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«Ganas y muchísima ilusión». Esa es la frase que no paran de repetir los representantes de las peñas y comparsas de Cantabria. Y es que, después de dos años de espera, vuelve la fiesta de Carnaval. No como la conocíamos, pero «recuperando parte de ... su esencia», cuenta Ismael De la Vega, uno de los fundadores de la comparsa La Pera de Santander. «Lo estábamos deseando». Así lo percibe cada vez que habla con sus compañeros de agrupación. «Son cosas que se sienten. Y es normal, después de todo lo que ha pasado».
La incertidumbre sobre la celebración de esta fiesta ha sobrevolado la cabeza de los carnavaleros durante todo el año «porque hasta el último momento no sabíamos si podríamos celebrarlo», explica Vindio Palacio, miembro de la murga santoñesa 'Los Canallas'. Aunque reconoce que les daba miedo, ellos «siempre tuvieron la certeza de que, si se realizaban, participaríamos». Igual que 'Las Soberanas', una murga femenina de Santoña que se ha subido por primera vez a la tablas el pasado fin de semana. «Justo antes de actuar estaba muy nerviosa», asegura María Casas, directora de la agrupación. Un sentimiento «inevitable» después de dos años de duro trabajo. Y reconoce que los meses previos al inicio de estas fiestas «han sido duros». «El ver que no íbamos a poder cantar, que no se iba a poder disfrutar del carnaval como siempre, me daba mucha pena».
Tanto Palacio como Casas coinciden en que estas fechas son especiales en la villa marinera, ya que se viven «muy intensamente». La directora de la murga femenina sentía que, sin carnaval, «me faltaba algo de febrero». Y al enterarse de que finalmente se llevaría a cabo el tradicional concurso «después del difícil mes de diciembre», sintió alivio.
Ismael de la Vega - Comparsa 'La Pera'
Aitor Cañón - Peña 'Don Autrigonio'
María Casas - Murga 'Las Soberanas'
Vindio Palacio - Murga 'Los Canallas'
Como el resto de los representantes de todas estas peñas y charangas, que para participar en este reportaje se disfrazaron en la playa de El Sardinero para recuperar el espíritu de la fiesta. Los paseantes, extrañados, contemplaron con curiosidad la escena y hasta algunos, que creyeron que se había adelantado la festividad, pidieron hacerse fotos con ellos. Pero detrás de un disfraz capaz de llamar la atención hay mucho trabajo.
Santoña Murgas y desfile. El Concurso de Murgas prosigue y el pregón se celebrará el jueves 24. Al día siguiente, el pasacalles infantil y el sábado, día grande, el chiquiteo y el desfile con concurso de disfraces.
Santander Evento presencial. Del 25 al 27 de febrero la capital cántabra celebrará en la Plaza Porticada un concurso de disfraces infantil y otro de adultos.
Castro Uridales Carpa en el Ayuntamiento. Del 25 al 27 de febrero se instalará una carpa en la Plaza del Ayuntamiento que acogerá charangas, cabezudos, desfile. Habrá fuegos artificiales.
Torrelavega Actuaciones. En el Teatro Concha Espina, el jueves 24, un cantajuegos animará a los más pequeños. El sábado 26 dos espectáculos recorrerán las calles y en el de las 19.00 horas se hará reparto de dulces.
Laredo Música y baile. El viernes 25, sketches de humor en la Carpa de Carnaval. Ya el sábado, el Rey del Carnaval dará el pregón desde la Casa de Cultura y empezará la Gran Verbena.
Ampuero Pendiente. Aunque el Consistorio no lo ha hecho aún oficial, está a punto de confirmar la programación, que se celebrará el 12 de marzo, condicionado por las normas covid.
Cabezón de la Sal Desfiles. El jueves 3 de marzo celebrarán el carnaval de los mayores, el 4 el evento infantil con una actuación musical y el sábado 5 será el día grande del
Colindres Escolares. Dependerán de cada colegio porque no se celebrará el desfile de escolares.
La preparación de los atuendos y los ensayos de las representaciones escénicas llevan meses de trabajo. «Nos puede venir la idea del disfraz el mismo día que termina Carnaval o en el mes de junio, pero normalmente nunca más tarde del verano», ilustra Palacio. Añade que se trata de un proceso «muy largo y sufrido», pero «siempre merece la pena». En su caso, contaba los días para volver a cantar frente a los santoñeses y, después de dos años, «ver la carpa llena me dejó sin palabras, fue la misma sensación que ver como tu equipo va perdiendo en un partido y mete un gol en el minuto noventa».
Para Anabel Martín, de la peña Sixto Obrador Casas de la Renfe, su grupo es «muy imaginativo». Y eso se traduce en muchas horas de trabajo, ya que no compran nada del disfraz. «Lo hacemos todo a mano nosotros». Algo que en el resultado final siempre les ha favorecido porque cuidan hasta el último detalle. «Una compañera sabe hacer patrones y nos los manda al resto para que lo cosamos».
Un proceso que este año no han tenido la «suerte de vivir», porque hasta última hora no sabían qué actividades serían posibles por las restricciones. Lo que tenían claro es que no querían perder la esencia de estas fiestas. «Cuando nos enteramos de que en la capital cántabra se iba a celebrar un concurso infantil pensamos: a por todas».
En Castro, más de lo mismo. Han tenido hasta el último momento la duda de qué pasaría. Aitor Cañón pertenece a la Peña 'Don Autrigonio', que organiza el tradicional entierro de la sardina, y este año, «muy a su pesar», han tenido que adaptarlo a las circunstancias y escribir el guión en tiempo récord.
Normalmente es un acto que congrega a sesenta personas «y este año seremos máximo quince». Cañón entiende «perfectamente la situación que atravesamos», pero reconoce que, al principio, «les dio muchísima pena, porque es algo muy simbólico para nuestra peña». Una vez aceptada la realidad por las circunstancias, «nos pusimos manos a la obra, a ayudar y a colaborar con el Ayuntamiento».
Todas las agrupaciones coinciden en que lo mejor de este tipo de celebraciones es pasar tiempo todos juntos, ese tiempo que «la pandemia nos ha robado», reflexiona De la Vega. Él lleva al frente de la comparsa 'La Pera' casi treinta años y, «aunque parezca mentira, estamos más nerviosos que la primera vez que salimos como agrupación». El hecho de que esta fiesta se recupere «de alguna forma» les ilusiona de tal manera que «no se puede explicar». Y es que de esta agrupación salen varias generaciones. «Hay abuelos, padres e hijos. Es muy emocionante». Para él, «estar con todos ellos» es lo mejor de Carnaval. «Nos reuníamos muchas veces y pasábamos tiempo todos juntos». Por eso lo echaba tanto de menos. Habla en pasado, porque las circunstancias de la pandemia no les ha dejado otra opción. «Normalmente salíamos 87 personas y este año somos 43». Por eso, para el próximo fin de semana han confeccionado un disfraz reciclado de otros concursos. «Un mix de muchos». Con mucha menos presión, saldrán «a disfrutar». 'Los Canallas' sienten algo parecido. Para ellos la murga va más allá del Carnaval. «Somos amigos y esto nos sirve para hacer piña».
«Nosotros somos un grupo de amigos que quieren pasarlo bien», comenta Alan Expósito, del grupo de Laredo 'Los Cantabrusos'. Es el primer año que se disfrazan juntos pero no tienen ninguna duda «de que volverán a repetir». Expósito trabaja junto a su hermano en una empresa que, entre otras cosas, monta carrozas y le parece importante que se mantenga el espíritu de estas fechas. Como dice la canción, «la vida es carnaval».
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