Secciones
Servicios
Destacamos
La pandemia también ha trastocado el negocio de la marihuana en Cantabria. Los cierres perimetrales han acabado con una práctica en ascenso solo un año antes del covid, cuando el mapa de las casas desmanteladas con plantaciones 'indoor' se escoraba claramente hacia las comarcas orientales. ... La explicación dada entonces por los investigadores era que muchos de esos cultivos eran promovidos por vecinos del País Vasco que alquilaban viviendas al otro lado de la 'muga' para llevar a cabo esta actividad ilícita porque los precios son más bajos y porque, después, podían volver a casa tranquilamente por la autovía. Pero ahora, sin embargo, esto ya no ocurre. Según los datos facilitados por la Guardia Civil, en el balance de actuaciones desarrolladas contra el cultivo y el tráfico de marihuana durante 2020 se percibe que ya no hay una querencia por una zona en concreto, y que los hortelanos del cannabis se han diseminado por toda la región en busca de casas situadas en lugares lo más aislados posible. Los confinamientos, los controles en las carreteras y los toques de queda en el año del covid han espantado a los que tuvieran intención de sumarse al negocio en una región diferente a la suya, así que esta vez los que tomaron el testigo fueron residentes en Cantabria.
21plantaciones de marihuana se desmantelaron en Cantabria en 2020. Catorce de ellas fueron descubiertas por la Guardia Civil en distintos puntos de la región y las siete restantes, por la Policía Nacional en diversos barrios del municipio de Santander
A lo largo de 2020 la Guardia Civil ha desmantelado 14 plantaciones de marihuana en Cantabria: once de ellas estaban dentro de viviendas y las tres restantes a cielo abierto, según los datos facilitados por el Equipo de Delicuencia Organizada y Antidroga (EDOA). A éstas, se suman otra siete plantaciones indoor descubiertas por la Policía Nacional en seis operativos desarrollados por el Grupo de Estupefacientes de la Brigada Provincial de Policia Judicial en distintos lugares del municipio de Santander. Son bastantes menos que las del año anterior, cuando solo la Guardia Civil encontró 25 casas convertidas en auténticos invernaderos. Son menos casas pero, sin embargo, la cantidad de marihuana incautada en estos cultivos ha crecido, exactamente un 5%, según los cálculos de la Guardia Civil, que señala que a lo largo del año pasado ha intervenido 150 kilos de marihuana -ya procesada-. En este montante se incluyen las incautaciones en viviendas y también en los operativos contra el menudeo.
En cuanto al balance de detenidos e investigados por el cultivo y tráfico de marihuana es similar al del año pasado, y ronda el medio centenar de personas como responsables de las catorce plantaciones incautadas por la Guardia Civil y veintidós arrestados más en las operaciones de la Policía Nacional.
72personas detenidas o investigadas en 2020 por la Guardia Civil y la Policía Nacional en las operaciones contra el cultivo y el tráfico de marihuana en Cantabria
Noticia Relacionada
«Se ve claramente que ha bajado el número de plantaciones indoor en la zona oriental. Ahora lo que percibimos es que da igual la zona, son casas aisladas situadas en poblaciones en cualquier comarca (...) Ahora les es más difícil entrar y salir de Cantabria, por la mayor presencia de agentes en controles, que impide mover sustancias y material para montar las plantaciones», cuentan desde la Guardia Civil. No hay un patrón geográfico, por tanto, en estas viviendas de marihuana que han desmantelado en Castro Urdiales, Guriezo, Laredo, Camargo, Potes, Santoña, Cayón, Ampuero, Molledo, Cabezón de la Sal, Bezana o Santillana del Mar.
Otra peculiaridad observada en 2020 es que en las casas «están cultivando de noche, para burlar nuestra mayor presencia de día. Con los toques de queda y los cierres perimetrales se les complica la tarea, por eso lo hacen en horario nocturno». Incluso en casas o cabañas aisladas y sin luz (como este caso en La Abadilla de Cayón), en las que han visto generadores para proporcionar electricidad a estos cultivos. Y esas prisas por cultivar y cosechar se perciben en los operativos policiales. En algunos casos los agentes han visto las plantas «cortadas de prisa y corriendo» al llegar a la vivienda en cuestión (ocurrió en Ambrosero y en Saro), en otras han desmantelado los invernaderos con los esquejes aún muy pequeños... «les es más difícil tanto montarlas como dar salida a la mercancía».
Normalmente son redes organizadas las que están detrás de las plantaciones de marihuana, una característica similar a la de años anteriores. En estos grupos siempre hay un cabecilla que pone el dinero y no va por las casas y, después, una serie de personas que se encargan de montar los invernaderos y de cuidar las plantas. Ha habido, eso sí, algún caso de hortelanos 'autodidactas' -como una pareja que custodiaba una plantación en su casa de Suesa y contaban con un tercero que iba para desarrollar labores de mantenimiento de los aparatos-, pero, en general, siguen estando a cargo de organizaciones estructuradas. En cuanto al negocio en sí, en Cantabria no ha cambiado demasiado. Parte de la marihuana cosechada se distribuye en España y otra parte se va a países europeos, donde se obtienen mayores beneficios porque los precios son más elevados.
En el caso de Santander, resultan llamativos los operativos policiales desarrollados en el barrio de Monte por el Cuerpo Nacional de Policía en 2020, como el llevado a cabo en una asociación cannábica de Corbanera, con siete detenidos, o la plantación de marihuana que dos traficantes habían instalado en una vivienda de la calle Foramontanos que fue descubierta por los bomberos tras un sufrir un incendio. Otro caso importante fue el de las casas conocidas como 'La granja', en Adarzo, donde hubo ocho detenidos no solo por cultivo de marihuana y tráfico de drogas en una de esas casas -'okupada' ilegalmente-, sino también por el secuestro de un hombre. También en pleno centro de Santander, y justo antes de decretarse el primer estado de alarma, la Policía Nacional desmanteló dos plantaciones de marihuana en sendos pisos.
Guardia Civil y Policía Nacional coinciden en destacar la colaboración ciudadana como clave del éxito de sus operativos contra el cultivo de marihuana. Muchas de las intervenciones desarrolladas el año pasado han tenido lugar porque alguien ha llamado a las fuerzas de seguridad alertando de un movimiento de personas ospechosas en su pueblo o urbanización o de casas vacías ocupadas de repente por foráneos. «Es fundamental que si ven algo raro nos lo digan. Y la llamada es confidencial. Gracias a la colaboración ciudadana, unido al profundo conocimiento del terreno por parte de las patrullas, dan muy buenos resultados. Esa llamada es muy importante, porque puede haber cabañas en el monte destinadas a estas prácticas, que si no sabes lo que hay no te lo encuentras. Pero tal vez se ve un generador y podemos ir tirando del hilo...».
También el Grupo de Estupefacientes la Policía Nacional ha destacado que en Santander se han podido desarrollar esa media docena de operativos gracias a que durante 2020 «se ha incrementado» la colaboración ciudadana, con llamadas de vecinos a la Policía dando información de personas que podrían estar plantando marihuana en sus urbanizaciones. «Nosotros agradecemos mucho esta colaboración, que es fundamental para poder seguir investigando», destacan desde el Cuerpo Nacional de Policía.
Aunque este balance recoge los operativos contra el cultivo de marihuana desarrollados en 2020, el próximo recuento anual se presenta fuerte y, curiosamente, otra vez destaca la zona oriental, al menos hasta este mes. En lo que va de año la Guardia Civil ha desmantelado plantaciones indoor en un piso de Guriezo, con tres detenidos; en una casa de Suesa (Ribamontán al Mar); en una vivienda de Saro donde un vecino de Laredo tenía preparado un auténtico invernadero interior de marihuana y en Castro Urdiales ya van tres: en un piso de una urbanización de Castro Urdiales, en una vivienda unifamiliar del mismo municipio castreño y en una vivienda situada en Brazomar muy cerca de un colegio.
El 24 de marzo la Policía Nacional llevó a cabo un importante operativo en Igollo de Camargo, fruto de una investigación iniciada a finales de 2020 por los «ruidos, zumbidos de motores y ventiladores y el fuerte olor a marihuana» que emanaban de varios inmuebles, habitados por un hombre de 60 años y un sobrino suyo de 34 con sus respectivas familias. Bautizada como 'Operación Geranio', la Policía descubrió una sofisticada plantación en el desván de una de las casas. Se intervinieron 1.178 plantas y 69 kilos de cogollos y marihuana ya seca que calculan que les hubiera reportado un beneficio de unos 370.000 euros.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.