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El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el vicepresidente regional, Pablo Zuloaga, repitieron el viernes en diversas ocasiones que el Plan de Choque del Gobierno contra el Covid-19 que estaban presentando era un borrador. Un documento abierto a modificaciones y a ... las aportaciones de la oposición y de los agentes sociales. Esta tarde, ambos, acompañados por la consejería de Economía, María Sánchez, presentaron a los grupos parlamentarios las medidas por valor de 307 millones de euros que buscan, según defiende el Ejecutivo, aumentar los medios materiales y humanos de la sanidad pública, apoyar a los que peor lo están pasando desde el punto de vista económico por las consecuencias del confinamiento (familias vulnerables, autónomos y pequeñas empresas), y fomentar la actividad una vez que se levante el estado de alarma.
La «predisposición» al diálogo del bipartito fue respondida por los grupos parlamentarios con predisposición al acuerdo. Partido Popular y Ciudadanos, que ya en las últimas semanas semanas han puesto de manifiesto la necesidad de alcanzar un pacto para la reconstrucción económica de la comunidad autónoma, ven posible el consenso pese a las dudas que generan algunas de las propuestas. Posible, deseable y no muy lejano. En el caso de los populares, no sólo ven «claramente insuficientes» las acciones que se han puesto sobre la mesa, sino que consideran que el Ejecutivo regional no tiene capacidad presupuestaria para llevarlas a cabo. Su presidenta, María José Sáenz de Buruaga, expresó un apoyo crítico. Como también hizo Félix Álvarez en representación de Cs, tendió la mano a Revilla, pero advirtió de que «esta no es la solución que Cantabria necesita. No basta con lo que ya había».
Más escépticos se muestran desde Vox. Además de suscribir lo anterior, consideran que cualquier medida, especialmente las que tienen que ver con el apoyo a las empresas y los autónomos, además de ser rácanas, llegan tarde. Aunque la formación duda de que el bipartito tenga una intención real de alcanzar un consenso y cree que el verdadero motivo de esta mesa de diálogo es ganar tiempo ante la falta de ideas, ayer rebajó la intensidad de sus críticas al Gobierno PRC-PSOE e incluso reconoció que el documento «tiene cosas buenas».
Buruaga, que acudió a la cita «con la misma actitud que ha manifestado su partido desde el inicio de la pandemia, lealtad con Cantabria y colaboración con el Gobierno, que no es sinónimo de un cheque en blanco», considera que el bipartito tendrá serias dificultades para financiar las medidas con el presupuesto de 2020. A los populares les cuesta cree que se puedan rascar 300 millones a un presupuesto al que, de salida, le faltaban ya 100 millones para pagar las nóminas de su personal o el gasto en conciertos educativos: «Sin respaldo presupuestario real, estas medidas no son reales, no son más que un catálogo de buenas intenciones y un brindis al sol». Buruaga advierte de que las modificaciones presupuestarias que anuncia el Ejecutivo pueden ser contraproducentes, porque «no se puede desvestir un santo para vestir a otro». Lo cierto es que, pese a las preguntas de la prensa el pasado viernes, el Gobierno regional no ha especificado qué partidas se caerán del actual presupuesto.
En Cs avanzan también que las medidas se van a quedar cortas y piden tiempo para estudiar en profundidad el documento y presentar sus aportaciones que sirvan para paliar la situación económica que se pueda derivar de la crisis sanitaria. Álvarez reconoció que quizás le puede el deseo cuando afirma que ve posible el consenso: «Es fundamental. Los ciudadanos nos están pidiendo el mismo esfuerzo de solidaridad y compromiso que están haciendo ellos quedándose en sus casas o saliendo a trabajar».
Cristóbal Palacio (Vox) lamentó que la reunión fuera únicamente para entregar «22 folios y no empezar a trabajar». En su opinión, lo único que está haciendo el bipartito es «ganar tiempo» y «que parezca que hacen algo sin hacer nada». «Las empresas actuaron al minuto de decretarse el estado de alarma y el Gobierno lleva un mes sin hacer nada. Es difícil no estar de acuerdo cuando se habla de generalidades», apuntó Palacio, quien está convencido de que Revilla ha optado por hablar y no por actuar porque no tiene ideas ni dinero para ello. También advirtió de que muchas de las acciones se solapan con las del Gobierno central, como la que tiene que ver con la renta básica.
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