
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El osezno sigue vivo y en buen estado. El cachorro salvado por su madre en una feroz pelea contra el macho que intentaba matarlo para aparearse con ella ha sido captado por las cámaras de vigilancia que colocaron los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León. Durante la última noche, los equipos de grabación automática instalados en las diferentes cavidades de la osera han podido registrar imágenes del osezno en buenas condiciones. Los técnicos de la Junta y de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León monitorizan la cueva con cámaras endoscópicas. El lunes pudieron confirmar que la osa estaba viva y que amamantaba a su cachorro, aunque se desconoce el alcance de las lesiones y cuál es su estado actual.
Durante la brutal pelea en la que se enzarzaron macho y hembra, en la que ella sufrió graves mordeduras, ambos se despeñaron desde una altura de 30 metros en los riscos de la Montaña Palentina. La caída resultó mortal para el oso, pero la osa consiguió ponerse en pie, reunirse con su cachorro y refugiarse en una gruta de difícil acceso. En esta época es frecuente que los osos machos intenten matar a las crías que no identifican como propias para acelerar la entrada en celo de las hembras e imponer su propia línea genética. La osa atacada salió de la osera con dos crías, pero una de ellas falleció despeñada posiblemente por un ataque del mismo plantígrado.
Los trabajos de control y seguimiento de agentes medioambientales y celadores de la Consejería de Medio Ambiente y Patrullas Oso de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León sobre la osa adulta y su osezno, refugiados en la gruta, siguen avanzando.
Ahora «la prioridad es seguir aportando alimentación de soporte, tanto a la madre como al osezno, e intentar comprobar el alcance de las lesiones de la osa para valorar su viabilidad, o si, por el contrario, el osezno tuviera que ser capturado para lograr su supervivencia y llevado a instalaciones especializadas hasta que alcance el peso y edad adecuadas».
Este protocolo ya se aplicó con éxito en los años 2019 y 2020 con los oseznos Saba y Éndriga, que, tras su paso por las instalaciones de aclimatación en condiciones de semilibertad que la Junta posee en la finca de Valsemana (León), pudieron ser reintroducidos con éxito en la Cordillera Cantábrica.
Pero antes de que Saba llegara a la finca de León fue crucial la intervención del Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Villaescusa, junto al Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde la osezna huérfana pasó tres meses para reponerse de los síntomas de desnutrición, deshidratación y alteraciones neurológicas graves que sufría con los tratamientos veterinarios que recibió, con tácticas que evitan el contacto con humanos. Un año antes, en 2018, el osezno Beato también se recuperó de una grave herida en una pata en el centro cántabro y pudo ser reintegrado al medio natural meses después en los montes de Liébana
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Ana del Castillo
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