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Para la mayoría de cántabros hoy es la jornada de reflexión. Para ellos, los candidatos de las seis formaciones con más opciones de conseguir uno de los billetes a Madrid que mañana se ponen en juego, hoy es su día para no pensar en política. ... O por lo menos para intentarlo. Aunque la campaña ha sido más corta de lo normal –siete días en vez de dos semanas– por la repetición electoral y los partidos han optado por un perfil bajo para no atosigar a un votante que pronuncia cada vez que puede la palabra 'hartazgo', los cabeza de lista al Congreso de los Diputados han vuelto a encadenar actos públicos, mítines, entrevistas y visitas por toda la región. El día antes de la cita con las urnas ninguno se ha alejado demasiado de los tópicos de la víspera de unos comicios: descansar cuerpo y mente con sus seres queridos, salir a la naturaleza y asistir a eventos culturales.
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Antes de eso, a Pedro Casares (PSOE) le ha tocado ccumplir con sus obligaciones como responsable del Máster de Transporte de la Universidad de Cantabria. A las 09.00 horas, estaba en la Facultad de Económicas y antes de comer ha aprovechado para acercarse hasta un bar del Barrio Pesquero de Santander con los suyos. Tarde en familia y por la noche organizará una cena con amigos, cántabros que por distintos motivos viven fuera de la región y que han venido, entre otras cosas, para votarle.
Acostumbrados como están a ser ellos los que tomen las decisiones y dirigir al equipo, a Diego Movellán (PP) le ha tocado obedecer. En este caso, a lo que dijeron sus ahijados. El exalcalde de Camargo se ha puesto a su disposición para ir al cine, a un restaurante de comida rápida... «Lo que ellos quieran», ha afirmado el candidato popular, que al mediodía se ha acercado hasta la Taberna de Boo, en Boo de Piélagos con la familia para celebrar de forma anticipada el buen resultado que prevé. Le ha acompañado su hermana Emma y sus ahijados, Javier y Valeria, con la madre de los niños, Carmen.
Aunque a ellos no les hace falta reflexionar el voto, José María Mazón (PRC) ha tenido la agenda tan apretada que tampoco habría podido. A primera hora estuvo en Valdecilla para visitar a un amigo que se encuentra hospitalizado, una tarea que arrastraba desde hace unos días y que hoy por fin ha podido cumplir. Después un aperitivo con los amigos y un paseo por el Mercado de la Esperanza para cumplir con los encargos que le ha hecho Mari Carmen, su mujer, de cara a la cena de esta noche y el picoteo de la noche electoral. «Y la tarde para los nietos».
También Emilio del Valle (Vox) ha dedicado el día a la familia. A pesar de la lluvia, no ha perdonado el desayuno en el bar Dondenando y el paseo por El Sardinero. Lo ha hecho con sus hijos, que viven en Madrid y que se han acercado el fin de semana a Cantabria para apoyar a su padre.
Rubén Gómez (Ciudadanos) se ha pasado parte del día entre aeropuertos. Vuelve por la tarde de Barcelona, donde el viernes participó en el acto de cierre de campaña de Albert Rivera. Regresará a tiempo para ver la obra de teatro 'Perfectos desconocidos' en el Palacio de Festivales.
Luis del Piñal (Unidas Podemos) ha sido el más aventurero y se ha animado a una ruta con raquetas por la nieve, que ha estado a punto de cancelar por la previsión de mal tiempo. Pero un sol espléndido le recibió en el Pico Tres Mares, desde la vertiente de Alto Campoo, un lugar ideal para desconectar de la vorágine política.
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