La pandemia revela la prevención como «la asignatura pendiente» en la sanidad

El último encuentro reunió ayer a tres partes claramente implicadas en la pandemia: la gestión política de la crisis, la labor profesional de la Medicina Preventiva y al colectivo de pacientes.

«La medicina preventiva no vende, no da titulares y es un trabajo a largo plazo. Nosotros salvamos vidas en silencio y hasta que no ha venido una pandemia, la Salud Pública no ha salido en al foto», dijo ayer la jefa de servicio de Medicina Preventiva del Hospital Reina Sofía de Córdoba, Inmaculada Salcedo. En esa definición de especialidad «poco conocida», el periodista que dirigió ayer el debate, Borja Negrete, de Voz Populi, hizo lo propio con el periodismo sanitario, una disciplina «que ocupaba la parte de abajo de los periódicos hasta la pandemia». La especialización y el espacio que ahora ocupa en los medios es la mejor metáfora que ayer sobrevolaba durante el debate entre las tres partes. Ante la pregunta de Negrete del peso específico de Salud Pública en los presupuestos de Sanidad, el consejero tomó la palabra con una matización, para advertir de que si bien Salud Pública puede ser una «disciplina desconocida fuera del ámbito de la profesión, está muy reconocida dentro». El cambio debe venir por la gestión: «Siendo una grandísima tragedia, una de las cosas buenas que ha traído el covid es que ha puesto el foco en el esfuerzo que tenemos que hacer por cambiar el sistema sanitario. Atendemos muy bien a los pacientes agudos, a los crónicos, pero la prevención es la asignatura pendiente, tenemos que darle más peso a la Salud Pública», dijo. «Autogenerarnos demanda es una error, cuanta menos gente acuda a la sanidad, mucho mejor».

Entre los cambios que ha provocado la pandemia está también la asistencia a los pacientes, un tema que puso sobre la mesa Tomás Castillo, vicepresidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes: «Si hemos pasado de la consulta presencial cada seis meses a la atención telefónica una vez al año, ¿cómo podemos hablar de prevención si tenemos este cambio en la atención?», dijo. Porque aunque solo se vea el covid, el colectivo de enfermos crónicos o agudos, para el que pidió «más presencia en los órganos de decisión», como sucedió durante la campaña de vacunación, basada al principio en grupos de edad: «Pasaron meses hasta que nos escucharon, y el 11 de marzo abrieron la vacuna a pacientes de cáncer, trasplantes o fibrosis quística».

En Cantabria, donde se está administrando la tercera dosis en las residencias desde el miércoles, los próximos serán los pacientes inmunodeprimidos, pero también, «en cuanto lo permitan», el grupo de edad de entre 5 y 12 años, un grupo del que se espera un alto porcentaje de respuesta «porque van con sus padres, algo que sucede con los de 12 a 19 años, que tienen un porcentaje de vacunación superior al del grupo de 20 a 29. «Me preocupa más que no veo el fin de la vacunación», dijo ante posibles dosis de refuerzo en la población general: «Los recursos humanos son finitos y necesitamos que vuelvan a atender a los ciudadanos».