

Secciones
Servicios
Destacamos
Cuando se levantó por la mañana, María Dolores Luzuriaga tenía el mismo apetito de siempre. En el CAD de Cueto huele a pan ... y leche caliente; en el comedor, las mesas que antes compartían cuatro usuarios, ahora solo se puede sentar uno. Pero el desayuno, ayer lunes, sabía distinto. «Ellos saben que esto abre una puerta», decía el director del Centro, Nicolás Peña, después de haber estrenado el Plan de vacunación contra el covid de Cantabria. Y ayer, 24 horas después de haberse puesto en el foco de la historia, el balance que hacen los primeros vacunados es positivo.
«Estoy perfectamente y sin ningún efecto secundario», dice María Dolores Luzuriaga. Si acaso, «un poco de cansancio porque ayer (por el domingo) fue un día de tantas emociones que me costó conciliar el sueño y he dado más vueltas de lo normal». El temporal que atizó la noche con vientos y granizadas no ayudó, pero tampoco los nervios acumulados por haber sido la primera persona de Cantabria en recibir la dosis y atender a tantos medios de comunicación después para contarlo: «Desde el primer momento que hubo tanta muerte y tanto problema, tanta traqueotomía y tanto dolor, pensé que tenía que hacer algo por mí misma y por los demás. Los sanitarios se exponen mucho y también los familiares, es muy doloroso todo esto, con tantos brotes. Así que ponerme la vacuna fue un granito de arena muy chiquitín, lo mínimo en una pandemia mundial».
No hubo miedo después de que se la administraran. De hecho, minutos después siguió con su rutina y salió a pasear con su andador por el jardín de la residencia «con total normalidad». Ayer, en cambio, esa tormenta que le sacudió el sueño, también le dejó sin su paseo. Es lo único que ha cambiado tras la vacuna para María Dolores Luzuriaga. Todo lo demás sigue idéntico: «He hecho las comidas normal, de apetito estoy bien, en el brazo no noto nada y todo sigue su curso», confesaba esta jubilada del Servicio Cántabro de Salud. «Estoy contenta de haberlo hecho, ha sido un honor haber sido la primera. Además, ahora sé que todo está organizado y que funcionará».
María Dolores Luzuriaga - 72 años, residente CAD de Cueto
Agustín Zabala - 70 años, residente CAD de Cueto
Otro de los residentes que recibió la vacuna contra el covid el domingo fue Agustín Zabala, de 70 años. Es de Santander, «de la calle Cervantes», matiza. Y antes de seguir advierte la procedencia de su apellido, «el padre de mis abuelos era de Bilbao». Entonces prosigue con su relato para contar que reside desde el 2 de marzo en el CAD de Cueto, apenas diez días antes de que empezara el estado de alarma: «No volví a salir de allí en tres meses», decía ayer, como si con esto fuera suficiente para levantar la mano y ponerse de los primeros –como así hizo– para recibir la dosis de la vacuna Pfizer. «No he tenido miedo, la estábamos esperando como agua de mayo y ha llegado muy temprano». Desde que se la puso, dice, nada ha cambiado en él. «Pasé la noche sin ningún problema, me encontraba francamente bien», decía después de haber superado esas 24 horas en las que podía aparecer alguna reacción al fármaco. Pero la incertidumbre de qué puede pasar con una vacuna nueva no cabe en el cuerpo de Agustín Zabala, que apenas nota «un poquitín de molestia en el brazo derecho, pero es algo insignificante». Tenía apetito, desayunó bien, de hecho, añade, «pretendo ir ahora a comer bien y cenar bien por la noche, como todos los días». Eso sí, la tormenta es otro cantar: «Estoy muy descansado a pesar de la tormenta, noté un poquitín los relámpagos, pero es cosa del tiempo».
Juan Ignacio López de Arroyabe también reconoce sentirse «perfectamente». Con 71 años y un diagnóstico que le convierte en persona de riesgo, decidió darse la vacuna en el primer grupo del domingo: «No he sentido nada, tengo el brazo derecho como si no me hubieran puesto vacuna», explica. «Me están preguntando otros compañeros de la residencia y yo aconsejo a todo el mundo que lo haga, que se la ponga. Yo me encuentro estupendamente».
En total, según cifras aportadas ayer por el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez, el domingo se vacunaron 39 residentes y trabajadores. Uno de los profesionales que recibió la vacuna fue el propio director del centro, Nicolás Peña, médico de formación, que un día después de haber recibido la dosis lo único que ha sentido es el «cansancio» de haber estado trabajando hasta entrada la noche para organizar la campaña de vacunación que ayer continuaba en su residencia para administrar «en torno a 120 dosis» entre usuarios y trabajadores.
uan Ignacio López de Arroyabe- 71 años, residente CADde Cueto
Nicolás Peña - Médico. Director CADde Cueto
«No tengo nada, ni en la zona donde te administran la vacuna, y eso que los pinchazos a veces provocan una reacción local alérgica, como con la de la gripe. Pero en este caso ni eso, ni tampoco fiebre, mareos o síntomas catarrales». Esos síntomas suelen presentarse entre las 24 a las 48 horas, «pero si hay reacción alérgicas se empezaría a notar algo». Otros colegas le están preguntado por la vacuna, pero no por los efectos sino por cuándo van a acudir a su residencia. «Hay dos bandos en este aspecto. Algunos residentes te pueden preguntar sobre ponérsela o no, pero la mayoría acepta lo que propones. Los trabajadores, en cambio, le damos más vueltas al asunto porque es una vacuna nueva y tememos que pueda sentar mal y nos hacemos preguntas», explica. «Si realmente en la residencia no pasa nada, los que se vacunen la semana que viene van a ir con menos miedo. Pero ante esa duda algunos prefieren esperar». En su caso, como profesional médico tiene «confianza en la ciencia y el recelo en esta vacuna está justificado relativamente», dice: «Debemos tener confianza. Si la sacan es porque están convencidos de que el beneficio es infinitamente superior a no aplicarla».
«Hemos querido hacerlo con seguridad, con calma», destacaba ayer la responsable del plan de vacunación en Cantabria, Flora Pérez. Las personas que recibieron ayer la primera dosis no han tenido «ningún problema, están todos bien», dijo: «Las personas residentes mayores han pasado una buena noche, no han sufrido ningún problema, y en cuanto a los trabajadores de los centros vacunados tampoco ha habido incidencias, más allá de una persona que ha tenido algo de hinchazón en el lugar de la inyección».
Los efectos secundarios que se esperan como posibles de la vacuna de Pfizer son de intensidad moderada y se resuelven en unos días tras el pinchazo. Puede tratarse de algún dolor en el lugar de la inyección, fatiga o cefalea, y habrá una monitorización.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.