nacional que se reúne el martes

Esa solución es a la que tendrá que dar el visto bueno la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos y el que tiene la competencia. La cita está prevista para el martes y entre los 400 altos cargos del partido que tienen voto se encuentran los once integrantes de la delegación cántabra. Además de la presidenta, María José Sáenz de Buruaga, tienen garantizada la entrada la secretaria general regional, el portavoz en la Cámara autonómica, los dos diputados nacionales, los tres senadores, la alcaldesa de la capital, el presidente de Nuevas Generaciones en Cantabria y la portavoz en Castro Urdiales. Todos por el puesto que ocupan menos esta última, Ana Urrestarazu, que fue elegida directamente por el equipo de Casado cuando tomó las riendas del PP en sustitución de Mariano Rajoy.

Esa Junta Directiva Nacional del martes también deberá confirmar a Cuca Gamarra como la coordinadora del partido de forma interina y a Esteban González Pons como presidente del comité organizador del congreso extraordinario. Un comité en el que cada comunidad autónoma tendrá un representante.

En el caso de Cantabria todavía está por decidir el nombre. También el martes tendrá que decidirse la estructura provisional del grupo parlamentario en el Congreso para saber quién interpelará en las sesiones de control a Pedro Sánchez y a las vicepresidentas. En el caso de Yolanda Díaz, la semana pasada el designado fue el cántabro Diego Movellán en su faceta de portavoz en la Comisión de Empleo.

En la delegación cántabra son mayoría los perfiles que hasta los últimos acontecimientos habían mantenido una posición crítica con Buruaga y estaban más en la línea de Casado. El pasado jueves, en el órgano análogo a nivel autonómico, la presidenta del PP regional pidió a los diez miembros de la Junta Directiva Nacional que la acompañarán que tengan unidad de criterio. Que voten lo mismo y mantengan la misma posición, la que salió del debate con afiliados.

En esa cita, Buruaga consiguió un amplio apoyo a su posición durante la crisis interna y algunas de las intervenciones destacaron el «maltrato continuo» al que sometieron Pablo Casado y Teodoro García Egea a la dirección en Cantabria. También hubo quien puso el foco sobre la actitud que han mantenido hasta ahora los parlamentarios cántabros o Nuevas Generaciones en Cantabria, con posicionamientos en contra de Buruaga. No todo fueron buenas palabras para ella. Hubo quien la pidió que cambiara de rumbo para que no cometiera en Cantabria los errores que Casado cometió en Génova. Que escuche y atienda a los territorios. En este caso, a los ayuntamientos.