Secciones
Servicios
Destacamos
A primera vista, da la impresión de que las cuestiones de fe poco tienen que ver con la aritmética, pero lo cierto es que los números pueden reflejar con más claridad que las palabras la situación de la Iglesia en la Diócesis de Santander. ... Este obispado consta de 616 parroquias -distribuidas en 55 unidades pastorales, que a su vez lo están en trece arciprestazgos-, y, para atenderlas, 182 sacerdotes diocesanos -46 de ellos ya jubilados y sin cargo pastoral, aunque algunos siguen atendiendo parroquias con más de ochenta años-, y 32 religiosos que son párrocos o ayudan pastoralmente, más allá de sus responsabilidades propias de su comunidad religiosa. Hay, además, seis diáconos permanentes y cuatro seminaristas. Las cifras más ajustadas son las del Valle de Mena -de Burgos, pero perteneciente a la Diócesis-, en el que dos curas atienden 54 pueblos, distribuidos en 36 parroquias. En Valderredible, dos sacerdotes y un diácono están a cargo de 53 pueblos, con 41 parroquias. En resumen, parece que las cuentas no salen.
«Tenemos que replantearnos cómo estamos evangelizando los valles de Cantabria -reconoce Juan Carlos Fernández, delegado para el Clero de la Diócesis-; tenemos que reagrupar al clero y estamos intentando que funcionen las unidades pastorales: esto es algo en lo que muchas diócesis de España ya están, y consiste en reagrupar las parroquias en una zona y confiarlas a un equipo apostólico, con sacerdotes, religiosos y laicos que atenderían toda la zona».
«Nuestro obispo dice que hay que pensar que los pueblos no van a ir a más, pero hay que atenderlos. De hecho, la Iglesia es la última en abandonarlos: se van los maestros o las instituciones, pero ahí está el sacerdote, que es apreciado en los pueblos y ejerce una labor interesante». No obstante, opina que resulta imprescindible reorganizar el culto. «No se le puede pedir a un sacerdote que oficie doce eucaristías en un fin de semana».
La realidad es que hay pocos curas, con una edad media elevada, y que las nuevas vocaciones no son suficientes para relevar a todos los que se retiran o fallecen. «Hay que trabajar de otra manera: llamamos parroquias a una iglesia con cuatro casas alrededor, cuando la parroquia es una comunidad viva, con niños a los que se bautiza, jóvenes que se preparan para la confirmación, adultos que se preparan para el matrimonio... y eso no se da en muchos pueblos. Hoy igual la parroquia debe de contar con un grupo más amplio de pueblos -esas unidades pastorales-, y ser una comunidad de fieles más amplia. Hay muchos campanarios y pocas comunidades de fe. Y de una comunidad de fe salen vocaciones; de un edificio no».
Fernández defiende una labor compartida, y pone como ejemplo a las personas no ordenadas «que hacen celebraciones de la Palabra, que dan catequesis, que se hacen presentes en las iglesias de la zona, organizan convivencias... por ahí tenemos que ir para vivir la fe. Y para la Eucaristía, lo más importante, nos vamos a tener que mover para celebrarla juntos».
Teófilo Marrón es uno de esos laicos que ha asumido responsabilidades en su parroquia de Cacicedo (Camargo). «En teoría, se trataba de una cuestión provisional», aclara. Fue el propio párroco, don Francisco, quien solicitó su ayuda al enfermar, pero su reciente muerte mantiene a sus feligreses a la expectativa de lo que decida el Obispado. Marrón, profesor del Colegio La Salle en Santander y miembro activo de la parroquia -además de presidente de la Junta Vecinal-, acepta de buen grado su papel dirigiendo las celebraciones. «Soy el que está dirigiendo esto un poco porque ya era feligrés, del grupo de lectura, pero toda la gente está colaborando. En La Salle llevo 35 años siendo animador de grupos cristianos, y toda mi vida se ha movido en el terreno pastoral. También tengo formación, soy diplomado en Ciencias Religiosas. En mi caso, no hay una separación entre esta labor y la vida personal: no es un trabajo. A la gente le puede chocar que sea el alcalde pedáneo y el que esté aquí, pero la verdad es que estamos porque otros no quieren».
El grupo se organiza a través de un chat de Whatsapp, donde se proponen y deciden los cantos del coro, las peticiones... «El borrador de la celebración se pasa a folio, para tener un guión más cerrado, y se sacan copias para la gente». En realidad, es como una misa normal -con breve homilía incluida-, aunque se salta la parte de la plegaria eucarística. Hasta su muerte, el sacerdote les entregaba formas sagradas para que pudiesen comulgar. «Estamos sacándolo adelante entre todos. Es un ambiente muy familiar».
El futuro de la Iglesia está también en manos de personas como Juanjo Conde, un joven de 23 años de Salcedo de Piélagos, que es uno de los cuatro seminaristas de la Diócesis. «Estoy en penúltimo año de estudios. El año que viene los terminaré y de ahí en adelante, cuando el obispo lo considere, me ordenaría diácono. Un año después, si todo va bien y la Iglesia me considera apto, sería ordenado presbítero».
La escasez de seminaristas en la Diócesis de Santander ha obligado a que éstos reciban su formación, junto a compañeros procedentes de otras, en el Seminario de Oviedo, en jornadas ocupadas por la oración, las clases, el estudio personal y la convivencia comunitaria. Cada dos semanas visitan la Diócesis, y se reparten para hacer labores pastorales entre San Vicente de la Barquera, Val de San Vicente, y la parroquia de Nuestra Señora de Montesclaros y Santa María Micaela de Santander. «Acompañamos a los sacerdotes de la zona, convivimos con ellos, damos catequesis, ayudamos en la misa y, lo más importante, estamos con la gente».
Conde está convencido de que la Iglesia tiene futuro. «Igual no es lo que estamos planteando, y no hay que compararlo con épocas pasadas: el Espíritu Santo suscita un tiempo nuevo para la Iglesia en cada momento. Hoy día estamos llamados a ser comunidades vivas, comunidades que lleven a la vida cotidiana lo que celebran».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.