El Plan de Cercanías fija para 2026 el «gran salto de calidad» tras una inversión de 1.341 millones

Eso es verdad, pero también es igual de cierto que está en marcha el mayor esfuerzo inversor de la historia por parte del Ministerio de Transportes. El Plan de Cercanías que comenzó a desarrollarse la pasada legislatura contempla una inyección de 1.341 millones de euros, de los cuales la mayor parte corresponde a la mejora de las infraestructuras (1.071,8 millones para nuevas vías y actuaciones complementarias), frente a los 35,6 que irán a la modernización de las estaciones y los 233,6 millones de la renovación de la flota rodante, los 21 famosos trenes que acaban de empezar a ensamblarse con tres años de retraso porque de haberse fabricado con el diseño inicial no habrían cabido por los túneles.

No es un dinero teórico, es un dinero que ya está «movilizado» en un 70%, tal y como recordaba el ministro de Transportes, Óscar Puente, en su visita la pasada semana a Santander. ¿Solo falta por movilizar el 30% y apenas se ven mejoras? Pues sí, pero no. Desde la Delegación del Gobierno explican que, aunque ya hay algunos cambios evidentes a mejor, el «gran salto de calidad» en el servicio de Cercanías de Cantabria se apreciará nítidamente a partir de 2026. Se trata de un proceso gradual. Incluso con algunos pasos atrás antes de los pasos adelante porque, como han sufrido por ejemplo las personas que durante seis meses tuvieron que hacer transbordo en Muriedas, las obras para mejorar las cosas provocan trastornos a corto plazo, mientras se están llevando a cabo.

«Los índices de puntualidad están aún lejos de lo que nos gustaría, pero el proceso es imparable», garantiza Antonio Berrios, la persona designada por el Ministerio para impulsar los planes de choque de Cantabria y Asturias, un puesto de nueva creación con rango de Alto Comisionado que se creó en marzo de 2023. Con su nombramiento se dio cumplimiento a uno de los Acuerdos de la Castellana, texto en el que el Gobierno central se comprometía a una serie de compensaciones a ambas autonomías por el fiasco de los trenes que no cabían por los túneles y reconocía la pésima situación de partida.

Ante el escepticismo de los usuarios que oyen hablar de inversiones millonarias y ven obras pero apenas mejoras en el servicio, Berrios utiliza un símil: el avance del Plan de Choque es como un reloj de arena. Inicialmente, cuando comenzó a desarrollarse el plan inversor, toda la arena estaba en la parte alta, en el momento de planificación. Con el paso de los meses los granos fueron avanzando hacia la siguiente etapa, la de la redacción de los proyectos. Y ahora, una vez redactados esos proyectos, parte de ellos ya están en ejecución o incluso finalizados, pero otros siguen a mitad de camino. Lo que garantiza el Ministerio es que contra la gravedad no se puede luchar: sí o sí toda la arena -el dinero- llegará a la fase final.

Para reducir el grado de incertidumbre, lo que acaba de hacer Transportes es dar un calendario concreto con fechas para la entrada en servicio de todas y cada una de las mejoras, tal y como también figuraba en aquel Acuerdo de la Castellana y como venía exigiendo la presidenta regional, María José Sáenz de Buruaga. El propio ministro Puente le confirmó durante su reunión el pasado lunes que ese cronograma está acabado y el Gobierno de Cantabria ya lo tiene en su poder. Ahora se lo trasladarán a los usuarios en la próxima reunión de la Mesa del Ferrocarril, que tendrá lugar el 12 de abril.

De ahí se desprende que, del total del Plan de Cercanías, 408 millones están en la fase de planificación, 456 millones en fase de proyecto y 477 ya ejecutados o en ejecución. Los dos últimos conceptos son los que suman eses porcentaje del 70% del Plan de Choque ya «movilizado» del que hablaba el ministro. Por líneas, del dinero movilizado hasta ahora 285,8 millones corresponden a la línea Santander-Reinosa, 273,6 a la Santander-Cabezón y otros 181,2 millones a la Santander-Liérganes. El resto corresponde a actuaciones transversales, a estaciones y a la compra de trenes.

Son algunas de las inversiones más relevantes por cuantías. Incluye las duplicaciones de vía que permitirán más frecuencias y la convivencia de los trenes de Cercanías con los de Media y Larga Distancia -incluidos los futuros AVE- y también una obra fundamental como el baipás de Santander, unos trabajos que hay que llevar a cabo necesariamente antes de proceder a la integración ferroviaria de la ciudad.

El Plan de Cercanías incluye cinco proyectos de este tipo. Ya están finalizados los de Santander-Torrelavega y Mataporquera-Torrelavega de ancho ibérico y el de Orejo-Liérganes de ancho métrico. Y están aún en redacción las otras dos: las renovaciones integrales de vía entre Santander y Cabezón y entre Santander y Hoz de Anero.

Es fundamental para reducir los tiempos y mejorar el servicio. Por ejemplo, ahora mismo cuando un tren se avería y se queda parado en la red de ancho métrico entre Santander y Torrelavega hace tapón y afecta a todos los trenes que van en ambos sentidos incluso en el caso de que haya doble vía. Ocurre porque las vías son de un solo sentido. Es decir, no son reversibles. Con los sistemas de seguridad y señalización ambas vías se convertirán en reversibles y un tren podrá cambiarse temporalmente de vía para sortear otro tren averiado. Así, las cancelaciones y retrasos serán mucho menos frecuentes.

Se crearán nuevas subestaciones eléctricas para garantizar que no se pierda potencia y ya se modernizará la electrificación de la red entre Santander y Cabezón y entre Santander y Liérganes. Esto también permitirá una mayor fiabilidad de los trenes y se pondrá fin a las averías eléctricas.

Están contempladas las de Santander y Torrelavega, porque la de Muriedas se hará fuera del Plan de Cercanías. En el caso de la capital, todos los subproyectos están en redacción o planificación. Lo más avanzado es la licitación inmediata del nuevo edificio ferroviario de oficinas. En Torrelavega, de las cuatro fases, la única en ejecución es la construcción de la vía auxiliar.

Son las obras para mejorar los edificios de las estaciones, pero Berrios da especial relevancia a otras actuaciones que mejorarán la experiencia de viaje, como la construcción de aparcamientos y, sobre todo, la mejora del sistema de información. Esto último ya se está ejecutando por 7 millones de euros y servirá para que el usuario pueda conocer en tiempo real la situación de su tren. Habrá marcadores en las estaciones que digan con total fiabilidad si un tren llega a tiempo, se retrasa o se cancela. Evitará así las sorpresas indeseadas ahora tan habituales.