El orgullo de los vecinos de Costa Quebrada

Por su parte, los vecinos muestran igualmente su alegría por la buena nueva. Ellos también lo llevaban esperando tiempo. Todos valoraban la riqueza de su territorio, pero ahora cuentan con un reconocimiento a modo de sello de calidad del que pueden alardear. Lo celebran y lo aplauden orgullosos de sus municipios, pero también exigen condiciones. Las más repetidas: control de la masificación y mejoras en las infraestructuras. Infraestructuras bien pensadas, no como lo que sucedió en la senda costera de Santander hace diez años, cuando gobernaba Íñigo de la Sena y la obra de acondicionamiento del camino fue paralizada porque no contentaba a casi nadie. Precisamente, después de este episodio se tuvo en cuenta la opinión de los vecinos para diseñar lo que ahora es la senda costera.

Javier Pi es de Santander y muchas mañanas acude al entorno del Faro de Cabo Mayor con su catalejo para observar a las aves. Como buen amante de la naturaleza, la noticia le hizo especial ilusión, aunque insiste en realizar labores para proteger la zona. «Ahora lo que tienen que hacer las autoridades es proteger el entorno a nivel medioambiental. Hay mucho turismo y hay que mantener la calidad. Yo, por ejemplo, ampliaría la señalética para que se aprecie dónde estamos». También hace referencia a los senderos. «Los mejoraría un poco, pero no demasiado para que no venga mucha gente», propone.

Rosa Cuevas, de Camargo, se enteró de la distinción leyendo El Diario Montañés mientras desayunaba en su bar de confianza. «Casi me atraganto», bromea. «Todos esperábamos esto como agua de mayo y ahora solo queda ir mejorando las cosas. Ir para arriba y nunca para abajo. Si no potenciamos lo que tenemos, no vamos a ninguna parte», asegura. Respecto al impulso turístico, dice que en su municipio recibirán a los turistas «con los brazos abiertos», a la vez que espera no perder «la tranquilidad y calidad de vida actual».

San Juan de la Canal pertenece al municipio de Santa Cruz de Bezana y es parte de Costa Quebrada. Allí, Luis Ángel García va todos los días a pescar con su caña y sus anzuelos. «Es un hito importantísimo, sobre todo para nosotros los pescadores», celebra. Y es que, según afirma, ya era hora de lo que protejan. «Durante mucho tiempo la gente no ha cuidado de lo que tenemos. No lo valoramos hasta que estamos lejos y lo echamos de menos», confiesa.

Si han visitado alguna vez La Arnía habrán podido apreciar la belleza del paisaje. Un lugar donde quedarse embelesado. Juan Bárcena es uno de los afortunados que vive a pie del acantilado. «Llevo viviendo aquí 60 años. Antes tenía un barquito e iba a pescar por todas las islas, así que para mí esta distinción es un orgullo y muy emocionante». Además, es dueño de un negocio hostelero. «A mí ya me queda poco, pero me alegro también por mis hijos, que lo disfrutarán más que yo», comparte.

Conchi Haro es vecina de Miengo y pasar a formar parte de la Red Mundial de Geoparques de la Unesco le parece «estupendo». Me alegro sobre todo por los niños, que han estado dando clase aquí». Y es que este verano se han impartido los 'Campus Medioambientales Verano: Tierra y Mar' en el Aula Costa Quebrada de Miengo. «Mi nieto ha aprendido muchísimo. Está contentísimo con la noticia», reconoce.

En Polanco, esta distinción también es de buen recibo. «Es lógico», estima Santiago Majolero, uno de sus vecinos. «Agradezco las mejoras que vengan a partir de ahora y espero que le de más vida a Polanco». Eso sí, más vida, pero de forma controlada. «Ya veremos lo que pasa. En Cantabria cada vez hay más visitantes y hay que tener en cuenta que la forma de vida de aquí y las infraestructuras no son las mismas que en el sur. No tenemos tanta capacidad». Majolero habla de buscar el equilibrio. «Tiene que ir una cosa con la otra. Hay municipios como Suances que en verano se colapsan», ejemplifica.

Precisamente Paula Gutiérrez, natural de Suances, se centra en la masificación. «Evidentemente este reconocimiento es bueno para el municipio y hay que valorarlo, pero me da miedo que esto incremente mucho el número de turistas. Ha habido días que Suances ha estado desbordada», asegura.

Lucía Ruiz, de Santillana del Mar, espera que a raíz de este sello internacional para Costa Quebrada se pongan en valor otras zonas del municipio. «Santillana del Mar no es solo el casco histórico. Hay mil atractivos que no están tan masificados y que merece la pena ver. Aunque para ello, hay que tenerlo todo bien acondicionado», insiste.