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La elección es 100% discrecional. La dirección nacional de Vox que preside Santiago Abascal tiene total libertad para decidir el nombre del sustituto de Ricardo Garrudo, que acaba de presentar su renuncia como líder de la formación en Cantabria. No existen condicionantes previos y ... cualquier militante podría acceder al puesto, pero sobre la mesa destacan dos nombres por encima del resto, los de los dos dirigentes con mayor relevancia institucional: el portavoz en el Parlamento de Cantabria, Cristóbal Palacio, y el del representante en el Congreso de los Diputados, Emilio del Valle. Si no hay sorpresas, en Madrid se decantarán por una de estas dos vías, lo que no implica necesariamente que el señalado vaya a ser también el candidato a la Presidencia del Gobierno regional en las elecciones del próximo mes de mayo. En cualquier caso, también antes de fin de año se despejará esta incógnita.
Hace unos meses parecía más que probable que Cristóbal Palacio (Polanco, 1970) repetiría como candidato a la Presidencia de Cantabria. Hoy, este abogado experto en Derecho Comunitario y Empresas sigue con muchas papeletas, pero hay otras opciones sobre la mesa. Las intenciones de Vox de cara a las elecciones de mayo de 2023 pueden manifestarse antes de tiempo, con la inminente elección del nuevo presidente de la formación en Cantabria. Precisamente Garrudo ha sido el principal valedor de Palacio en su carrera política en Vox, aunque con sus intervenciones en el Parlamento ha demostrado su capacidad para desplegar la estrategia del partido, centrada en criticar la «corrupción de baja intensidad» del regionalismo y en la apuesta por el mundo rural.
Emilio del Valle (Madrid, 1960) comparte con Palacio que ambos llegaron a Vox procedentes del PP y que son licenciados en Derecho por la Complutense. En el caso del primero, lo hizo después de ocupar cargos de gran relevancia en los gobiernos de Martínez Sieso (fue consejero de Presidencia entre 1995 y 1999) e Ignacio Diego, como número dos del departamento de Economía (entre 2011 y 2015). Del Valle es, probablemente, el cargo público de Vox en Cantabria que mejor conoce la Administración regional. Un ámbito en el que, con independencia de su ideología, se valora su capacitación técnica. Después de los primeros espadas, entre los que goza de una buena imagen, el cántabro es, en esa segunda línea, uno de los diputados con mayor relevancia en su bancada.
Garrudo, que ahora da un paso atrás para renovar el partido y dar «un perfil más político al cargo», sí fue elegido mediante el sistema de primarias por la militancia tras derrotar a un pequeño grupo de afiliados críticos. Vox cambió sus normas de funcionamiento y ahora todo pasa por Abascal y su equipo. Un modelo que se aleja al que utiliza la mayoría de partidos, pero que evita la confrontación y que se evidencien los choques internos. De hecho, lo que parece seguro es que la militancia no pondrá grandes reticencias a la decisión que llegue de la sede nacional. Guste más o guste menos.
Palacio es, sin duda, la cara más visible de la formación en Cantabria. El abogado fue una apuesta personal de Garrudo, que hace ahora cuatro años le situó –no sin revuelo interno y contestación– como número uno al Parlamento. Allí ha demostrado su capacidad de oratoria –casi siempre sube a la tribuna sin papeles– y se ha convertido en un azote del Gobierno, protagonizando duros enfrentamientos con el PSOE y, sobre todo, con el PRC.
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Del Valle es menos conocido entre los votantes, pero tiene un gran predicamento entre las bases. Frente a diputados como el regionalista José María Mazón, cuya labor en el Congreso está muy centrada en la agenda cántabra, el que fue consejero de Presidencia con el PP está más centrado en asuntos de política nacional e internacional. De hecho, es portavoz adjunto de la Comisión de Asuntos Exteriores y goza de un gran prestigio entre sus compañeros de escaño. También entre la dirección del Grupo Parlamentario de Vox que dirige Iván Espinosa de los Monteros.
No tienen voto, pero los miembros del Comité Ejecutivo Provincial sí tienen voz en los asuntos internos. De hecho, Garrudo reunió a última hora de ayer a este órgano para explicar el nuevo escenario que se abrirá tras su salida –el actual presidente sigue en el cargo hasta que tenga sustituto– y los detalles del proceso.
La persona elegida por Abascal tendrá menos de medio año para planificar junto a Madrid, que tiene la última palabra, la estrategia electoral y las listas municipales. La intención de Vox es lanzar como candidatos a las alcaldías de Cantabria a los actuales portavoces del partido en los distintos municipios. Eso sí, la idea es presentar lista únicamente en aquellos en los que tengan una estructura estable:alrededor de 40 o 50 localidades.
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