Las 24 horas de Alberto de Mónaco en Cantabria

La visita de Alberto de Mónaco a Cantabria ha dejado un reguero de instantáneas y anécdotas del monarca, de su equipo de seguridad y de los vecinos que se cruzaron con él, que no dudaron en pedirle una foto a sabiendas de que habitualmente las concede. El soberano llegó el sábado por la tarde al aeropuerto Seve Ballesteros de Santander y casi 24 horas después despegó del mismo lugar. A continuación, les narramos cómo fueron sus horas en la comunidad autónoma.

17.00 horasDesde las cinco de la tarde del sábado, agentes de la Policía Nacional revisaban las alcantarillas y controlaban el aeropuerto y sus inmediaciones ante la inminente llegada del monarca. Había un gran despliegue, donde no faltaron perros policía olfateando vehículos y agentes de tráfico incluso en la rotonda de acceso al aeropuerto.

17.30 horasEl presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, llega al aeropuerto. La idea era que el avión de Alberto de Mónaco aterrizara en Santander a las 17.45 horas, pero se retrasó, así que Revilla se puso a hacer una de las cosas que mejor se le da: charlar con el personal del aeropuerto y de seguridad, hacerse fotos con viajeros que iban y venían de la capital y enseñar un libro que recopila la historia de las cuevas de Cantabria a todo quisqui. Cualquier momento es bueno para promocionar la tierruca. Ese ejemplar se lo regaló minutos más tarde al soberano.

18.00 horasEl operativo desplegado para la llegada del monarca decide cambiar el protocolo. En lugar de ser recibido en la sala de autoridades del aeropuerto, su equipo de seguridad ordena que sea el coche el que entre a la terminal y, a pie de pista, le recoja. El motivo para el cambio es que la instalación estaba repleta de gente, había muchos deportistas del mundial de bádminton.

18.14 horasAterriza el avión privado, un

18.50 horasAlberto de Mónaco y Miguel Ángel Revilla entran en el mismo coche y salen del aeropuerto. El presidente de Cantabria dio algunos datos a la prensa sobre la conversación durante el trayecto. Les dio tiempo a hablar sobre el «verde» paisaje y los bonitos atardeceres de la región; sobre la economía cántabra y cómo se ve afectada por el problema energético; o sobre la distancia entre Santander y Bilbao de Burgos. Dudas que Revilla aclaró al soberano. ¿Hizo falta traductor para tanto intercambio de palabras? No, Alberto de Mónaco se defiende bastante bien en castellano.

19.20 horasEl coche se pone rumbo al Palacio de Helguera, en Las Presillas, donde el monarca pasará la noche. El vehículo que les lleva, al igual que el resto de la comitiva, circula por Solares para evitar las obras, otro cambio en la previsión que se ejecuta por seguridad. Llegan al

10.30 horasAlberto II dijo 'sí' a todo aquel que le reclamó una instantánea. Sobre todo a la entrada y la salida del edificio del Centro de Interpretación de Arte Rupestre de Puente Viesgo que se inaugurará en marzo. Abrió la lata un ciudadano francés que se encontraba de paso por la zona, después se acercaron los trabajadores de talleres del Ejecutivo regional que realizan labores en el futuro museo y, a partir de ahí, ya todo aquel a quien no le intimidara el gran número de agentes de seguridad que nutría el séquito. Una veintena de efectivos de la Brigada Central de Protecciones Especiales –el grupo de la Policía Nacional que asume la planificación y ejecución de los dispositivos que protegen a personalidades y jefes de Estado–, que, sin despreocuparse, comprendió perfectamente el interés de los curiosos, y después el equipo de la Embajada de Mónaco, menos acostumbrado a la espontaneidad de los españoles.

11.30 horasA las 11.30 horas en punto llegan todos a la entrada a la cueva, también como estaba planeado. En el monte Castillo, los guías del Gobierno de Cantabria, siguiendo indicaciones, ya se habían encargado de que el terreno estuviera lo más despejado posible. A quien llamaba por teléfono para reservar la visita durante la mañana le decían que ya estaban al completo y al que se presentaba sin avisar le desviaban a la cueva de Las Monedas, que sí que estuvo abierta.

12.20 horasAlberto de Mónaco, Revilla y compañía salen de la cueva y se ponen rumbo al Balneario de Puente Viesgo para disfrutar de una comida. El soberano tuvo que quitarse la chaqueta roja y las botas con las que visitó la cueva y enfundarse en un traje con corbata, por exigencias del protocolo.

13.10 horasLa comitiva llega al balneario de Puente Viesgo. El equipo del monarca se encargó de hacer saber al Gobierno de Cantabria y a los responsables del Hotel Balneario de Puente Viesgo que Alberto II había quedado encantado con las anchoas de Santoña que probó en su visita en 2010. Así que ayer, en el menú para tan ilustre invitado, el primer plato fue anchoas sobadas 'in situ' sobre tostas de sobao pasiego. Los cerca de 40 invitados –la mitad del séquito real– también degustaron pencas rellenas de vieiras fritas sobre tempura con jugo de carabineros, merluza del Cantábrico con sus cocochas y almejas en salsa de vegetales, sorbete de manzana con sopa de mango y un taco de tudanca con patata confitada, cebolla de Liébana y pimientos de Isla. Bebieron tinto de Rioja –Campillo de 2019– y blanco de la tierra –Casona Micaela de 2021–. Para el postre se eligió una esfera de queso pasiego y velo de fresas con helado de tostadillo de Potes.

16.40 horasLa salida del Falcon de Alberto de Mónaco estaba previsto para las 16.40 horas. Se fue con un buen sabor de boca, a anchoas de Santoña.

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