El SCS pide disculpas por los errores cometidos el jueves en las citaciones para vacunar

Han sido «problemas identificados y puntuales» (sucedió hace dos semanas algo similar en Torrelavega), en un «tramo muy concreto de gente, no son cientos de personas» y, por ello, «pedimos disculpas», explicaba este viernes a este periódico Pedro Herrera, subdirector de Cuidados del SCS.

Herrera relata que parten de una base de datos -Diana- en la que figura «toda la población susceptible de vacunarse» (ahí han ido entrando los que tienen tarjeta sanitaria, los de las mutuas, las personas sin techo, desplazados puntualmente...). Es una «lista viva» a partir de la que se hacen clasificaciones (grupos de riesgo, de edad), de las que surgen unos listados. En los puntos de vacunación cuentan, al hilo de esos listas, con una población asignada y se estratifica para proceder a las citaciones. Esas citas se dan en función de la capacidad de las agendas de cada día. Y ahí entra Jano. En base a la agenda, se le da una lista. Lo que hace el robot es llamar e ir tachando. Si no localiza a un usuario por la mañana, repite llamada por la tarde. Y al acabar, reporta el trabajo. Citados, no localizados... Jano está funcionando además muy vinculado a los puntos de vacunación externos (el Pachi Torre de Castro o el Palacio de Exposiciones de Santander), a los que se citan remesas de usuarios de zonas básicas de salud con grandes volúmenes de población para aligerar la tarea en los centros de salud de esos puntos.

¿Qué pasó? Pues que en la reunión del Comité Operativo del jueves por la mañana para hacer seguimiento de los planes del día se estableció un grupo de 55 a 59 años para citar en esos puntos externos y aligerar el proceso. La lista se entregó a Jano al acabar ese encuentro, pero la citación de varias personas de ese grupo ya estaba en marcha por otro lado.