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El efecto era previsible. Hasta el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, reconoció ayer que «el vaivén» de la semana pasada con las edades a las que se recomienda la vacuna de AstraZeneca, tras reconocerse como efectos secundarios episodios trombóticos raros e infrecuentes, ha generado ... desconfianza en la población. Traducida en un 40% de fallos en las citas concertadas para ponerse el pinchazo de la fórmula de Oxford, según los datos facilitados por el Servicio Cántabro de Salud. Ya el jueves, fueron a vacunarse sólo 296 de los 452 convocados. Y la misma proporción se repitió a lo largo del fin de semana -en total, de los 4.932 citados, acudieron 2.991 (un 60%), entre viernes, sábado y domingo-, aunque la gerente del SCS, Celia Gómez, asegura que «no se ha perdido ninguna dosis».
¿Cómo se consigue? «Ajustando en base a las expectativas, pero siempre redondeando para abajo». Sobre todo en el caso del reparto en el Palacio de Exposiciones, habilitado como 'vacunódromo' fuera del circuito sanitario, que es donde estaría el mayor problema -los hospitales funcionan como puntos delegados, con sus propios congeladores-, porque, una vez enviadas las dosis en neveras portátiles, el margen para administrarlas es de un máximo de seis horas. «Se calcula la remesa según las personas citadas, pero no hacemos todo el envío a primera hora de la mañana, sino que reponemos varias veces en función de lo que se necesita. Es por eso que donde tenemos problemas es en el último tramo tanto de la mañana como de la tarde, donde hay que ajustar las dosis y la gente tiene que esperar un poco más», explica la gerente, consciente de las quejas entre quienes tienen que estar más tiempo en cola del previsto o incluso ser remitido a volver al día siguiente.
«Estamos valorando si hay alguna otra opción para que ese último tramo horario sea más ágil», destaca, teniendo en cuenta que el periodo de conservación de la vacuna una vez hecho el traslado es limitado y las dosis por vial siempre son diez. «Ahora mismo, el problema no son las dosis sobrantes, que se organiza para que no haya -los últimos viales se abren en función de los presentes-, sino los candidatos a vacunarse, cuando superan el número calculado en el envío». En caso de que quedaran vacunas de más, «se recurriría al listado de contingencia, bien para adelantar a los previstos la jornada siguiente o para llamar a los del siguiente tramo de edad», añade Celia.
PLAN
CON MODERNA
CAMBIO
A lo largo del fin de semana se ha vacunado con AstraZeneca a ciudadanos de 65 años y desde ayer se está citando ya a los de 64, sin descartarse que esta misma semana dé comienzo la inmunización también de la población de 63 años. Además del Palacio de Exposiciones, los hospitales son puntos de vacunación de este colectivo. Hasta que esté habilitado el polideportivo Pachi Torre de Castro, que Gómez apunta que «será complicado que pueda estarlo para esta semana, dado que hay que resolver problemas de conexión y equipos informáticos, que estamos tratando con el Ayuntamiento», los ciudadanos de este área sanitaria se derivan a Laredo, «donde es probable que nos planteemos pronto llevar la campaña a un pabellón».
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En paralelo, subraya la gerente, el plan de vacunación contempla al personal de los grupos 3 y 6 que habían quedado «pendientes» antes de que se ampliara la edad recomendada para AstraZeneca, que se elevó a los 65 el miércoles y hasta los 69, al día siguiente. Así, serán llamados esta semana los miembros de fuerzas de seguridad (policías, guardias civiles...) de 60 a 65 años -en este caso, la cita es en el Hospital de Liencres- y está previsto continuar después con los profesionales del ámbito educativo de ese mismo tramo.
Precisamente, desde la asociación profesional de Guardias Civiles, UniónGC, se pidió ayer al Gobierno de Cantabria y a Delegación que aclaren las «dudas» existentes en torno a la administración de la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca a todos aquellos que han recibido la primera -ahora en suspenso- y qué medidas están previstas en caso de no ponerse.
Con respecto a la planificación de Pfizer, el Servicio Cántabro de Salud tiene programadas esta semana más de 15.000 vacunas en población de 70 a 79 años, más otras 3.350 destinadas a segundas dosis de mayores de 80 años.
El almacén de vacunas del Servicio Cántabro de Salud recibió ayer 17.500 dosis de Pfizer y está previsto que entre hoy y mañana llegue una remesa de unas 1.700 unidades de AstraZeneca, una cuantía esta última que supone apenas un 15% de lo que se esperaba (11.000), aunque por el momento no afecta al plan de vacunación de Cantabria dada la cantidad reservada, mayor al aumentar en los últimos días el nivel de rechazo de la fórmula de Oxford. Asimismo, Sanidad informó que «es posible» que esta semana también llegue alguna dosis de Johnson & Johnson, al tiempo que confirmó que no habrá recepción de las de Moderna.
Calendario
Los centros de salud reactivarán la vacunación de los grandes dependientes inmovilizados en sus domicilios, el colectivo de mayores en el que menos ha avanzado la campaña «por las dificultades de logística». A ellos (y a la población de 70 a 79 años) está previsto que se destinen las primeras vacunas que lleguen a Cantabria de Janssen –anunciadas para esta misma semana–, aprovechando que son de una sola dosis, lo que evitará que los equipos tengan que acudir dos veces a casa de esas personas, con el tiempo que ello implica en desplazamiento y en la consiguiente esperapor si hubiera algún efecto adverso. «El porcentaje de vacunación en grandes dependientes no institucionalizados es del 66%, si bien es cierto que en gran medida son los que han acudido a su centro de salud o han sido inmunizados directamente en los centros de día», expone Celia Gómez, gerente del SCS.
Es por eso que no faltan las críticas entre las familias con personas de edad avanzada inmovilizadas y sin vacunar aún –alguna incluso con protesta incluida a la puerta de la Gerencia de Atención Primaria, en la calle Vargas–, cuando se ha cumplido un mes desde el pilotaje desarrollado en el centro de salud de Isabel II que dio el pistoletazo de salida a la vacunación a domicilio. «Se ha indicado que no se frene la vacunación de este colectivo con Pfizer, a la espera de disponer de la de Janssen, puesto que vamos a necesitar las dos», añade.
Pacientes de alto riesgo
De otro lado, el SCS también ha empezado ya la inmunización de pacientes de alto riesgo –catalogados en la estrategia como grupo 7–, entre los que se incluyen los trasplantados o candidatos a trasplante en lista de espera, los que reciben tratamiento sustitutivo renal (hemodiálisis y diálisis peritoneal), así como los enfermos de cáncer, inmunodeprimidos, con infección por VIH o con síndrome de Down. «Empezamos la semana pasada, pero es a lo largo de esta cuando le queremos dar un empujón a la vacunación de estos pacientes, que en algunos casos es fácil de gestionar, porque acuden al hospital de forma periódica (caso de los dializados). Más complicado es el proceso de los oncológicos, donde los servicios tendrán que valorar lo que procede en cada caso».
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