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¿En qué medida influyó el tsunami covid de 2020 en la prevención y control del cáncer? Esa es la pregunta para la que ha buscado respuesta el Ministerio de Sanidad a través del informe presentado esta semana a las comunidades autónomas en el seno ... del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, al que ha tenido acceso El Diario Montañés. Y la principal conclusión, que no ha cogido por sorpresa, es que cayeron las pruebas diagnósticas y los cribados poblacionales (de mama y de colon) y, en cadena, las consultas y los tratamientos, por lo que las consecuencias se augura que se verán en los próximos años con un aumento de tumores en estados avanzados.
En concreto, el estudio nacional indica que en los tres primeros meses de pandemia (de marzo a mayo) en Cantabria se realizaron hasta un 47% menos de biopsias de Anatomía Patológica: en 2020 hubo 6.201, frente a los 11.735 del ejercicio anterior, una proporción que más o menos casa con la del resto de autonomías. Menos muestras para analizar, menos diagnósticos. El jefe de servicio de Oncología, Fernando Rivera, que cuestiona la fiabilidad de la comparativa entre comunidades por la ausencia de registros uniformes e informatizados, destaca que el resto del año se consiguió corregir en gran medida ese desajuste, de forma que la región cerró 2020 con una reducción en los diagnósticos del 19%, en línea con la media nacional, que rozó el 18%.
Ese descenso se reprodujo después en las consultas. Según el informe del Ministerio, en ese primer trimestre pandémico los oncólogos recibieron hasta un 23% menos de pacientes nuevos que en el mismo periodo de 2019 (se pasó de 566 a 431), aunque también en los nueve meses siguientes se logró recuperar en parte la actividad, hasta dejar ese porcentaje de caída en el 9,8%. En lo que respecta al tratamiento, Rivera afirma que «el hospital de día no se cerró en ningún momento» pese a la presión del covid. «Cantabria fue la segunda comunidad en la que menos bajó el ritmo de las sesiones de quimioterapia». Y de las comunidades que aportaron el balance de acceso a ensayos clínicos, que sólo fueron siete, es la que destaca con diferencia sobre el resto. Si bien tras el estallido inicial de la pandemia se redujeron a la mitad los pacientes reclutados (9, frente a los 18 de 2019), el resto del año no sólo se recuperó la actividad sino que incluso creció un 44%, con un total de 94 pacientes participando en ensayos clínicos (65 lo hicieron el año anterior).
El impacto del covid en España en las sesiones de quimioterapia se tradujo en una disminución del 4,2% en 2020, y de un 9% en el caso de la radioterapia. En este último caso, en Cantabria se apunta un descenso del 16% entre marzo y mayo, que en diciembre se quedaba en el 7%.
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