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Los que saben hablan de factores «protectores» -y, si se cuidan, preventivos-. Familia, relaciones sociales, situación laboral. «El componente psicosocial es más importante para nosotros que para el resto de ramas», explica en calidad de psiquiatra Óscar Fernández Torre, coordinador de Salud Mental del ... Servicio Cántabro de Salud (SCS). Fíjense bien. Familia, relaciones sociales y trabajo. Tres de los ámbitos que, precisamente, la pandemia ha puesto patas arriba (muertes cercanas, aislamiento y crisis). Si a esto se añade un caldo de cultivo propicio para fomentar los «factores de riesgo» -consumo de alcohol como falso alivio o aumento de las situaciones de estrés, por ejemplo- ya se cuenta con una hipótesis para explicar lo que desde hace meses advierten los profesionales. Una ola de problemas que se palpa en los datos. Si en 2019 había 1.638 personas en lista de espera para una consulta, a finales de 2021 eran 2.652. La demora media ha pasado de 33 a 38 días y el total de consultas ha crecido de 102.835 a 115.000.
En los adultos, la carga ha sido «absorbida por el sistema», pero «en el ámbito infantil/juvenil es donde estamos teniendo más problemas». Ahí la demora se va, por ejemplo, a 47 días en Psiquiatría y hay un «sorprendente» aumento de casos de autolesiones. ¿Carencias en este ámbito? Fernández Torre habla de necesidad de personal y de una reorganización de la estructura para que sea «más eficiente». De hecho, antes de publicar el Plan de Salud Mental 2022-2026 ya han activado un plan de choque para intentar atender todos los casos.
2.652personas en lista de espera para consulta en 2021 frente 'a las 1.638 de 2019.
La comparación de datos se hace entre 2019 y 2021. En medio queda un 2020 -como en tantas cosas- «atípico» en este terreno y que, posiblemente, supusiera una demanda de atención «pospuesta» para el año siguiente. Fernández Torre explica que la pandemia ha producido un aumento de síntomas generalizado -todos hemos sufrido más estrés, hemos estado más aislados, sometidos a una mayor presión...- que no siempre desarrolla enfermedad. «Pero detectamos claramente un mayor número de consultas de salud mental en la Atención Primaria». El mayor volumen, aclara, es de «patología menor». De hecho, «las enfermedades graves siguen presentándose al mismo ritmo». Aquí, no obstante, señala que si el sistema se resiente en lo asistencial pueden surgir complicaciones. «El cierre durante el confinamiento de los centros de rehabilitación psicosocial pudo suponer una pequeña falta de continuidad asistencial», pone como ejemplo, aunque insiste en que fueron hechos ocasionales.
«Lo que de verdad carga la agenda de trabajo es esa patología menor, y da la sensación, en general, de que los adultos han tenido una mayor capacidad de resistencia que la población infantil/juvenil». Justo aquí se pone el foco. Y nuevamente los datos dejan claro el escenario. Según el Servicio Cántabro de Salud, el número de pacientes menores de 18 años que estaban en la lista de espera de Psicología en 2019 era de 189. A finales de 2021 esa cifra se fue hasta los 276. Y en Psiquiatría se pasó de 100 a 163. En cuanto a la demora media por consulta se elevó desde los 22 días a los 38,48 en Psicología y a los 47 en Psiquiatría. «Aumento generalizado», puntualizan. Y hay más datos. Tomando esta vez como referencia el 2020 y analizando los casos que ya no se pueden atender con tratamiento ambulatorio, en la planta de Pediatría de Valdecilla hubo tres ingresos más. Pero es que los ingresos parciales -en el hospital de día, una solución muy «versátil» y «buena para los niños» para no romper con su entorno familiar (van a sus casas por la noche)- se dispararon un 75% (de 189 a 332) y los que se tratan específicamente en el área de conductas alimentarias, un 39% (de 271 a 377). Incluso, esos casos en los que los profesionales detectan que no será suficiente una estancia hospitalaria de unas semanas y se trasladan para periodos de mayor duración al Padre Menni (con el que hay un acuerdo), pasaron de 204 en 2020 a 266 un año después.
38,21días de demora media (32,93 en 2019). En el caso de Psiquiatría infantil es de 47 días
Son mucho más que números. Detrás hay personas (niños y adolescentes) y un entorno que se ve tocado y que, más que con otras patologías, no sabe cómo manejar la situación (y que reclama una atención mayor). Un estudio que han hecho en el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil de Torrelavega muestra una situación preocupante. Tomaron los volantes de las consultas y los dividieron por motivos de derivación (las causas por las que se trasladan pacientes a un especialista).
Con la pandemia como contexto no les sorprendió encontrarse con factores que tienen que ver con la adaptación. Con las dificultades que planteó no poder ir al colegio (no socializar), sufrir una pérdida cercana (y en las condiciones de soledad que se produjeron) o vivir el ambiente de preocupación en un hogar en el que un padre o una madre, por ejemplo, han quedado en el paro. «Patología ansiosa, depresiva, de pánico...». Eso era «lo esperado».
115.000consultas en total en 2021 (nuevas y de seguimiento) frente a las 102.835 de 2019
Lo que les sorprendió fue encontrarse con un llamativo ritmo de crecimiento de los casos de trastornos alimentarios y autolesiones. «Y a eso hay que darle importancia porque los riesgos son importantes y hay que hacer un seguimiento», destaca Fernández Torre, que concluye que «se detecta un aumento de casos graves».
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Marta San Miguel
«Cuando empezamos a ver la situación pensamos que no podíamos demorar las medidas y esperar a que el Plan de Salud Mental que estábamos preparando -y que la pandemia cogió por el medio- estuviera publicado» (calculan que estará para marzo o abril). De esa estrategia prevista para los próximos años se han adelantado un par de cuestiones. Una tiene que ver con una reivindicación pendiente. «Pedir la integración en el área de Salud Mental de los dispositivos de conductas adictivas, que han funcionado como redes paralelas durante décadas».
La otra es, precisamente, poner en marcha un Plan de Choque específico para la población más joven. Se trata de «un redimensionamiento de la estructura asistencial dirigida a este grupo poblacional en este tipo de patologías». «Más aún -añade el experto- cuando somos conscientes de que el 75% de los problemas surgen antes de los 18 años y el 50% antes de los 14».
332ingresos de menores en el hospital de día en 2021 (189 en 2020, un 75% menos)
Hay que hablar de carencias, claro. «Nuestros recursos son humanos, nuestra tecnología son las personas y es lo que venimos reclamando», destaca el coordinador del servicio, que cree, en todo caso, que «tenemos una buena red asistencial -descrita en la ficha adjunta- y cubiertas todas las modalidades» (salvo las mejoras necesarias en la asistencia infantil). Los ratios recomendados son de 18 profesionales (tanto en Psiquiatría como en Psicología clínica) por cada 100.000 habitantes. «La realidad es que hay países europeos muy por encima, pero que en España estamos por debajo. En Cantabria hemos mejorado en los últimos años, pero la necesidad en infantojuvenil ha sido sobrevenida y requiere medidas suplementarias». En general, en la región hay 109 psiquiatras (trece son residentes) y 109 psicólogos (cuatro residentes) para atender la estructura sanitaria pública de salud mental, según datos del SCS.
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¿Qué se ha hecho y qué buscan con este Plan de Choque? De entrada, ya ha habido «contrataciones en el área ambulatoria» y, entre otros aspectos, se pretende mejorar la derivación al tratamiento específico de la patología grave. Como en el ámbito hospitalario están esos casos graves, ahí se ha propuesto «abrir una consulta de alta intensidad». Un instrumento que, sin hospitalización y manteniendo al menor en su medio, permita un seguimiento intensivo. También otra consulta «de alta resolución» para aquellas situaciones que se estima que se pueden resolver en unas pocas consultas, pero sin tener que pasar por las listas de espera. Y, por último (aunque en esto aún queda), se trabaja, en general, en el «refuerzo de la hospitalización y del hospital de día».
377ingresos en el hospital de día de trastornos de conductas alimentarias (271 en 2020)
¿Y cuáles son las líneas estratégicas del Plan de Salud Mental 2022-2026? Más allá de las dos que se han adelantado por necesidad (población infantojuvenil y trastornos de conductas adictivas), se busca, de entrada, mejorar la coordinación y la comunicación con la Atención Primaria (que el médico de cabecera esté mejor formado y tenga acceso a técnicas que le faciliten la coordinación con el psicólogo). Además, retomar «y dar un paso adelante» en el tratamiento de los trastornos graves, con «un modelo de recuperación que ha quedado tocado por la pandemia». Y a eso se suma un esfuerzo en la psicogeriatría. «Dar más calidad de vida a la gente mayor, también muy perjudicada por la pandemia y que a veces ni siquiera pide ayuda por no molestar». Todo, en coordinación con Educación y Servicios Sociales.
Aspectos que afectan, básicamente, «a los más vulnerables».
Fernández Torre destaca que el aumento de las autolesiones en menores no se ha traducido en Cantabria en un mayor número de sucidios. Pero sí ha habido más entre los adultos (es lo que determina el INE, aunque hay una discrepancia con los datos del Instituto de Medicina Legal). El Plan de Salud Mental que verá pronto la luz incluye un apartado específico de abordaje y prevención.
El programa para el manejo de la conducta suicida que se aplica en Valdecilla se trasladará a Torrelavega y Laredo, y se completará con medidas como una red telefónica de 24 horas propia (regional) y actividades de prevención (charlas en los institutos, por ejemplo, en coordinación con Educación).
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