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Lo que más preocupaba a Pelayo Lobo, gerente de Renfe en Cantabria y Asturias, era haber acertado con la dimensión del plan alternativo de transporte que plantearon como consecuencia de las obras de la duplicación de la vía entre Santander y Muriedas. Una ... circunstancia que sólo podía comprobar una vez comenzaran los transbordos. Casi un mes después de su inicio, el balance que hace «es positivo». Eso, a pesar de los condicionantes que suponen las continuas averías tanto de material como de infraestructura que sufre la Red de Cercanías de Cantabria. A su juicio, aunque estos problemas son ajenos a los transbordos, «desvirtúan» el plan alternativo. También provocan el hartazgo de los usuarios que, entre una cosa y otra, optan por otras alternativas para desplazarse. De hecho, según cifra el propio gerente, desde el pasado 10 de junio, cuando comenzaron las obras, el flujo de pasajeros ha caído un 40%.
Estos transbordos, que se prolongarán hasta diciembre, afectan a la línea C1, que conecta la capital cántabra con Reinosa, que transbordan en Maliaño, y a los servicios que enlazan Santander con Madrid, Valladolid y Alicante, que lo hacen en Torrelavega. Aunque, según el horario y los días, los pasajeros se suben a un autobús para llegar a su destino o a otro tren. Y este es, según Lobo, uno de los motivos por los que ha disminuido el número de usuarios. «El viajero escoge nuestro producto por los tiempos que le ofrecemos. Si los modificamos, buscan otros medios», explica. Esta es la razón que explica el «deslizamiento de usuarios a autobuses e incluso a vehículos privados». Aunque, a su juicio, hay más argumentos.
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En esa ecuación también entra en juego la estacionalidad. «El volumen de viajeros también es menor porque ya no viajan estudiantes al terminar las clases. Y mucha gente está de vacaciones», argumenta. Aun así, insiste en que es pronto para realizar una radiografía completa sobre los transbordos. Sobre todo, teniendo en cuenta que la gratuidad de los abonos provocó un aumento masivo de los pasajeros por lo que el baile de cifras tampoco es el habitual. «Son números que son muy variables y debemos ser cautos», añade. Además, hay un factor más que se debe tener en cuenta. Y es que del 5 al 20 de agosto los transbordos se realizarán en autobús. En este tiempo, se realizarán obras en la estación de Guarnizo, por lo que el transporte de los viajeros se realizará entre las estaciones de Santander y Renedo por carretera. Lobo cree que eso puede favorecer el incremento de pasajeros de nuevo. Básicamente porque es justo la reclamación que han hecho los usuarios en los últimos días: que todos los transbordos se realicen en autobús. Aseguran que los horarios no cuadran con el tren y por eso consideran más adecuado realizar el trayecto por carretera siempre, no sólo los fines de semana. «Así podemos salir en el momento justo y sin esperas», explican.
«El viajero escoge nuestro producto por los tiempos que ofrecemos. Si los modificamos, buscan otros medios»
«El tiempo que se pierde en realizar el transbordo de un tren a otro tren, se gana después en la entrada a Santander»
«Somos una empresa que se dedica al transporte por ferrocarril por lo que debemos aprovechar nuestros recursos»
Para lo que el gerente de la empresa pública tiene una respuesta técnica. «En el plan alternativo de transporte se pensó realizar todos los transbordos por carretera. Pero hay varios motivos que no lo permiten». Antes de poner el plan en marcha, calcularon con las empresas de autobús los tiempos de acceso y de salida a Santander desde Maliaño. «En un día en el que haya un tráfico fluido estamos en torno a los 25 minutos. Y el tiempo de entrada de los trenes de Ancho Métrico está en torno a los 16 minutos. Ahí ya vemos la primera ventaja», comenta. Por otro lado, explica que es necesario un margen determinado para materializar el transbordo entre estaciones. «El tiempo que se pierde en ir de un tren a otro, se gana luego en la entrada la ciudad».
Además, hay que añadir la capacidad de los trenes, que es de unas 650 plazas. Y aunque los aforos no llegan al límite, están próximos a las 200 personas. «Si tenemos que trasvasar a toda esa gente a autobúses, teniendo en cuenta que su límite es de 55 personas, estaríamos hablando de cuatro autobuses que hay gestionar». Sin olvidar el incremento económico que supondría esta opción. «Somos una empresa que se dedica al transporte por ferrocarril por lo que debemos aprovechar nuestros recursos».
Lobo prefirió no hacer ninguna valoración sobre el escándalo de los trenes de la red de Cercanías de Ancho Métrico de Cantabria y Asturias que se dio a conocer el pasado enero. El contrato para el diseño y fabricación de estas máquinas, adjudicado a Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), estuvo bloqueado durante casi tres años por un problema con las dimensiones reales de los túneles. El gerente de la empresa pública considera que ya está todo explicado y que, tal y como explicó el presidente de Renfe el jueves, «se están cumpliendo los calendarios previstos» por lo que la llegada de los trenes y las mejoras será algo progresivo. Además, confía en la inversión «histórica» que ha hecho el Ministerio de Transportes en las Cercanías de Cantabria.
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