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En apariencia son similares. Dos objetos casi idénticos. Es más, también comparten utilidad porque, al final, ambos protegen de algo. Pero claro, no es lo mismo salir de casa con la sombrilla debajo del brazo para disfrutar de un día soleado en la playa que ... coger el paraguas por si acaso se cumple la previsión de lluvia. Como ocurrió ayer. El mes de agosto se ha estrenado pasado por agua. La lluvia no cambió la estampa de Santander, la ciudad sigue llena, pero sí las agendas de los turistas. Toca adaptar los planes, no hay más remedio. Así que muchos cambiaron la playa por los museos u otras citas culturales. Es verano –aunque no lo parezca– la gente está de vacaciones y siempre encuentra otra forma de disfrutar la jornada. «Queríamos ir a la playa», reconocía Patricia mientras daba una vuelta por el Paseo de Pereda. Pero claro, el tiempo no se lo permitió así que aprovecharon su último día en la capital para «ver la Catedral» y luego ir «al Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria», explicaba. La vecina de Murcia viaja acompañada de dos amigos para quienes cualquier plan parece una buena idea si les permite huir de las altas temperaturas: «Todo lo que no sean 45 grados...», añadía uno de ellos justo cuando empezaba a llover de nuevo.
Y así transcurrió toda la jornada. Es más, no hubo espacio para las dudas porque el día ya amaneció nublado y lluvioso desde primera hora. Ni los más madrugadores se libraron de las gotas que cayeron desde las siete de la mañana. Aunque eso sí, la intensidad varió conforme pasaban las horas. Las precipitaciones iban y venían. Si a las 11.00 horas llovía, pasados treinta minutos paraba antes de caer de nuevo a eso de las 12.00. Así que el indudable protagonista fue el paraguas. Y basta con salir a la calle a darse un paseo.
Pasadas las doce del mediodía terminó esa pequeña tregua que dio el cielo durante apenas treinta minutos. Un rato en el que incluso el sol incluso se atrevió a asumirse tímidamente. Ese momento lo aprovecharon muchos para entrar a visitar el Palacete del Embarcadero. Y así resguardarse un poco del agua: «El paraguas pueden dejarlo en la entrada», comentaba desde el mostrador la señora que atiende el espacio. Una vez más, claro protagonista. No hay duda. Aunque no siempre estaban abiertos, a ratos se asentaban en el brazo del viandante e iban moviéndose al ritmo de las zancadas.
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Pepa Pizcueta
El temporal de ayer tiene nombre, se llama Patricia y es la primera borrasca de agosto que también hizo caer las temperaturas. No obstante, con más o menos lluvia, la imagen de la que suele presumir Santander en plena temporada estival no varió porque las principales calles de la ciudad mantuvieron el bullicio habitual que se genera tanto de vecinos como de los miles de turistas que estos días están por la capital cántabra. En los alrededores del Centro Botín varios grupos de visitantes escuchaban con atención las explicaciones del guía del recorrido turístico. Porque el agua quizá arruine algunos planes, pero no afecta a otros. Al menos no las precipitaciones que cayeron ayer así que quienes tenían reservado el tour por la ciudad, lo hicieron igualmente. Eso sí, equipados con los esenciales: paraguas y chubasquero.
Y es que este jueves fue uno de esos días extraños en los que uno puede cruzarse con alguien muy abrigado que camina acompañado de otra persona que disfruta de un helado. El verano y sus cosas. Una situación sobre la que también bromeó el guía mientras explicaba que los Jardines de Pereda sirven para dar sombra en estos «maravillosos días de verano», comentó entre risas a la par que un par de niños chapoteaban en los pequeños charcos que se formaron en el suelo.
En lo que a la ropa se refiere, esta vez ha ganado la partida el jersey o el chubasquero. Lo de ir en manga corta y con ropa veraniega se ha complicado por la bajada de temperaturas registrada a lo largo de la jornada. Aunque siempre hay valientes que se resisten pero quién más, quién menos, ha salido de casa con algo para cubrirse. Santander ha registrado este jueves máximas de 20 grados. El primer puesto lo ocupa San Vicente de la Barquera con 21.5 grados a las 12.30 horas, según los datos registrados por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Este ha sido un factor que, junto con el viento, que también ha soplado, ha borrado del mapa el verano. Como si se hubiera esfumado. Al menos durante un día. Porque es agosto y plena temporada estival que si fuera por el cielo cabría pensar que ya ha llegado el otoño. Pero nada, se adapta la agenda del día y a disfrutar del jueves. «Hemos cambiado un poco los planes, pensábamos ir más lejos, pero hemos venido a Santander», explicaba Chari Arias, a la altura del Centro Botín. Salieron de casa con los esenciales: «Traemos paraguas y chubasquero», añadía la vecina de Sevilla. Y con eso más que suficiente para aprovechar el día.
Patricia ya se dejó notar el miércoles y en algunas playas de la región provocó la estampida de los bañistas, porque apareció en forma de la galernilla, con mucho viento. Ayer tocó cambiar los planes. La duda qué pasará con los del fin de semana porque, al menos de momento, están en el aire. Hoy, viernes, las temperaturas bajarán más todavía debido al temporal asentado en el Golfo de Vizcaya y que afecta a toda la mitad norte de la península ibérica. Santander y San Vicente de la Barquera, por ejemplo, sólo alcanzarán los 18 grados de máxima y las probabilidades de lluvia se extienden a toda la región. La buena noticia es que las cantidades que se van a recoger no serán nada reseñables, pero el cielo estará plomizo en toda la comunidad y, en la parte occidental (de la capital hasta Castro Urdiales), habrá posibilidad de episodios tormentosos.
Mañana, sábado, parece que vuelve el verano al termómetro, pero no está claro que se pueda ir a la playa. Subirán las temperaturas y en la costa se volverán a marcar dígitos más propios de la temporada estival en Cantabria (entorno a 24-25 grados). A la par que se recuperan los grados, caen las probabilidades de que llueva, que serán escasas. Sin embargo, el mapa de la Aemet aparece lleno de nubes grises para esa jornada en gran parte del litoral (de Suances a Castro Urdiales). Y ya, de cara al domingo, vuelven a anunciarse precipitaciones prácticamente para todo el territorio cántabro, si bien las temperaturas no volverán a retroceder como en días anteriores y las mínimas irán en aumento. En cuanto al viento será, en general, flojo.
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